La Mala Hierba presenta su disco-libro
El pasado jueves 23 de julio, tras un “periplo complicado”, la Mala Hierba anunciaba a través de Facebook la salida de su disco-libro. Se trata de 14 canciones y un pequeño tratado de malas hierbas, cada una asociada a un tema, con sus propiedades, sus nombres populares, sus leyendas y las mentiras o medias verdades que cuentan de ellas.
“El proyecto surge como parte de una necesidad artística y creativa, pero también cubre una parte de activismo en la que me siento muy involucrada, que tiene que ver con la divulgación de la memoria de las mujeres que fueron pioneras o no o que desde lo doméstico hicieron sostener el sistema. No hay una sola mirada de género a través de las letras”, señala Gema Martínez en una entrevista para EL FARADIO.
Asimismo, Martínez asegura que además de la parte estética, la parte activista del proyecto está enfocada también a que ellos cuando daban conciertos, la mitad de lo que sacaban lo donaban en forma de colaboraciones económicas a colectivos de ámbito local que trabajaban para distintos proyectos como la asistencia de violencia de género, educación sexual o programas de sostenibilidad ambiental.
En cuanto a cómo lleva la situación generada por la pandemia la integrante de La Mala Hierba admite que “en general tengo cierta pesadumbre”, aunque añade que “vivo en un pueblo pequeño que ha hecho que pueda salir a pasear sin encontrarme a nadie”.
EL PROYECTO
La Mala Hierba es un proyecto que nace abierto y con afán de no quedarse quieto. Su punto de partida es la canción del mismo nombre, que pretende reivindicar el lugar en la historia de aquellas mujeres que pelearon y siguen luchando por conseguir una sociedad igualitaria, sin construcciones de género determinadas por el sexo biológico. Es un canto a la evidencia de que no importa cuántas veces se fuerce su silencio, se intente extinguir su acción y su pensamiento. Desde tiempos inmemoriales, una y otra vez vuelven a levantarse sus voces. Porque no puede ahogarse el pulso de la mitad de la humanidad. Es un llamamiento a la conciencia, un acicate para quienes permanecen ajenos a la injusticia de la desigualdad, una respuesta firme a quienes intencionadamente quieren mantenerla.
La idea es que la canción sea el germen, la primera de las “malas hierbas” y que a partir de ésta, pueda ser cantada por otras voces, también recitada, dibujada, fotografiada… dotada de diferentes cuerpos o formas. Y así, conseguir que se extienda e inicie un recorrido sin límite.