Educación presenta el protocolo para el curso 2020/21, con 201 docentes más

La consejera Marina Lombó considera que el protocolo ha sido "mejorado" por la comunidad educativa. Sólo queda su publicación, este viernes, en el BOC
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El curso 2020-2021 arrancará en el próximo 7 de septiembre con, al menos, 201 docentes más en las aulas de los centros educativos, en los que el uso de la mascarilla, obligatoria a partir de Primero de Primaria, se aconseja también para el alumnado de 3 a 6 años. Las actividades complementarias estarán suspendidas desde el inicio curso y la Educación Física, de celebrarse, habrá de respetar una distancia interpersonal de cuatro metros y realizarse, preferentemente, al aire libre.

Estas son las principales novedades anunciadas hoy por la consejera de Educación, Marina Lombó, que, acompañada por los directores generales de Centros y de Ordenación Académica y Personal Docente, Jesús Oria y Javier Gutiérrez, respectivamente, ha comparecido en rueda de prensa para presentar el protocolo definitivo para la vuelta a las aulas, “mejorado” con las aportaciones de la comunidad educativa y que se publicará mañana en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC). Además de la consejera, ha intervenido también la directora general de Salud Pública, Paloma Navas.

Según ha explicado Lombó, y en lo que supone un “esfuerzo sin precedentes” en la asignación del cupo, la red de centros públicos de Cantabria contará el próximo curso con 201 docentes más, 86 en Educación Infantil y Primaria y 115 en ESO y Bachillerato. Este incremento supondrá un coste adicional de más de 9,3 millones de euros en materia de personal.

“Habrá más profesores que nunca antes”, ha dicho Lombó, quien ha querido destacar que este incremento de docentes se suma a los efectuados desde el curso 2015-2016 (se han incrementado 508 docentes desde entonces), que permite a Cantabria, ha dicho, “afrontar estas circunstancias con una situación de partida muchísimo mejor que otras Comunidades Autónomas”, con unas ratios “impensables” en otros territorios: 9,68 alumnos por docente en Educación Infantil y Primaria y 8,13 en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional.

Aunque se ha diseñado también un cupo ordinario, será este extraordinario o ‘Cupo COVID’ el que estará en las aulas el próximo día 7 cuando los alumnos comiencen a regresar a ellas y permanecerá en ellas hasta el fin de la crisis sanitaria.

COORDINACIÓN CON SALUD PÚBLICA

La titular de Educación ha señalado que el 2020-2021 será un curso en el que la Consejería de Educación habrá de trabajar de forma “absolutamente coordinada” con la Dirección General de Salud Pública. “La comunicación ha sido y habrá de ser constante y, por supuesto, como no puede ser de otra manera, será Salud Pública quien decida las medidas que, en esta materia, hayan de adoptarse”, ha dicho, destacando que las dudas que vayan surgiendo se abordarán conjuntamente, una situación que obligará a ser “flexibles” y a “adaptarse a situaciones cambiantes”.

Por su parte, Paloma Navas ha asegurado que “la educación es salud” y que “el sistema educativo es uno de los principales generadores de salud”, y en este sentido, ha destacado que “los niños y adolescentes que tienen un mayor nivel educativo podrán alcanzar mejores trabajos lo cual les permitirá conseguir un desarrollo personal y económico que les permitirá protegerse mejor antes las enfermedades”.

Con respecto al Protocolo adoptado para el próximo curso Navas ha agradecido a agradecido a toda la comunidad educativa “el gran esfuerzo que han realizado para seguir siendo proveedores de salud y adaptarse con flexibilidad a toda la realidad que vivimos”. Según ha asegurado la Dirección General de Salud Pública ha revisado el Protocolo y ha hecho pequeñas aportaciones, ya que “tenía alta calidad” y ha reiterado el esfuerzo realizado.

UN PROTOCOLO «MEJOR”

El borrador del Protocolo General de Organización para el Desarrollo de la Actividad Educativa en la Comunidad Autónoma, presentado hace dos semanas, ha sido analizado por toda la comunidad educativa: Consejo Escolar, Junta de Personal, directores y Comités de Directores y Asociaciones de Familias, entre otros. todo ello con múltiples reuniones celebradas de manera telemáticas, lo que ha permitido mejorar el documento, dando respuestas a dudas de la comunidad educativa.

