Cueto salió a la calle este sábado para rechazar el proyecto del Ayuntamiento de Santander de construir un aparcamiento de caravanas en Mataleñas. La concentración reunió a casi un millar de personas, que entre los lemas que fueron esbozando entonaron «Aquí no» y «Los caminos, para los vecinos», en referencia al camino vecinal que desaparecerá para la infraestructura de asfalto y hormigón, gestionada por una empresa privada y financiada con fondos europeos para la renaturalización de espacios.

“Esto lo vamos a parar, no lo dudéis”

Entre los discursos,  Concha Calzada, vecina de la zona y miembro de la Comisión, advertía entre aplausos: “Esto lo vamos a parar, no lo dudéis. Se acabó el pleonasmo de cemento, de que nos destrocen el paisaje. El paisaje es nuestro patrimonio, nuestro derecho. Los caminos son para los vecinos”.

Hubo mucho de reivindicación de Cueto como pueblo y no como barrio, denominación esta última que en la asociación de vecinos creen que se usa desde el Ayuntamiento para tratar de minimizarles.

Con todo, la protesta trascendía los límites de Cueto y Valdenoja –si entendemos Valdenoja la parte más urbanizada y menos rural, aunque sigue el recuerdo del cartel de Cueto City-, ya que en general la zona es un pulmón muy querido por los santanderinos –y sometido a fuertes presiones urbanizadoras-.

Así, además de representantes de partidos políticos en el Ayuntamiento como PSOE, IU y PRC, estaban de otras formaciones como Podemos, Cantabristas o Verdes Equo, y una buena representación de otros colectivos y plataformas vecinales santanderinas que luchan día a día por hacer ciudad de una forma más amable y natural: Cantabria ConBici, las Mesas de Movilidad, asociaciones vecinales como la del Ensanche.., y organizaciones como la Comisión 8 de Marzo, la Coordinadora de Pensionistas, Interpueblos, entre otras.

Se trata, como explicaba Carlos García, de la histórica asociación ecologista ARCA, de impedir que esto se convierta en «una urbanización de casas con ruedas», ya que las obras para vehículos pesados como las caravanas necesitan un fuerte grado de obra. Tras invitar a ver lo que hacen otras comunidades o países europeos con las caravanas –las sitúan a las afueras-, apeló a la lucha vecinal para pararlo, recordando hitos como el parque de Las Llamas u Oyambre, nuevamente en lucha. «Estos territorios son los que nos dan vida. Se están metiendo con nuestra vida”, apostilló.

Un modelo de ciudad en debate

El arquitecto Domingo de la Lastra, miembro del grupo Alceda, conocido defensor del patrimonio y de la participación ciudadana en Santander, abrió el foco para poner contexto.

Y recordó que el vial que se quiere suprimir está reconocido como calle con nombre propio, cuestionando que se eliminara otra calle de la ciudad.

Sobre todo, aclaró que el espacio, frente al campo de golf y al antiguo camping municipal de Bellavista –hoy una extensión del campo de golf–, supone la continuidad natural de la calle central del pueblo de Cueto. Lo confirmaban los vecinos, que bajaron masivamente a la protesta precisamente desde esa calle al camino. «A  nadie se le ocurre cerrar la Alameda de Oviedo o Vargas en Santander. Es un disparate contra el futuro de Cueto y la mejora de la calidad de vida de sus vecinos”, explicó.

Frente a esto, tanto De la Lastra como la Comisión lanzaban su propuesta en positivo: «Cueto está muy necesitado de una plaza pública, de un punto de encuentro. También de árboles, de un boulevard verde.», señalaba el arquitecto, a lo que la Comisión apuntaba que su planteamiento es que los fondos europeos  se usen correctamente, para renaturalizar.  Ellos plantean «que la parte que hoy ya está ocupada con aparcamiento se ordene, pero que donde empieza el camino se dedique a un gran parque para todo el vecindario, un refugio climático para estar a la fresca». «Que planten árboles, que pongan bancos y fuentes. Eso es lo que necesitamos”, insistían.

El acto, en el que se recogieron firmas –cerca de 5.000 entre presenciales y online–, no olvidó, como cada vez que hay un evento popular, el apoyo al pueblo de Gaza ante su genocidio, y concluyó con el canto popular, acompañado de gaitas, del que es el himno popular de la ciudad, el ‘Santander, la marinera’, el legado del recientemente fallecido Chema Puente, que seguro hubiera acudido a la protesta –ya en el pasado compuso canciones contra los espigones o el metrotus–.  La próxima cita, el lunes a las 12.00 horas en el Ayuntamiento.

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