Cantabria regresa al futuro

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||por VÍCTOR GUTIÉRREZ LARRAÑAGA, de WAAHI CONCEPT||

Hoy he llevado a mis hijas al colegio. Para los no usuarios, el colegio es el Iugar donde la juventud va a conseguir cosas tan importantes como entender su entorno, desarrollar hábitos, crear amistades para toda la vida…y muchas más cosas que una maestra, un pedagogo o un miembro del Ampa nos explicaría si les hiciéramos más caso.

Mientras esperaba a que la maestra recibiera a mi hija, me puse a leer eIfaradio.com, leí la portada y me dio un flashback que quiero compartir. En dicho flashback recordé el día que visitaron mi cole* un deportista y un político regional. El futbolista en cuestión era el capitán del Racing**, mi ídolo. ¿El político? Por lo dicho anteriormente, ni me acuerdo de quién fue, sólo recuerdo su corbata fosforita. Honestamente, a esas edades uno piensa que todos los políticos son iguales, dejando para después la labor de descubrir que unos son más iguales que otros. No obstante, escrito en piedra recuerdo sus palabras: SOIS EL FUTURO DE CANTABRIA.

Por un lado, me sentí abrumado por la responsabilidad de levantar la región. Si mi padre levantándose a las 6:00 horas para ordeñar apenas podía llegar a fin de mes… ¿qué íbamos a conseguir la panda de mocarriosos presentes en la sala de usos múltiples? Supongo que lo mismo debieron pensar mis compañeros y compañeras de cole. En estas circunstancias llegó el momento y nos pusimos a la titánica tarea de construir el futuro de Cantabria que tan brillantemente había sido planeado. Mi madre, menos verborreica que el político, pero infinitamente más sabia, me explicó de manera breve pero sencilla de interpretar la mecánica de dicho proceso: Si no estudias, ya sabes donde está la cuadra o la mar, pero a pasear libros no vas. ***

En el transcurso de ese proceso “vocacional” se nos fue colocando poco a poco. A unas cuantas compañeras la inercia les llevó a la fábrica de anchoas, que era dura, pagaba peor, pero para el futuro te dejaba recoger a los niños del cole. Si la frase anterior les parece una burrada, juro por la cláusula de Pablo Torre que esa frase se escuchaba a chicas de 14 años en 1997, cuando la gente aún pensaba en crear una familia basada en el dios proveerá y no en el modelo de “vamos a hacer presupuesto y si cuadra la llamaremos Natalia”.

A unos pocos menos les llegó la vocación de las vacas porque era el negocio de la familia… y al fin y al cabo ya tenían su buena práctica.

El equivalente a las vacas en Santoña era la mar. Es más, si la novia iba a la fábrica, el novio a la mar y eras murguista, en Santoña ya eras un hombre adulto a efectos sociales con derecho a ir de ronda sin enseñar carnet.

A los rejegos en agachar el lomo pero avispados nos tocó estudiar, aunque ciertamente la mayoría en la floreciente rama académica de opositor y/o emigrante.

A los inclasificables les tocó el turismo. Ahí, la marisma se abrió ( o se hormigonó) para que fluyera el maná cuando el camarero guindilla de Noja pronunció en perfecto acento de Barakaldo un: egun on Aritz, ¿qué quieres de amaiketako con tu rioja alavesa?

Al resto les fueron colocando en oficios manuales de diversa índole…aunque la verdad sea dicha casi todos acabaron en la construcción, dado que los vecinos vascos y de otras localizaciones querían segunda vivienda. A la construcción ayudó también que del anterior futuro quedaban pocas fábricas…salvo las de anchoas, que salían por esporas a un ritmo que nos hizo acabar trayendo pesca de Chile, Argentina e incluso de sitios de mal vivir como el mediterraneo*“”*. La construcción tuvo tal afición, que hubo hasta marineros que buscaron trabajo en tierra para colocar ladrillos, lo que era el equivalente Santoñés a tener carnet del PCE y que el niño te saliera de VOX *****.

Los resultados fueron variables. El tema es que algo hicimos mal los “niños del futuro” de entonces y parece ser que el error básico fue que no debimos prestar suficiente atención ni a los políticos de corbata fosforita ni a los empresarios de corbata del mismo color.

Para no entrar en detalles y ser precisos, construimos un futuro por encima de nuestras posibilidades, que hay que tener mala uva para hacerle eso a una región que te dice que eres el futuro, por lo que obviamente en esas condiciones toca repetir el curso de “niño del futuro”. Nunca es tarde si la dicha es buena y en esas andamos ahora, rehaciendo el futuro tanto para nosotros como para nuestras hijas, con una pandemia que aún no sabemos si también formará parte del futuro, pero que como resorte para hablar del mismo ha funcionado maravillosamente.