Sus sugerencias y aportaciones han hecho del texto un “documento mejor”, según Lombó.

Cada centro educativo de Cantabria contará con su Plan de Contingencia, en el que estas directrices generales del Protocolo de Organización se concretarán en medidas específicas, atendiendo a la realidad de cada uno de ellos. Por eso, los equipos directivos de los centros educativos habrán de remitir a la Consejería sus respectivos planes de Contingencia – algo que ya muchos han realizado – antes del lunes 24 de agosto.

Se tratará de documentos imprescindibles, que tendrá que ser además conocido por toda la comunidad educativa: docentes, personal de administración y servicios, alumnado, familias… y la Consejería “acompañará a todos y cada uno de los centros en este camino”.

A petición de los directores, los planes se revisarán en una Comisión específica, que integran el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, el Servicio de Inspección de Educación, además de la Secretaría General y de la Dirección General de Inspección e Innovación Educativa, según ha señalado la consejera la revisión se hará de manera ágil, para que el lunes 31 de agosto estén todos revisados, y así, los equipos directivos puedan dedicar esa semana a dar a conocer todas las medidas a sus respectivas comunidades educativas.

La consejera ha puesto de relieve durante su intervención el esfuerzo destinado a horas de refuerzos y desdobles que “permiten clases aún menos numerosas durante muchos momentos y, sobre todo, una mejor atención al alumnado”.

En los Institutos, por ejemplo, habrá este año 2419 horas semanas de refuerzos y desdobles, el equivalente a 134 docente. Y habrá además 2198 horas semanales de Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje y Compensatoria, el equivalente a 122 docentes. En Infantil y Primaria son muchas más, con un total de 14.000 horas semanales, el equivalente a 580 docentes.

NOVEDADES DEL PROTOCOLO

El uso de la mascarilla, que será obligatorio para el alumnado a partir de Primero de Primaria, se incluye también como recomendable para los alumnos y alumnas de 3 a 5 años. Eso sí, teniendo siempre presente que su uso está absolutamente contraindicado en menores de tres años. Esta es una de las principales novedades incluidas en el Protocolo definitivo.
Se abre la posibilidad de que los grupos de convivencia estables, establecidos para Educación Infantil y Primaria, se conformen también en otros niveles y etapas. Según ha señalado la consejera es una medida pensada, principalmente, a petición de los centros y para Primero y Segundo de Educación Secundaria.

En cuanto a las actividades complementarias y extraescolares, las actividades complementarias fuera del centro quedan suspendidas y se recomienda la no celebración de las que celebran dentro de los recintos escolares. Principalmente, porque suponen la entrada en el centro de personas ajenas al mismo y una de las principales medidas en la disminución de los contactos.

La decisión última sobre las extraescolares que comienzan más tarde que el curso, se tomará más adelanta y en función de la evolución de la crisis sanitaria, en coordinación con Salud Pública y también con la Dirección General de Deporte en el caso de las enseñanzas deportivas.

Por otra parte, la práctica de la Educación Física se podrá realizar sólo en el escenario 1, manteniendo una distancia interpersonal de cuatro metros y, siempre que sea posible, al aire libre.

Y en lo que respecta a la impartición de Música no se podrán utilizar instrumentos de viento. Una decisión que se adopta porque su utilización requiere el mantenimiento de unas distancias que serían muy difíciles de guardar en las aulas.

MEDIDAS PARA EL TRANSPORTE ESCOLAR

Se establecen, además, nuevas indicaciones en relación al transporte, según ha señalado Marina Lombó, que pasan por asignar y organizar la distribución de los alumnos dentro del transporte, combinando las edades de los usuarios con los grupos de convivencia estable y limitando las interacciones físicas. La distribución la realizará a principio de curso por parte del acompañante del servicio en colaboración con el equipo directivo de cada centro educativo.

Los alumnos esperarán en las paradas, manteniendo las distancias y en orden para acceder al vehículo en fila y por la puerta de delante, con la distribución prevista desde detrás hacia adelante. La bajada se hará en el orden inverso, sin aglomeraciones, en calma y evitando contactos. Los alumnos antes de subir al vehículo tendrán que lavarse las manos con gel hidroalcohólico. La empresa tendrá que disponer de gel hidroalcohólico, en coordinación con el centro educativo, y será la encargada de llevar a cabo las medidas de seguridad, limpieza, ventilación y desinfección del vehículo, entre turnos o rutas y siguiendo la normativa vigente.

