Emilio Sánchez Mediavilla: “Cuando estaba en Bahréin sentí la necesidad de escribir un libro sobre el país”

El escritor y periodista cántabro es además editor en Libros del K.O, una editorial que tiene como objetivo recuperar el libro como formato periodístico
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El próximo viernes día 7, el escritor y periodista santanderino Emilio Sánchez Mediavilla presenta su nuevo libro en la Biblioteca Central de Cantabria a las 19.00h. ´Una dacha en el Golfo´es un viaje de dos años por Bahréin que, recientemente, ha sido premiado con el I Premio Anagrama de Crónica Sergio González Rodríguez.

Hablamos con el escritor cántabro sobre temas como su nuevo libro, cómo surgió o sobre su editorial.

Tengo entendido que usted fue por amor y no por trabajo a Bahréin, ¿en qué momento nace ´Una dacha en el Golfo´?

Cuando estaba viviendo en Bahrein, sobre todo cuando ya llevaba un año empecé a sentir la necesidad de escribir un libro, pero lo que no tenía claro qué tipo, qué enfoque. Además no tenía mucho tiempo, yo estaba trabajando. Viviendo ahí siempre tuve la idea de escribirlo y simplemente me limitaba a ir tomando apuntes pero no le dí forma entonces. Si es cierto que algunos de los capítulos del libro, en concreto un par de ellos, si los escribí después de una experiencia enteros ahí. El resto del libro surge cuando ya vuelvo a Madrid, con nostalgia de Bahrein y fue ahí cuando empecé a ver claro que quería escribirlo. Poco a poco empecé a darle forma de una manera un poco caótica, sin mucho plan y un poco a ciegas.

¿Tuvo algún momento de inflexión?

El punto de inflexión es el momento en el que decido darme un tiempo de excedencia de trabajo en la editorial para enfocarme un par de meses en la escritura del libro. Ahí avancé muchísimo y dí un gran impulso al libro. Otro momento de inflexión importante fue cuando viajé a Berlín y a Londres para hablar con disidentes.

Bahréin ocupa uno de los últimos puestos en las listas internacionales de libertad de prensa, ¿cómo fue trabajar en un país así?

Bahréin ocupa uno de los últimos lugares en libertad de prensa. En Bahréin no trabajaba como tal de periodista, trabajaba con mi ordenador como editor y por ese lado no me afectó. Por otro si que me afectó a la hora de hacer un reporterismo básico que hubiese hecho en otro país de hablar con fuentes políticas y con miembros de la oposición. Ahí lo que ocurría es que la oposición estaba encarcelada, llegar hasta ellos era delicado. A algunos de ellos llegué pero me podrían haber echado del país. Tampoco podía contactar de forma oficial con nadie del gobierno porque hubiese desvelado mi identidad de periodista y me hubieran echado. Creo que todas esas limitaciones debido a la falta de libertad de prensa, me obligó a enfocar el libro de otra manera y convertir a mis amigos, a mi ambiente cotidiano en fuentes del libro y creo que eso le da una viveza especial al relato. Para hablar de política no recurro al líder chií de la oposición sino que cuento las historias de los amigos chiíes de los pueblos, sus vivencias, sus anhelos y creo que eso da pie a un relato mucho más complejo y mucho más creíble de lo que me hubiera dado un político, que me hubiera dado entrecomillados muy vacíos de contenido.

¿Cómo era su día a día en la costa del golfo Pérsico?

El día a día era muy tranquilo, gran parte de la jornada la dedicaba a Libros del K.O, respondía emails, editaba, etc. El escenario completamente nuevo era cada vez que salía de casa, mis rutinas del día a día podían incluir ir al parque donde se juntaban los jóvenes del pueblo, hablar con ellos…el mundo del parque era uno de mis mundillos. . En general un día a día bastante normal, ocasionalmente estaba rodeado de un ambiente bastante excepcional, la presencia policial, la existencia de incidentes de los pueblos, pero se convierte en un paisaje de fondo que se convierte en rutina y que una vez que vives ahí no le das mayor importancia.

Leila Guerriero dijo que al leer su obra sintió lo que se siente siempre antes de una buena crónica, interés por algo que en un principio no le importaba nada, ¿cuáles cree que son las claves para que eso pase?