Es por eso que me reconforta leer noticias como que en un futuro habrá que cubrir al menos 2.000 puestos en la industria de la construcción. De igual manera, tranquiliza leer los planes para, esencialmente, urbanizar el interior de Cantabria como se hizo en la costa. Queda pues patente que el futuro de Cantabria, con turismo rural de valor añadido y construcción sustentable es un gran salto con respecto a nuestro futuro anterior de albañiles y camareros.

En esa línea, el futuro de nuestro campo pinta tan maravilloso que los supervivientes podrán tener territorios rurales inteligentes, no como en este futuro en el que somos cortucos, nos quedamos sin señal gps y acabamos haciendo tractoradas por el paseo pereda gritando que queremos tener un futuro.

Sepan ustedes que en el futuro tendremos formación dual aunque luego no sepamos si haya hueco en la fábrica, no como antes que teníamos aprendices y becarios que no sabían si luego iban a tener hueco en la fábrica. En el futuro no necesitaremos emigrar para vivir a la espera de poder retornar algún día, sólo tendremos experiencias extrarregionales para formamos académica y profesionalmente fuera de Cantabria, con la posibilidad de retornar en caso de que en el futuro de Cantabria haya futuro.

¿Alguien ha dicho industria? Cálmense, el futuro nos trae grandes proyectos de futuro que ESTA VEZ no tendrán el mismo futuro que los anteriores planes de futuro. En definitiva, nos han dicho que estamos en un momento clave para avanzar y situar a Cantabria en el siglo xxi. Servidor con esto ha quedado convencido de que esto es un gran salto respecto a lo dicho hace 20 años, cuando nos dijeron que estábamos en un momento clave para avanzar y situar a Cantabria en el siglo xxi.

El futuro va a llegar y viene con libro de instrucciones debidamente digitalizado. Queda terminantemente prohibido hablar del presente y del pasado, que eso es de resentidos o, Dios nos libre, de expertos.

Amigos y amigas, el futuro siempre debe ser algo espléndido y maravilloso, un tiempo aún por hacer, pero más importante, sobre el que no se admiten más preguntas que las pertinentes a los collares de los perros, y parece ser que la duda radica en si serán longanizas o chorizos de matanza. El que se atreva a decir lo contrario es un agorero, ese anticristo del futuro.

¿Quién va a pagar el futuro? Pues en esas andamos, pero creo que la tonada ya les suena. A raíz de lo anterior, absténganse de preguntar por el futuro de la sanidad, la educación, el campo, los derechos sociales o las pensiones. Ahí simplemente toca Sex Pistols: No future for you. Qué bonito es pensar en el futuro. Es pensarlo y me entra una paz inmensa por el futuro de mis hijas. Me emociono sólo de pensar en cómo contárselo mientras les saco el pasaporte.

Para construir mi colegio, en Santoña nos cargamos un trozo de marisma…y coronamos el atentado con dos puentes. Quisieron hacer un túnel a Laredo, y en Santoña dijimos que joder un parque natural vale porque el relleno es el futuro, pero que con Laredo lo único a colocar es un cañon que apunte desde el pasaje. En el relleno también se construyeron las nuevas fábricas donde trabajan mis compis de cole…y a las que mando todo mi apoyo para que por fin les paguen lo que se merecen. ÁNIMO COMPAÑERAS!

NOTAS A PIE:

*Mi ídolo nos dio una charla sobre la disciplina y el trabajo en equipo. A la semana le echaron del Racing por soltar una soberana y merecida hostiaza a un compañero. Cualquier duda sobre si era mi ídolo fue despejada…lo sigue siendo hoy.

**”Los libros se usaron, pero la cuadra llegaba igualmente en vacaciones, porque mi madre es de pueblo pero no gilipollas. Paradójicamente, lo único que sigue inalterable en la Cantabria que dejé en 2001 es una pintada en Escalante que reza así: Ecologistas hijos de p”**. Lo más probable es que el autor ya haya recibido su acreditación para explicar su ponderada visión del futuro regional.

“”  Los pata negra de Santoña sabemos distinguir si la anchoa es del cantábrico o de fuera con la mirada… mueran de envidia.

““” En los 2000, en Santoña existía la posibilidad real de ser comunista de carnet y pancarta el 1 de mayo y votar a falange para el ayuntamiento sin contradicción ideológica ninguna… mueran de envidia again.

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