Lombó también se ha referido a la necesidad de incrementar la limpieza de los centros, para ello la consejera ha mantenido una reunión con la Federación de Municipios de Cantabria. Dado que los Centros de Infantil y Primaria son de titularidad municipal, son los Ayuntamientos los encargados de su limpieza, y los empleados contratados a través da la Orden de Corporaciones Locales reforzarán la limpieza de los centros.

En los centros cuya limpieza corresponde a la Consejería se incrementará también la limpieza y desinfección. Supondrá un coste adicional de alrededor de 500.000 euros respecto al último curso académico.

Por último, y en cuanto a los materiales de prevención e higiene, la Consejería, en colaboración con la Consejería de Presidencia, ha efectuado ya la compra de centralizada que repartirá en todos los centros educativos. Son: mascarillas higiénicas y FFP2, batas impermeables, pantallas faciales, gafas y guantes de nitrilo. Todo ello tendrá un coste de alrededor de 700.000 euros.

NORMAS YA INCLUIDAS EN EL PROTOCOLO

Se plantean tres escenarios según la evolución de la pandemia: un primer escenario de docencia presencial; un segundo escenario con un método mixto y medidas más estrictas, menos alumnos en las aulas y una parte del alumnado que seguiría las clases en sus domicilios y un tercer escenario no presencial.

Además, todos los alumnos y alumnas a partir de Primero de Primaria, incluido, llevarán mascarilla. Lo harán no sólo en los desplazamientos por los centros educativos, sino también cuando estén en las aulas.

En Educación Infantil y en todos los cursos de Educación Primaria, todos, sexto incluido, se crearán grupos de convivencia estables. El alumnado de cada grupo, junto con su tutor o tutora y, en el caso de las aulas de Educación Infantil, junto a al Técnico de Educación, formarán un grupo burbuja, que podrá interactuar entre sí, pero no relacionarse con otros grupos del centro educativo.

Estarán, por norma general, solamente en su aula de referencia y junto a su docente, sin tener contacto con otros grupos. Estos grupos permiten limitar los contactos, algo clave para el control epidemiológico, y, también, una adopción rápida de medidas en caso de contagio. Este principio de no interacción con otros grupos habrá de ser especialmente estricto para el alumnado exento de la obligatoriedad de llevar mascarilla, es decir, para el alumnado de Educación Infantil.

Todas las familias firmarán una declaración responsable en la que se comprometan a que sus hijos e hijas no acudirán a los centros educativos si tienen fiebre o cualquier otro síntoma relacionado con la COVID-19.

Los centros podrán crear la figura del ‘Coordinador Covid-19 de Centro’, que será la persona de referencia a quien corresponderá la interlocución con la Consejería de Educación. En concreto, las incidencias que pudieran surgir en relación con la enfermedad se comunicarán al Servicio de Inspección, la unidad que ejercerá la ‘Coordinación central COVID-19 de Centros’ que será, a su vez, el órgano de interlocución con la Dirección General de Salud Pública.

El servicio de comedor deberá garantizar la limpieza entre turnos y se permite que las comidas se sirvan en las aulas.

También se proponen medidas para evitar aglomeraciones, como entradas y salidas escalonadas, reducir los desplazamientos y evitar asambleas y reuniones.

Antes de volver al centro, todas las familias tendrán que conocer las directrices básicas del plan de contingencia. Y los primeros días, será imprescindible que docentes y equipos directivos familiaricen a su alumnado con las medidas adoptadas por cada centro para la prevención de la enfermedad.

Cada centro deberá prever el modo de comunicación con su alumnado en caso de una nueva suspensión de la docencia presencial o si fuera necesario establecer una docencia mixta. Por eso, en el protocolo se pide ya a los centros que fijen cuáles van a ser las herramientas tecnológicas de comunicación o educativas que se van a utilizar y se aconseja que la utilizada sea común para todo el centro.

