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Isabel Giménez relata en un libro la respuesta de los profesionales de Valdecilla a la pandemia por COVID-19

‘Cuando Fuimos Mejores’ da voz a las vivencias, sensaciones y el ‘espíritu Valdecilla’ que se vivió intramuros
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El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla ha editado el libro ‘Cuando Fuimos Mejores. Relato de la pandemia por COVID-19’ en el que da cuenta de la respuesta de sus profesionales a la crisis sanitaria provocada por la expansión del SAR-CoV-2 y aglutina material con el que se documenta una vivencia histórica para el Hospital y el resto del mundo. La propia autora nos ha hablado sobre este ejemplar, que se puede descargar libremente desde la página web del centro sanitario, en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

Testimonios de sanitarios, fotografías, cartas de ciudadanos y dibujos de escolares enviados a los pacientes aislados, entre otros documentos, acompañan el relato escrito por la periodista Isabel Giménez, que trabajó como comunicadora en Valdecilla durante la pandemia, y al epílogo escrito por el director gerente del Hospital, Rafael Tejido.

‘Cuando fuimos mejores’ se centra en el marco temporal que va desde enero de 2020 hasta la llegada de la vacuna, en las Navidades de ese mismo año, pero hace especial hincapié en el relato de la primera ola de la pandemia, por ser el período de tiempo en el que se tomaron las decisiones más importantes para hacer frente a la crisis y se vivieron los momentos más significativos a nivel profesional y personal de los sanitarios.

El libro, que pretende ser un homenaje “a todos los que dieron lo mejor de sí mismos para afrontar la pandemia por COVID-19” y está escrito “en memoria de las víctimas”, hace referencia en su título a una de las frases más repetidas en aquellos momentos en los que se hacían llamamientos a la esperanza: “De esta saldremos mejores”.

“A la vuelta de unos años, echando la vista atrás, ¿podemos decir que hemos salido mejores? Más experimentados, sin duda; más capacitados para la adversidad, también; más conocedores del dolor, de la propia capacidad de sacrificio y de la resiliencia, incontestable; con más información acerca de la verdadera naturaleza de las cosas y del vecino, seguramente. ¿Y como colectivo? Como colectivo no sé si salimos mejores o fue solo un precioso espejismo. Lo que sí sé con total seguridad es que, esos días, lo fuimos”, afirma la autora, para quien la reacción de los profesionales del Hospital es un ejemplo muy significativo del denominado ‘espíritu Valdecilla’, “un concepto fundacional del centro que hace su aparición de manera contundente en los momentos más difíciles”.

Tal y como explica Rafael Tejido en el epílogo del libro, “el reto era inmenso y grandes hospitales europeos y españoles habían sido sacudidos brutalmente ante una avalancha interminable de casos. Afortunadamente no hay tsunami ni ciclón que doblegue a Valdecilla. Nuestras torres y pabellones son el esqueleto que soporta un potente músculo de profesionales, un cerebro lleno de competencia y talento y un alma rebosante de vocación, compromiso y sentido de pertenencia”.

Así, este relato pretende trasladar cómo se vivieron los primeros compases de la pandemia mundial desde el interior del Hospital, con el ánimo de dejar constancia de las medidas que se adoptaron y, sobre todo, de las sensaciones que se vivieron intramuros, desde el punto de vista de una profesional no sanitaria, que tuvo “el privilegio de acompañar como comunicadora a quienes tenían que hacer frente a una situación de tal magnitud”, subraya Giménez.

Los trabajos previos a la llegada de la primera paciente COVID, un 29 de febrero de aquel año bisiesto, la separación de Valdecilla en dos hospitales bien diferenciados -COVID y no COVID- la formación de un equipo de profesionales voluntarios de diferentes especialidades para atender la emergencia, la creación de nuevas instalaciones en tiempo récord, las medidas de humanización, las sensaciones de unidad, tristeza, miedo o alegría -cuando se conseguía el alta de un paciente-, los planes de contingencia, las sensaciones al regresar a casa, el esfuerzo en comunicación para mantener la relación con la sociedad confinada y angustiada, a través de los medios y las redes sociales del Hospital…

“La intención era compartir una experiencia tan intensa como la que se estaba viviendo y sentirse cerca de quienes estaban confinados y asustados. Puede que nunca antes la sociedad de Cantabria y los profesionales de Valdecilla hayan estado tan unidos y tan orgullosos de formar parte de una misma cosa”, explica la periodista.

En definitiva, una vivencia excepcional que, de repetirse, tendrá en esta crisis sanitaria -iniciada en 2020 y concluida oficialmente esta semana por parte del Gobierno español- un precedente al que poder mirar. “Aunque a veces da la impresión de que ocurrió hace mucho tiempo, en la memoria quedan las lecciones aprendidas. El fortalecimiento de la Salud Pública, la mejora en los sistemas de información, el mercado de los EPIS, el desarrollo de las vacunas y la innovación en nuevos fármacos nos deben hacer más fuertes”, indica Tejido.

Además de la edición de este libro, el Hospital ha hecho entrega a la Biblioteca Marquesa de Pelayo de todo el material de Comunicación recopilado durante la pandemia: fotografías, vídeos, noticias, notas de prensa, boletines de comunicación interna, etcétera, con el objetivo de que los custodie como documentación que forma parte de la historia de Valdecilla y sus profesionales y pueda ser consultada o utilizada en futuros trabajos divulgativos o de investigación.

“La historia de Valdecilla es parte de la historia de la sociedad de Cantabria y forma parte también de la historia de la sanidad española. Por eso es importante documentar el trabajo que se realiza en el Hospital, máxime en períodos tan trascendentales como este que han dejado una huella tan profunda en la organización, y hacerlo, no sólo mediante artículos en torno a hallazgos científicos, sino también a través de materiales que cuentan otro tipo de historias y trasladan otra serie de matices que ayudan a completar la realidad de lo que somos”, señala Tejido, para quien “es posible que la necesidad de volver a asumir nuevos retos y seguir con nuestras vidas haya hecho que veamos ya un poco lejano todo lo que hemos vivido, pero seguro que los profesionales que han trabajado en el Hospital en este período no lo van a olvidar”.

 

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