Hombro con hombro, clase con clase: Bridgestone y el metal tiñen de naranja el Primero de Mayo

El Primero de Mayo vuelve a ser la confluencia de las luchas laborales. Santander y Torrelavega acogen los distintos colores que representan los temas que tienen que ver con la industria, las pensiones, la lucha internacionalista y los servicios públicos
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Este Primero de Mayo, quien quiera pintar el tópico de un sindicalismo fuera de los centros de trabajo y envejecido sumaría dificultades extras a su ya de por sí alejada visión de la realidad, consecuencia de la inoculación de propaganda recibida.

Una marea naranja, el color del buzo de los trabajadores de Bridgestone, la fábrica de Reocín que lucha contra cientos de despidos que no son consecuencia de pérdidas, sino de búsqueda de todavía más beneficios, se ha hecho valer en la manifestación del Primero de Mayo en Santander, haciendo además realidad uno de los lemas que se cantaban, el «hombro con hombro», ya que también estaban los trabajadores del metal, enfrascados en una negociación de su convenio frente a una de las patronales más peculiares que hay, desgajada de CEOE, de carácter hereditario y que suple su escaso conocimiento del mundo del trabajo con bloqueos constantes a algo tan rutinario en el mundo laboral como una negociación, y una hostilidad retórica impropia de personas con responsabilidades elevadas.

Bridgestone y metal, con plantillas de todas las edades, con sus familias, con niños hombros y carricoches, curtidos en negociaciones y huelgas, literalmente en estos momentos, marchaban junto a representantes de pensionistas, servicios públicos (con la lucha docente o la preocupación sanitaria muy latente).

O el mensaje específico por la transición ecológica justa y sostenible, además de otros colectivos como Pasaje Seguro, que ponen el acento en la importancia de proteger a los trabajadores y trabajadoras migrantes de discriminaciones laborales o el racismo institucional (frente al discurso que se quiere inocular de puertas abiertas para todos, la realidad refleja CIEs, redadas racistas y expulsiones).

Porque el Primero de Mayo es, entre otras cosas, una fiesta internacional e internacionalista, con mensajes de apoyo no solo a sindicalistas perseguidos en todo el mundo (la actividad sindical libre es uno de los indicadores de las sociedades avanzadas y democráticas), sino a pueblos especialmente amenazados como el saharaui o el palestino, avasallados por Marruecos e Israel, respectivamente, como apuntaba Interpueblos.

La preocupación contra el incremento de los discursos bélicos y el reflejo que pueda tener en carrera armamentística ha sido recurrente en lemas y pancartas.

Sobre el templete, los mensajes de los sindicatos convocantes, UGT y CC.OO. (Comisiones Obreras), mandaban mensajes de aliento y lucha a Bridgestone o el metal. De Bridgestone, donde la preocupación es por despidos, abogaban por luchar para reducir el número de despidos o evitarlos (desde las instituciones ya se está trabajando en recolocaciones en otros sectores, mientras ayer se apuntaba a la posibilidad de extender la actividad de la planta a los trabajos en Defensa que parecen avecinarse).

Rosa Mantecón, de Comisiones, describía una Cantabria «en pie de guerra en la defensa de los servicios públicos», y Mariano Carmona, de UGT, criticaba la deriva de las Ferias de Empleo (empresas citando en hoteles a personas en paro), que comparaba a «señoritos diciendo ‘este sí, este no'». Ambos apuntaban al problema de la vivienda y la presión de los fondos buitre encareciendo precios de hipotecas y también alquileres.

Más: críticas a que la bonanza económica que se refleja en beneficios empresariales no llegue a las plantillas, y encima se azucen discursos contra los trabajadores, con la campaña empresarial y mutualista (secundada por el Gobierno) contra lo que insisten en llamar absentismo (bajas médicas, permisos de paternidad o maternidad), presentadas como decisiones personales de los trabajadores (y eso que esas bajas implican descenso salarial).

En lugar de eso, advertían del problema realmente importante en el que se cruzan salud y empleo: el de los accidentes laborales, con poca inversión preventiva y poca protección.

En clave internacional, alertaron de la ola reaccionaria, el verdadero globalismo actual, de Argentina a Estados Unidos, señalando que el ataque arancelario de Trump es más que eso, un ataque al modelo social europeo.

La manifestación, que contó con bloques más críticos de organizaciones como CGT, PCPE, contó con la asistencia de partidos como IU, PSOE, Podemos, Cantabristas, Equo, y organizaciones como  Pasaje Seguro, la Comisión 8 de Marzo, el Frente de Estudiantes o Derecho Subjetivo, entre otros.

Torrelavega también tuvo su manifestación. No tan cuantiosa como la de la capital, pero fue numerosa, con el recorrido clásico, con inicio y final en la Plaza Mayor y pasando por lugares como la calle José María de Pereda, la iglesia de la Asunción o la Plaza de la Llama.

Una marcha también con diversos colores, juntos para las diversas luchas que confluyen en una jornada como esta. Presencia de varios trabajadores de Bridgestone también, cuya fábrica queda muy cerca de la capital del Besaya. Una ciudad muy golpeada desde la crisis de 2008, con fábricas que cierran, otras que languidecen y otras que pelean por mantener vivo algo del músculo industrial del que en su día presumía.

También destacaba mucho el verde de la educación. STEC fue uno de los sindicatos que tomó la voz en el final de la manifestación, recordando los largos años de pérdida de poder adquisitivo del profesorado, pero también cuestionando un modelo que puede llevar al cierre del CEIP el Pedregal de Castro Urdiales.

La lucha de los pensionistas tuvo su espacio, así como recordar que los movimientos feministas también están contribuyendo a ver la lucha de la clase trabajadora con un prisma que no era tan habitual en otros tiempos.

Y no faltó la palabra Palestina. Los meses pasan y el genocidio continua en la Franja de Gaza, sin que la comunidad internacional ponga algún freno a la masacre de miles de personas, muchas de ellas niñas y niños. Porque si algo es también el Primero de Mayo es la expresión de un movimiento internacional, que trata de velar por los derechos en todos los rincones.

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