Los niños de ‘Vacaciones en paz’ hacen un ‘3 en 1’ en Santander

Como viene siendo habitual, los niños y niñas de este programa fueron recibidos en el Parlamento de Cantabria y en el Ayuntamiento de Santander, para después llevar a cabo una concentración en la plaza consistorial
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Tras los actos institucionales celebrados en el Parlamento de Cantabria y en el Ayuntamiento de Santander llegó el momento de la concentración para dar la bienvenida a los niños y niñas saharauis que han llegado a Cantabria en el marco del programa Vacaciones en Paz. Como siempre, las asociaciones que están detrás de este programa y de los actos de este martes, Cantabria por el Sáhara, Alouda Cantabria, Moviendo Arena y la Delegación saharaui en Cantabria, agradecen profundamente el compromiso de las familias que les acogen cada verano, así como el trabajo generoso y constante de las personas que militan solidariamente y que junto a cientos de voluntarias hacen posible este programa.

Sin embargo, aparte de la bienvenida, las asociaciones querían afirmar con rotundidad que «Vacaciones en Paz no es una fiesta, ni una anécdota solidaria que aparece cada verano en los medios de comunicación. Vacaciones en Paz es la evidencia de una tragedia humana prolongada en el tiempo. Es la cara amable de un exilio forzado por causas políticas. Y por eso, no podemos permitirnos normalizarlo», dicen.

Este verano ha sido especialmente difícil. Problemas burocráticos, negligencias administrativas y descoordinación institucional han retrasado la salida de los menores saharauis de los campamentos hasta casi tres semanas después de lo previsto. «Se ha hablado de tiempo robado. De días perdidos de vacaciones y cuidados. Pero digámoslo claramente: a estos niños y niñas no se les han robado tres semanas. Se les está robando toda una vida», denuncian.

Las asociaciones señalan que estos niños y niñas no nacen donde les corresponde, y sus padres llevan décadas reclamando justicia. Sus abuelos y abuelas murieron sin ver cumplido el derecho a la autodeterminación. Y ellos viven condenados a la espera, al silencio, al abandono.

No dudan en arrogar la responsabilidad de esto al Gobierno de España, el actual y todos los que se han sucedido desde 1975 hasta la actualidad. Porque el Estado español sigue siendo, de acuerdo con el derecho internacional, la potencia administradora del Sáhara Occidental. Es decir, el Estado responsable de garantizar la descolonización y el respeto a los derechos del pueblo saharaui. «Pero en lugar de cumplir con esa obligación histórica y legal, el Gobierno de Pedro Sánchez ha optado por el abandono, la complicidad y la traición», según plasman las asociaciones en un comunicado de prensa.

Recuerdan la carta enviada por el presidente del Gobierno en marzo de 2022 al monarca marroquí, en la que calificó como “la propuesta más seria y creíble” la ocupación marroquí del Sáhara, supuso un cambio de España respecto a la legalidad internacional y al consenso político y social que durante décadas había sostenido la posición española. Una carta firmada «sin debate, sin transparencia, sin pasar por el Congreso, y sobre todo, a espaldas del pueblo saharaui», lamentan.

Desde entonces, el Gobierno de España, como subrayan estas asociaciones, no acostumbra a pronunciarse sobre casos denunciados de violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados: detenciones arbitrarias, torturas, represión sistemática, persecución de periodistas y activistas, muchas de ellas mujeres que luchan con valentía frente a la represión marroquí. También ven que ha guardado silencio ante la expulsión reiterada de observadores internacionales, periodistas, cargos públicos y cooperantes que intentan acceder al Sáhara ocupado. Un silencio que consideran una forma de violencia.

«El pueblo saharaui no necesita más gestos simbólicos ni más solidaridad vacía. Necesita un compromiso real, firme, coherente con los principios democráticos y con el derecho internacional», sostienen. Creen que el Gobierno de España debe dejar de legitimar al ocupante y actuar como lo que es: la potencia responsable de la descolonización del último territorio pendiente de descolonizar en África.

Mientras eso no ocurra, creen que Vacaciones en Paz, por muy hermoso que sea, será siempre una respuesta parcial e insuficiente. Porque el programa «no puede ni debe ser eterno. No puede convertirse en rutina. No puede ser la única infancia posible para un pueblo entero. Queremos que vengan, sí. Pero a celebrar la libertad. A reencontrarse. No a sobrevivir al exilio», manifiestan.

Desde Cantabria, las organizaciones que convocan la concentración exigen:

– Que el Gobierno de España rectifique y abandone de inmediato su posición actual de complicidad con Marruecos.

– Que asuma su responsabilidad como potencia administradora y defienda el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, como reconocen decenas de resoluciones internacionales.

– Que se condenen pública y firmemente las violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

– Que se exija a Marruecos la inmediata puesta en libertad de todos los presos politicos, con especial atención a los del grupo de Gdeim Izik, condenados injustamente a larguísimas penas o a cadena perpetua.

– Que se exija el cese de las expulsiones de activistas, periodistas y cargos públicos que intentan visibilizar esa realidad.

– Que la Unión Europea y la comunidad internacional dejen de premiar al ocupante con acuerdos económicos ilegales y actúen con valentía para garantizar una solución política justa, duradera y conforme al derecho internacional.

A los niños y niñas saharauis no les pueden prometer un cambio inmediato, pero sí comprometerse a seguir luchando, a no callarse, a no acostumbrarse a verlos llegar y marchar cada verano. Prometen no rendirse y demostrar cada día que el pueblo saharaui no está solo. Y también pretender acompañarlos en su lucha por la libertad y la autodeterminación.

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