Santander, cada año, es más santanderina
Un verano más y Santander se vuelve a llenar de tópicos y de imágenes típicas, y cada año va a más.
En la prensa clásica y decana de la región, en digital y en papel de toda la vida, para leer en los bares como manda la tradición, mientras desayunas con un café; lees los temas recurrentes del verano que afectan a la ciudad santanderina.
Que si la hostelería y la ocupación está al 91% en esta temporada veraniega y aumentando ya que hay más turistas cada año. «La ocupación hotelera supera el 91% en Santander este fin de semana. Las previsiones del Ayuntamiento estiman que el punto álgido será hoy, día de Santiago, «con varios hoteles con todas las plazas ocupadas»»(DM)
Que las fiestas de Santiago coinciden el chupinazo y la foto de la señora alcaldesa en el balcón (en portada de ese diario, sacándola a ella y que no se vean las banderas de Palestina y su genocidio) con el 18 de julio. «Tensión en el chupinazo santanderino por la presencia de banderas palestinas» (DM)
Que los toros sean portada para que la ciudad se distinga como la Feria del Norte, faltaría más, pero sin sacar a quienes protestan en la calle por el maltrato animal. «La Feria del Norte se promociona en Sevilla» (DM)
Que los fuegos artificiales han llenado la ciudad de colorido, aunque aparcar en Santander sea imposible al no existir aparcamientos disuasorios y sí muchos de pago. «Este jueves, como siempre, hubo desesperados al volante en busca de un sitio y cuerpos apretados en autobuses que nunca son suficientes pese a los refuerzos. Hubo miles de personas.» (DM)
Que las playas se llenan de gente, a pesar de que la 2ª del Sardinero, tiene miles de piedras y la Demarcación de Costas del Estado no las retira. «Miles de piedras en la orilla de la Segunda playa de El Sardinero por la falta de arena”. (DM)
Que la zona de ocio y bares del Ensanche está más llena que nunca de gente, ruido y basura, aunque el Ayuntamiento implantará en ese espacio la Zona de Bajas Emisiones, para cuidar la salud de la ciudadanía y sus residentes. «En Semana Grande, los vecinos sufrimos violencia verbal y física, desperfectos, malos olores y ruidos» (DM)
Que un año más la playa del Puntal, Zona de Especial Protección, se ha llenado de gente que hacen el botellón, llenan todo de basura y destruyen un paraje natural con dunas. «El puntal es ya la hecatombe». (DM)
Etc. etc.
Para más promoción nacional de Cantabria y Santander, este año en el periódico El País, hemos tenido un par de reportajes, en uno se describen las maravillas de Cantabria y en el otro, un punto de vista real sobre la limpieza en Santander.
En uno de ellos, el reportaje sobre Cantabria: «Cantabria, sorpresas en cada paso. Cada vez son más quienes eligen el norte de España en verano. Esta comunidad se ha consolidado por su oferta de costa, montaña, naturaleza, gastronomía extraordinaria y enclaves turísticos cuando cae la lluvia».
https://elpais.com/elviajero/guia-el-viajero/2025/2025-07-11/cantabria-sorpresas-en-cada-paso.html
En el otro, sobre Santander: «Santander sucio, Santander limpio: las dos almas de una ciudad entre quejas vecinales. Los conflictos con las empresas de basuras dejan zonas santanderinas muy desatendidas mientras los esfuerzos se centran en áreas turísticas».
Hay un programa en la Sexta, “El Intermedio”, en el cual el Gran Wyoming, su presentador, todos los días comienza el programa diciendo: «Ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad». Y tomando esa referencia, se podría decir unas cuantas cosas, la verdad, sobre Cantabria y Santander.
Sobre Cantabria, en respuesta al reportaje de El País, hay que responder que quizás, hace muchos años, esta tierra era un paraíso como el de Adán y Eva, ahora todo está muy lejos de lo que se describe en el reportaje, aunque las fotos de éste sean muy buenas. Los gobernantes de Cantabria sólo tienen una etiqueta en su cerebro: «El turismo». Con el turismo la economía se dispara, todo se convierte en oro; mientras el deterioro del medio ambiente, del territorio (Ley del suelo para construir en suelo rústico) de la falta de viviendas, del interés por los residentes de Cantabria, etc. eso no importa porque tenemos una «Cantabria infinita». Hay otras regiones del país que están sabiendo actuar sobre el turismo, fijando límites, sin que se agote a la gallina de los huevos de oro. Quienes vivimos en Cantabria tenemos todo el derecho a mantener “Viva y Verde” esta tierra.
Sobre Santander, la «capi-cuqui» de Cantabria, con argumentos similares a lo expuesto anteriormente, el caos para la mayoría de residentes es claro. En lugar de una preocupación durante todo el año, no solo en verano, por quienes vivimos en Santander, desde el Ayuntamiento, su alcaldesa, solo tiene visión para el turismo. Sin embargo, cuando llegan las elecciones todo son promesas para los votantes, algo viejo ya de vender y que, a alguna gente, todavía cautiva como la serpiente Kaa del Libro de la Selva que trata de hipnotizar.
El artículo de El País da en el clavo, Santander es una ciudad sucia y la suciedad funciona por barrios y en función del poder adquisitivo y residencia de la gente.
La obra pública se caracteriza por el granito y cemento y hay muchos ejemplos que lo demuestra. Los árboles y las zonas verdes son muy escasos y no hay interés en cambiar de actitud.
Los planes de movilidad son inexistentes y la «Movilidad sostenible» y el cuidado del «Medio Ambiente» y preocupación por el “Cambio Climático” solo aparece en un discurso pobre de marketing barato. Es una ciudad ocupada por los coches y los aparcamientos, en donde los peatones, los ciclistas y el transporte público, no cuentan nada, como tampoco cuenta algo tan serio como la salud de las personas. La contaminación es una realidad, aunque la alcaldesa lo niegue rotundamente, como reconocen las mediciones en 10 puntos de la ciudad y que a pesar de ello no sea una razón suficiente para la implantación de Zonas de Bajas Emisiones = Zonas de Bienestar de verdad, en las zonas más contaminadas como Castilla-Hermida, J. Sainz de la Maza, Cuatro Caminos, etc. Las escaleras mecánicas y ascensores, que son las que usan los residentes de la ciudad tienen muchas averías y mala gestión con grandes costes económicos.
En resumen, que yo quería enseñar algunas características de la ciudad en fotos, que es lo que me gusta y en lo que me fijo cuando paseo y capturo una imagen con identidad de Santander. Como decía al principio, «un verano más y Santander se vuelve a llenar de tópicos y de imágenes clásicas, y cada año va a más».