Me gusta mucho la frase de Leila Guerriero porque era un tema que me preocupaba mucho. Yo era consciente que para mi Bahréin era un país muy importante, que me fascinaba pero que para un lector anónimo iba a resultar, a priori, un tema espeso y carente de interés. Para evitar eso, he intentado que el libro estuviese atravesado con cierto sentido del humor nunca muy forzado, pero si que tuviera pinceladas. Y otra clave que he intentado, no sé si lo habré conseguido, es descubrir el país como lo descubrí yo. Empezar con los ojos de asombro del expatriado que aterriza ahí casi de casualidad y como poco a poco voy conociéndolo. Empezar con un tono más pintoresco más amable, con anécdotas de choques culturales que siente un europeo en oriente medio que puede despertar cierta sonrisa y empatía en el lector y una vez que el lector ya se siente cómodo con el libro, ya le empiezo a dar pinceladas de cómo es el país, el paisaje, la gente y que sienta simpatía por la gente. Una vez que he conseguido que Bahréin ya no sea un ente abstracto o un nombre vago referido a Oriente Medio, es cuando empiezo a contarle situaciones políticas, sociales y religiosas del país. Parece que el hilo va a ser más de anécdotas y luego sin que se den cuenta les voy colando píldoras de la situación del país.

Muchos de los lectores de su obra destacan la mirada con la que narra sin prejucios, ¿es complicado dejarlos de lado?

Completando la pregunta anterior creo que al final la clave en una crónica es la mirada que puedas aportar, que huya un poco de lo previsible y lo convencional. La fluidez y en este caso, seguramente, una mirada llena de empatía y que se enfoque mucho en lo cotidiano y poner sensaciones y caras a los protagonistas y huir de las etiquetas. Cuando hablas de Oriente Medio es muy fácil acabar simplificando contenidos como chiíes, suníes, religiosos o ateos y en el libro he intentado romper las etiquetas que, aunque existen y también tienen su valor indiscutible para explicar la situación, creo que si solo nos manejamos con ellas la realidad que se dibuja queda demasiado simplificada y falseada.

Este viernes “juega en casa” y presenta su libro en la Biblioteca Central de Cantabria, ¿qué significa para usted hacerlo en su tierra?

Me hace mucha ilusión presentar en casa, presentar en Santander y más rodeado de los buenísimos amigos y compañeros laborales como es Javi Lafuente que es socio de la editorial y Marta San Miguel, ambos son amigos desde hace muchísimo tiempo y además Marta también es autora de Libros del K.O. Y más sabiendo que la presentación que íbamos a hacer tuvo que ser suspendida por la Covid-19.

Además de escritor y periodista es editor, ¿cómo es serlo en la era de las RRSS?

Creo que el papel de editor en estos tiempos es exactamente el mismo que era antes. Si hablamos de editor como persona que trabaja un texto ajeno para mejorarlo, proponiendo cambios, ideas, sugerencias,  encargándose del proceso de edición, coordinación, maquetación y diseño del libro. Creo que en ese sentido es el mismo trabajo que se ha hecho siempre. Si que cambia muchísimo si entendemos editor en otra de sus facetas que es la del vendedor de libros, tú como editor quieres que el libro llegue a un público amplio, que tenga lectores, que triunfe y ahí sí que es básico todo el terreno de las redes sociales, que abre un nuevo escenario en el que hay que estar presente y que yo como editor de Libros del K.O lo veo como una herramienta barata que nos permite lanzar pequeñas píldoras a nuestro público para mostrarle nuestro catálogo para crear cierta corriente de simpatía con nuestros lectores y me parece que es un elemento muy útil. También esporádicamente tengo dudas y en el fondo pienso que los libros y las editoriales funcionan independientemente de su impacto en RRSS, creo que a veces nos dejamos deslumbrar demasiado por el pretendido uso de las RRSS y luego realmente no es tal. Tener muchos seguidores y muchos retuits no quiere decir que vas a tener muchos lectores, es una idea importante que hay que tener en cuenta.

Por último quería preguntarle por ´Fariña´, uno de los libros más controvertidos del los últimos años y que es de su editorial. ¿Cómo fue la evolución de las ventas antes y después del secuestro del libro?

Fariña antes del secuestro del libro iba lanzado,  llevaba no sé cuántas ediciones, unos 40.000 libros vendidos y era un auténtico best seller. Ya habíamos vendido los derechos audiovisuales para la serie, habíamos venido muchos derechos de traducción y era un éxito. Después del secuestro cuando ya ganamos el juicio, se pudo liberar el libro y se pudo volver a vender, el efecto propagandístico en innegable y eso hizo que todavía vendiese más, pero quiero insistir en la idea de que el libro ya era exitoso antes del secuestro.

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