Violencia, sudor y Technopunk
por Patxi Antón
Fotografías: Julia Bermejo
El pasado viernes 13 acudimos a una cita nocturna en la sala Niagara, Se trataba de la presentación del primer larga duración de Agujero (Producciones Tudancas y Folc Records,2025), Una cuidada edición en vinilo que recoge las canciones que han ido adelantando en plataformas digitales, a Agujero les acompañaba PIS, el proyecto en solitario de Alex Pis, frontman de Idolos del Extrarradio y productor de multitud de bandas cántabras. Tras pasar la tarde bebiendo unas latas en un parque del paseo de Altamira (a paseo el general Dávila, por fin..) bajamos la cuesta de la Atalaya, nos tomamos una media en el Bolero y recorrimos los bares de la calle del Carmen para calentar motores y socializar con el personal.
Al entrar en la sala lo primero que nos sorprendió es la decoración del escenario, según el propio Bruno «Hemos cogido todo lo que habia en el local y lo hemos traido» a saber, unas alfombras que parecian robadas desde el mismismo Fillmore, una televisión de tubo que emitia dibujos animados en blanco y negro del primo hermano de «El libro de Los conejitos suicidas» de Andy Riley y publicado aqui por Astiberri, unas lámparas sacadas del rastro de las naves de Maliaño o de casa de la abuela de alguien, una estanteria con discos de Human League y Sex Pistols, fanzines, funkos (Sí, funkos), y un poster con la foto de la comunión de un niño con los ojos tachados
Ante una sala con una buena asistencia de público subió al escenario Alex PIS, que como él mismo indicó también tenia disponible su larga duración «El canto del cisne» (Infest Records, 2024) album que presenta en su cubierta un cisne siendo atacado por varios perros de caza, una miagen violenta y poética como el propio disco. El set de PIS consistia en un sinte analogico Korg, un portatil, un pequeño teclado y un micro como armas de predicación masiva. musicalmente las canciones de Alex, se mueven entre la electrónica, la canción ligera española y el punk mezclados sin fisuras y sin complejos con la sabiduria del que sabe lo que está haciendo. Pero si ya destaca su música, su presencia y actitud escénica es sobresaliente, una vez me decía mi fallecido amigo Dani Ulecia (El Columpio Asesino) que «Un concierto son dos cosas, lo que escuchas y lo que ves». La actitud en el escenario de Álex de rabia, violencia y autolesiones nos trae a la memoria directamente al mismísimo GGAllin, pero por si eso no fuera poco, las cuidadas letras que escupe describen el amor y el odio de nuestra podrida sociedad actual con una visión política y una manera de cantarlas que nos recuerda al asturiano Pablo Und Destruktion.
Destacaron entre otras los temas «Baratijas» donde más que cantar recita con rabia unaletra sobre el clasismo entre los surfers, los hippies, los niños de papá, influencers, etc.. «10.000 años luz» que en el disco participa Marina Iñesta del grupo cántabro Repion y la imprescindible «Yo no soy Lenin». que a ritmo de pasodoble habla sobre la traición, el amor, el odio y la revolución.. No faltaron las versiones, a medio concierto cantó «Hansel y Gretel» de mis añorados Golpes y Bajos, y para acabar disparó una canción de Minor Threat banda de HXC de Washington DC y considerada la banda más importante del movimiento Straight Edge.

Pis. Fotografía: Julia Bermejo
Después de una pausa salieron a escena Bruno y Chuchi o lo que es lo mismo Agujero. La banda solo lleva una guitarra electrica, caja, timbala y un par de platos. Presentaban su primer larga duración, titulado «7» (Producciones Tudancas y Folc Records, 2025), presentados en una cuidada edición en vinilo. Su estilo es una mezcla entre el punk más primigenio o garagero al estilo de Los Saicos y una acertada conceptualización artística, que se aprecia desde la escenografia con la que llenaron el escenario de la Sala Niagara hasta en las frases lanzadas a modo de slogans de sus letras.
Sus canciones más macarras nos llevan al punkrock más guitarrero como por el ejemplo «Siete», y otros temas como «Sombras» comienzan de manera más pausada recitando la letra para acabar con un derroche de energia y sudor sobre el escenario. Cuesta etiquetar a Agujero en un determinado estilo, ya que lo que hacen es muy personal y no se dejan llevar por estándares estéticos sonoros o visuales. Cabe destacar «Piedras» donde la letra habla sobre el amor a la teirruca, los antepasados, los orígenes, que desde luego nos gusta bastante más que «Viento del Norte». Otro tema que destaca en su directo es «NO» que nos recueda a los catalanes La Élite. Ya en el tramo final Alex PIS se subió al escenario a interpretar un tema con ellos y para acabar Agujero nos deleitó con unas bases más electrónicas donde tanto ellos como personal se descontroló bailando y la sala se convirtió en un atter cualquiera de un barrio de extrarradio.
Sin duda alguna tanto PIS como Agujero pueden considerarse parte de la avanzadilla de la pequeña escena cántabra underground. Es una suerte tener en la tierruca tres sellos como Folc Records, Producciones Tudancas e Infest Records, que apuestan por las ediciones en vinilo y por la programación de grupos de calidad lejos del foco de los medios y circuitos habituales, es importante aunque a más de una le dé Igual.

Agujero. Fotografía: Julia Bermejo
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