Las Mesas de Movilidad y la FAMPA piden soluciones al caos en el transporte escolar de Cantabria
Las Mesas de Movilidad de Cantabria se han reunido con las responsables de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado para tratar los enormes problemas de transporte escolar que existen en Cantabria, con el objeto de establecer soluciones en relación al transporte escolar y su vinculación con el transporte público, de los cuales son responsables respectivamente las Consejerías de Educación y de Fomento del Gobierno de Cantabria.
Las Mesas de Movilidad de Cantabria y las responsables de la FAMPA coinciden en la falta de soluciones tanto al transporte escolar como al transporte público y siguen reivindicando la creación de un Consorcio Regional de Transportes que solucionaría muchos de estos problemas, si bien siguen viendo cómo la inoperancia de los sucesivos Gobiernos hace que los problemas crezcan.
La FAMPA coincide en muchos de estos problemas relacionados con el transporte escolar, como son las frecuencias insuficientes, los horarios de paso de autobuses, para buena parte del alumnado de la región, como los de Ramales de la Victoria, Ampuero, Laredo, Boo de Piélagos, etc., por citar algunos que hace que tengan que buscar un transporte alternativo al autobús. Distintas AMPA’s han tratado de exponer esta problemática sin que hasta la fecha el Gobierno responda a pesar de las reuniones mantenidas desde el comienzo de legislatura.
En otro territorios, como es el caso de la vecina Asturias, la vinculación entre transporte escolar y transporte público ha sido una buena solución, una fórmula que se ha planteado a los responsables de Fomento y Educación del Gobierno de Cantabria.
Y citaban algunos problemas detectados, como que «se están incumpliendo los pliegos por parte de las empresas de transporte adjudicatarias». Relataban: «hay dos autobuses, uno para 1º y 2º de la ESO y, después, otro para Bachillerato, detectándose que el alumnado de más edad se colaba en el de los más pequeños, básicamente debido a que la espera es de 30 minutos y los pliegos no recogen estos detalles, con la consecuencia que empeora el día a día del transporte escolar de los estudiantes».
«Dejando claro que la solución no es poner a una persona para que controle quien tiene que entrar y quien no, sino que la solución pase por que los autobuses lleguen a su hora, evitando que los estudiantes estén obligados todos los días a media hora de espera, toda vez que en el pliego se establece un máximo de 15 minutos», aseveran.
Ante las circunstancias expuestas, consideran que son los propios centros escolares los que tienen que poner en marcha sus propias herramientas de gestión de la demanda para intentar poner orden en el caos, razón por la que desde las Mesas de Movilidad y la FAMPA piden optimizar la oferta de transporte público ordinario y el escolar, al no funcionar por lo general al máximo de su capacidad de transporte de viajeros, de forma que el alumnado conviva en el medio de transporte por carretera con personas ajenas a los centros escolares, tratando de buscar asimismo de forma sinérgica soluciones en los entornos escolares, fomentando los desplazamientos a pie y en bicicleta.
Cuando se da traslado de estos problemas a los gestores de las Consejerías de Fomento y Educación, lamentan, ,»o lo abordan y siempre ponen dificultades aludiendo a las competencias de las dos Consejerías». Al respecto conviene señalar que la Consejería de Educación tiene un presupuesto que ronda los 19 millones de euros en transporte público escolar, mientras que el presupuesto de la Consejería de Fomento es de casi la mitad, «datos que chirrían y ponen en evidencia que hay un serio desajuste presupuestario, que algo no se está haciendo bien desde el Gobierno autonómico».