La Asociación de Amigos del Patrimonio de Laredo quiere denunciar la “irrespetuosa” rehabilitación del Mercado de Abastos del municipio. El levantamiento de unos muros de forja que “ahogan” el conjunto se suma al “nulo respeto” a las cerámicas de Zuloaga así como a la “inaceptable” rotura de muchos de los ladrillos del icónico edificio diseñado inicialmente por Joaquín de Rucoba y ejecutado finalmente según la dirección del castreño Eladio Laredo a comienzos del siglo XX.

“El proyecto dista mucho de ser respetuoso con el original de Eladio Laredo, a diferencia de lo que nos vendieron en su día”, lamentan desde el colectivo conservacionista. “Lejos de eso, casi desde el inicio de las obras estamos asistiendo a una sucesión de agresiones a uno de los elementos más emblemáticos de nuestro patrimonio, catalogado como edificio a conservar, con categoría 2”, subrayan.

Los Amigos del Patrimonio de Laredo reconocen asistir “con impotencia” a una sucesión de hechos consumados que les lleva a alzar la voz. “Desde que supimos del proyecto pusimos especial énfasis en proteger las piezas de cerámica de Zuloaga, de altísimo valor artístico e histórico. El tiempo nos dio la razón y tuvimos que ver cómo una de las colecciones se desprendía y se rompía sobre el asfalto”.

Según esta asociación, “lo peor estaba por llegar con la propuesta de cerramiento. Están estrangulando el edificio con unos muros de forja que nada tienen que ver con la sustentación liviana, mediante columnas, del edificio original. El pesebre no iba cerrado, lo que hacía que el conjunto respire. Nada de eso se mantiene en lo que se está ejecutando”, denuncian.

Durante las últimas semanas, han hecho una minuciosa recopilación de actuaciones “desafortunadas” en las que se incluye el derribo de amplios tramos del ladrillo original, sin otra razón aparente que “una forma muy cuestionable de encarar la rehabilitación de un edificio histórico”.

El Mercado de Abastos de Laredo forma parte del Patrimonio Cultural de Cantabria, y está incluido en el inventario general. Llegados a este punto, se plantean incluso instar a la paralización de las obras. Algo que contempla la propia normativa. “Cuando la Administración Advierta la realización de obras, actividades o usos que puedan comprometer la integridad física o la pervivencia de los valores que hacen reconocible un Bien Cultural como tal, ordenará su inmediata paralización”.