Barça: el retorno del Javi

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Hace escasas semanas, el ex seleccionador Javier Clemente criticaba duramente a Xavi, entrenador del Barça, acusándole de ser un inexperto y fundamentalista que pretende enseñar y hacer jugar de una manera determinada a sus jugadores, en vez de respetarles su propio estilo y adaptar su fútbol a la plantilla. Incluso minimizó sus títulos en Arabia: “es como si el Madrid ganase enfrentándose a equipos de Segunda”- apostilló.

Estas opiniones se desautorizan por sí mismas desde el momento en que Clemente era el primero que tenía un estilo muy definido y marginaba a todo aquél que se saliese del mismo, empezando por los “cracks” del equipo, con quienes siempre tuvo problemas. Pero no quisiera detenerme en el que fue icono de un tipo de entrenador – el de “los amarrateguis”- que afortunadamente hoy ya ha quedado relegado al olvido.

Lo cierto es que aquellos entrenadores que, a diferencia de Clemente, sí saben cómo enseñar para mejorar a sus jugadores, e inculcarles un sistema de juego definido, se enfrentan al cortoplacismo y resultadismo aún imperantes en el inconsciente colectivo del mundo futbolístico. Recordemos, si no, como Johan Cruyff estuvo a punto de ser cesado en su primer año como entrenador del Barça, y Guardiola tuvo unos inicios titubeantes, con empate incluido ante nuestro modesto Racing. También Xavi necesitará tiempo para implementar sus ideas.

Por otro lado, cuando este tipo de entrenadores – que imponen su “sello” allí donde van- abandonan el equipo, a menudo se pierde o desvirtúa la “esencia” de su sistema (lamentablemente crear es muy complejo, pero destruir lo construido resulta muy fácil). De ahí que el principal objetivo que se propuso el técnico catalán al volver al Barça fuese recuperar el modelo de juego con el que se formó y luego triunfó como profesional.

La afición, tras años de decepciones, le ha recibido como si se tratase de aquel héroe-Jedi que retorna para devolver la “fuerza” a un club que había acabado cayendo en “el lado oscuro”, parafraseando el lenguaje de La Guerra de las galaxias. El reto resulta complejo y arriesgado, pero si alguien puede y debe intentarlo, ése es Xavi.

Así lo cree el que viene siendo su mentor – como jugador y entrenador- además de ex responsable de Metodología en el Barça: Joan Vilà, quien confía plenamente en Xavi como portador de la antorcha que encendió en su día el cántabro Laureano Ruiz ( considerado el “ abuelo” del método Barça), expandió luego Cruyff ( “ el padre”), internacionalizó Guardiola ( “el hijo”), y cuyo testigo recoge ahora Xavi (“ el nieto”).

En ese sentido, y aunque los títulos tarden en llegar, lo importante es que ya se vislumbran los mimbres de un futuro muy prometedor, con el retorno de un modelo que prioriza la cantera, el talento, y el fútbol-arte. Y alejándose de la degeneración del estilo que implicaba aquel aburrido “tiki-taka” innocuo de los últimos tiempos, basado  una sucesión de pases al pie, sin profundidad ni desmarques de ruptura. Un “fútbol de balonmano”, que a menudo se empeñaba en atacar por el centro de las pobladas defensas contrarias, sin tan siquiera ensayar el chut a puerta desde lejos, ni los centros laterales para rematar, y aún menos los contraataques, como si todo ello supusiera un “sacrilegio” en el modelo.

Pero la auténtica esencia del método no iba de eso. Y así lo ha manifestado el propio Xavi cuando ha defendido una mayor amplitud de registros de ataque (siempre a tenor de la toma correcta de decisiones) como parte del ADN- Barça.

No olvidemos que el propio Cruyff solía indicar a Guardiola-jugador que, al recibir, mirase la opción más profunda ( Romario y los extremos) y sólo si no fuese posible, jugase en corto. Consiguientemente, Johan criticaba aquellos pases “que no sirvan para superar al menos a un contrario”. Por su parte, Laureano siempre ha mantenido que “el mejor ataque es el contraataque”, aquél que coge a la defensa descolocada. De hecho, su sistema de juego destacaba por combinar el gusto por la calidad y el fútbol combinativo con la profundidad, siempre con el objetivo de desarbolar la defensa contraria y crear ocasiones de gol. De ahí que el sistema de ataque de ambos entrenadores potenciase la delantera ( 3-4-3 con dos extremos y un “falso 9”), mientras la mayoría de equipos acumulaban jugadores en las defensas y medias, dejando a un único “ llanero solitario” como punta.

Pero para lograr superar esa falsa dicotomía entre lo que se vulgarmente se denomina “fútbol-posesión” ( o sea, “tenerla por tener”) vs “ fútbol-directo” ( realmente “patadón y búsqueda de segunda jugada”), se requiere de mucho método y preparación previa, hasta interiorizar y  mecanizar ese estilo que logra “hacer fácil lo difícil”.

Sólo así se consiguen los controles orientados y recepciones giradas que permiten ejecutar durante el partido los “rondos” y combinaciones a un toque que “marean” a las defensas rivales. Además de esas llegadas desde atrás para finalizar la jugada, cuestiones -todas estas- en las que el propio Xavi o Iniesta eran expertos. O los continuos engaños (mediante “ fintas”, dejando pasar el balón entre las piernas; pases sorprendentes que cogen a contrapié a la defensa…) con que nos obsequiaron, antes Laudrup, y ahora Pedri.

Todo lo anterior debe ir acompañado de hábiles extremos que “abran el campo” y profundicen por la banda, pero que sepan también entrar en diagonal al centro en los momentos adecuados (recordemos a Stoichkov, Villa o a Pedrito). Amén de atacantes que sepan bajar a recibir o tocar al “ tercer hombre” que se incorpora desde atrás, pero también correr al espacio libre, o entrar al remate, cuando es necesario ( aquí podemos hacer referencia a Bakero, Romario o al añorado Messi).

Pues bien, al margen de los resultados – que indefectiblemente llegarán si se profundiza en esta línea- todo esto empieza a recuperarse en el Barça actual, lo cual supone una buena noticia para quienes amamos el “deporte-rey”. No en vano los buenos aficionados –sea cual sea su equipo- aún recuerdan aquel Madrid de Hugo Sánchez y la Quinta del Buitre, que también contribuyó a mejorar la calidad del fútbol nacional. O a aquella selección española de hace unos años que tantas satisfacciones y títulos nos brindó, huyendo de “tópicos fascistoides” como ” la furia española” y basándose precisamente en las mismas premisas y conceptos comentados; en el gusto por el buen fútbol.

*Luis Ruiz Aja es sociólogo, ex futbolista del filial del Racing y escritor. Autor del libro “ Laureano Ruiz, una vida de anécdotas” ( ed. Librofútbol)

 

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