«Compartir la educación sobre el medio ambiente es profundamente transformador»
El proyecto de bibliotecas transformadoras, de la mano de Nuria San Millán, educadora social y fundadora de Transformando Futuros y Rocío Raba López, maestra de primaria y coordinadora de sostenibilidad del Colegio Marina de Cudeyo, que han puesto en marcha en este mismo centro, tiene previsto va a repetirse como proyecto en Ecuador de la mano de Alegría Barzallo, estudiante de bachillerato en el Colegio Americano de San Francisco de Quito. La joven, creó desde cero una biblioteca para una escuela donde no tenían acceso a libros y gracias a esta iniciativa, se pretende a partir de ahora que nazcan nuevos espacios para estos lugares hechos con materiales sostenibles y libros que conciencien sobre el medio ambiente.
El nacimiento de la idea de sostenibilidad en el colegio se fraguó con la creación de los cuentos «Greti, el monstruo sostenible. «Creía necesario crear algún libro que acercase a los alumnos a los objetivos de desarrollo sostenible», ha explicado Rocío, añadiendo que la literatura infantil es una herramienta muy importante para concienciar a los estudiantes sobre el cuidado de la naturaleza. Durante la pandemia, la observación de cómo la naturaleza se recuperaba inspiró a Rocío a desarrollar esta idea, que llamó la atención de Nuria, desde hace años activa con la asociación Transformando Futuros y derivó en un proyecto medioambiental en el CEIP de Marina de Cudeyo.
Una de los cosas sobre el cual se vertebra el plan de sostenibilidad del colegio es el proyecto más importante, el de la biblioteca sostenible. Tal y cómo explicaron, fue diseñada por una alumna, como parte de una iniciativa llamada Aula de Talento, organizada por la Fundación Botín. «El concurso fomentaba la creatividad del alumnado y la idea era que ellos mismos diseñaran su biblioteca ideal», ha dicho Rocío. Así, se construyó una biblioteca con madera reciclada y metacrilato en el hall del centro algo que «al tener paredes transparentes se ve que hay dentro y les llama la atención (a los niños) y el hecho de que haya un tobogán y tengan que entrar en la biblioteca y coger un libro para lanzarse por el es un incentivo», ha asegurado la profesora de primaria.
También, se puso en funcionamiento este último curso escolar el aula de sostenibilidad, donde se reciclan materiales y se llevan acabo manualidades y actividades con ellos. También, durante los recreos, hay actividades como alternativa de entretenimiento y se crearon las patrullas verdes que recogen las basuras del centro. Al principio, reciclar era complicado ya que «nosotros si lo hacíamos, pero luego ese esfuerzo no servía de nada porque el mantenimiento del centro no tenía la orden de reciclar», ha narrado Rocío Raba. Todo esto, entre otras iniciativas como trabajar «para el mercado solidario y participar en diferentes concursos, siempre con el objetivo de reducir nuestro impacto ambiental» o dar a cada niño su tupper o botella de agua le ha servido al colegio de Marina de Cudeyo a ganar el galardón de «colegio más sostenible de Cantabria». Forma también parte de la red europea de escuelas sostenibles, llamadas «Blue Schools».
Nuria San Millán explica cómo todo este proyecto de bibliotecas transformadoras nació en un principio de su compromiso con el cuidado de los océanos. «Queríamos fomentar la creatividad y contar historias relacionadas con la sostenibilidad y la cultura oceánica», aseguraba. El proyecto «Transformando mares de plásticos en mares limpios» llevó a Nuria a conocer a Rocío y, a partir de ahí, colaboraron en la incorporación de criterios de sostenibilidad en el colegio. Pero no es solo el único ya que al otro lado de la bahía la escuela Atalaya ha formado parte de un proyecto para los alumnos llamado «el mensaje de la botella», en el que se revindican las aguas limpias.
Esto viene al hilo de sus objetivos en Ecuador, país donde Transformando Futuros ha estado también trabajando y es crear también allí una biblioteca transformadora. Y es aquí donde entra para esta labor la ayuda de Alegría Burzallo, estudiante de bachillerato, que creó una biblioteca en un colegio donde no llegaba la ayuda del Ministerio de Educación ecuatoriano. «Mi idea principal no era esa, o en ese colegio, era muy general (…) recibí muchísimos libros que tuve que clasificar por temáticas en un Excel», gracias a «utilizar las redes sociales» y así creamos la biblioteca en esa escuela», ha narrado Alegría. A la inauguración fueron incluso los encargados del Gobierno de Ecuador en esta materia.
«Nos damos cuenta que lo que piden son libros» ha explicado Nuria San Millán, que cree firmemente que el objetivo es contagiar a otros colegios tanto en Cantabria como en Ecuador. «Es muy importante que los proyectos no solo queden en una iniciativa» ha argumentado. Además, Alegría ha comentado la intención de Transformado Futuros de crear también una biblioteca en La Selva. «Queremos que haya cada vez más coles sostenibles y más bibliotecas transformadoras», ha subrayado Nuria.
Al fin y al cabo, la concienciación sobre cuidar nuestro entorno parte de los más pequeños, que son los que en un futuro heredarán el planeta de desde los cuales se puede llamar a las familias a realizar pequeñas acciones como reciclar la basura del hogar. «Hay gente que te dice, yo con esto no porque no están de acuerdo con estos planteamientos» ha argumentado Rocío Raba. Pero al final del día, los niños pueden llegar a introducir los conceptos básicos para cuidar los océanos y el planeta en casa, aunque en cuanto «a trabajar, lo hacemos con quién somos más afines, siempre respetando lo que piense cada uno», ha mencionado Nuria San Millán.
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