Se constituye la Asociación Ciudadana en Defensa del Sardinero
Ha nacido una nueva asociación vecinal en Santander. Quienes han dado el paso denuncian un «abandono evidente en cada rincón» de su barrio. La Plaza de Italia, que fue símbolo de elegancia, «es hoy un espacio frío y gris donde proliferan los botellones», denuncian. También se quejan de que el Gran Casino, antaño referente de distinción, muestra un deterioro que «duele a quienes recordamos su esplendor». Los equipamientos culturales y patrimonio como el Auditorium y el REMA, «permanecen infrautilizados cuando podrían ser orgullo de la ciudad».
Las obras «interminables y mal organizadas» en los Jardines de Piquío, con problemas de accesibilidad, y el estado de las aceras en Ramón y Cajal y Duque Santo Mauro, «que se han convertido en un peligro para peatones», son ejemplos de una gestión urbanística «que no piensa en los vecinos». A esto suman otro problemas como las caravanas descontroladas frente al campo de golf, las ferias que colapsan el barrio durante meses, o la plaga de ratas en calles cada vez más descuidadas.
También muestran su indignación por tener en el barrio terrazas sin armonía que afean el paisaje urbano, mobiliario público que no respeta la identidad del Sardinero, y espacios emblemáticos como La Magdalena, que son ejemplos del deterioro que denuncian.
Afirman estar preocupados por otros asuntos del barrio, como el debate sobre el espigón de la playa de La Magdalena, que sigue abierto mientras la arena desaparece. O también la decisión de destinar la Segunda Playa de El Sardinero a perros, por haberse tomado «sin consenso vecinal real».
Son un grupo de personas que quiere un turismo que enriquezca y que no expulse a los vecinos. Un barrio donde se respete tanto al visitante como al que vive allí todo el año. Donde la belleza urbana no sea sacrificada por intereses comerciales.
La asociación dice que nace para exigir transparencia en las decisiones, para proponer soluciones reales a problemas concretos, y para defender la identidad de un barrio que «merece mucho más». Quieren un Sardinero donde las intervenciones urbanas respeten el patrimonio, donde los equipamientos culturales recuperen su esplendor, y donde las decisiones se tomen con los vecinos y para los vecinos.
Creen que Santander necesita un Sardinero cuidado, con alma y con visión de futuro. Y piensan que la forma más adecuada para defender los intereses del barrio es organizarse, proponer y actuar.
Afirman que aún están a tiempo de frenar el deterioro del barrio y quieren recordar y reivindicar las esencias de esta zona de la ciudad. Invitan a todos los que compartan esta preocupación a unirse a ellos. Y dejan un contacto, a través de coreo electrónico: asociacionvecinoselsardinero@gmail.com