EL SINDICATO ANPE NO SE SUMA AL PROTOCOLO

Desde la organización sindical ANPE Cantabria indicaron a la Consejería de Educación a que era imprescindible que los representantes de los docentes formasen parte de la negociación de dicho protocolo. Dicen haber asistido a dos mesas técnicas, en las que hicieron abundantes aportaciones, pero ninguna de ellas fue tenida en cuenta.

Desde ANPE CANTABRIA creen que el objetivo del próximo curso debe ser garantizar la enseñanza presencial, para todo el alumnado. Para ello ven necesario crear un entorno escolar seguro que de confianza y seguridad a la comunidad educativa, con el cumplimento riguroso de las medidas sanitarias y de distanciamiento social, pero les parece que la regulación concreta no puede dejarse a expensas de los Planes de Contingencia que acabarán concretándose por parte de los equipos directivos, tal y como establece el Protocolo, antes del 21 de Agosto.

Para garantizar la vuelta a las aulas proponen una serie de medidas. Por ejemplo, diseñar un plan de remodelación de los centros educativos, con las reformas estructurales y adaptaciones necesarias, que permitan adecuar los espacios para cumplir con las medidas preventivas y, excepcionalmente, habilitar otros espacios públicos u otras medidas alternativas.

Hablan también de reforzar y aumentar las plantillas docentes. Las medidas de distanciamiento de seguridad obligan a bajar la ratio, realizando los desdobles de los grupos necesarios. Por otro lado, creen que hay que llevar a cabo planes específicos de apoyo y refuerzo educativo, con el alumnado que no ha podido realizar un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado en el tercer trimestre del curso 2019-20. El profesorado vulnerable ante la COVID-19, añaden, no se debería incorporar a los centros educativos y deberían ser sustituidos de manera inmediata.

Dotar a los centros de enfermeros escolares es otra de sus propuestas, para que realice las funciones de responsable de la covid-19 en el centro educativo, algo que recoge el documento de los dos Ministerios, y realizar las funciones de detección precoz, seguimiento de casos, enlace con los centros sanitarios y colaborar con los temas de educación para la salud, además de asesorar a los alumnos y profesores frente a la COVID-19.

Además de las medidas que tienen más que ver con el ámbito sanitario de la vuelta a las aulas, ANPE también piensa que es imprescindible establecer un plan de digitalización de los centros educativos, como complemento a la enseñanza presencial y que permita estar preparados ante un posible confinamiento. Este plan, según el sindicato, debería estar basado en tres ejes fundamentales: dotación de medios tecnológicos y de conectividad, para el alumnado y el profesorado; formación para alumnado y profesorado; creación de plataformas digitales por parte de las administraciones educativas.

Creen que en el curso 2020/21 se debe contratar el profesorado necesario en Infantil y Primaria, con carácter de plazas vacantes (para todo el curso), al igual que en el resto de cuerpos. Esto permitiría organizar el curso con garantías en los colegios, y no cambiar de grupos y horarios a los alumnos, en función del número de profesores disponibles en cada momento.

También solicitan que se abonen cuanto antes los gastos efectuados por los centros educativos hasta ahora, para la preparación de los centros ante la pandemia.

En el sindicato afirman que es necesario regular las condiciones de trabajo en la enseñanza online y el derecho a la desconexión digital de los docentes, para evitar jornadas de trabajo de más de 14 horas sin distinguir días lectivos, festivos o fines de semana.

Desde ANPE Cantabria han mostrado su desacuerdo con la obligatoriedad de ir a trabajar al centro educativo, en el caso de que se ponga en marcha el escenario 3, que establece el confinamiento del resto de la población, mientras los docentes se ven obligados a acudir al centro de trabajo.

Por otro lado, exige que se concrete oficialmente la posible obligatoriedad, y los problemas técnicos y legales que pueden surgir, para impartir las clases por vídeo en streaming.

La reapertura de los centros en el mes de septiembre debe garantizar, en opinión de esta organización, el cumplimiento de todas las medidas preventivas frente a la COVID-19 y, a la vez, tiene que ser compatible con el proceso de enseñanza-aprendizaje. ANPE exige instrucciones claras y criterios unificados para abordar la actividad docente en el próximo curso. Lo que no quieren es que se reproduzca el sentimiento de abandono, cansancio e incertidumbre que han tenido los docentes durante este final de curso escolar.

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