El Gobierno de Cantabria ha reconocido no disponer de información que avale que las subvenciones concedidas a municipios rurales para la celebración de actos taurinos hayan tenido un efecto real en la fijación de población o en la supuesta generación de riqueza en estas localidades.

Así se desprende de la respuesta remitida por el Ejecutivo de María José Sáenz de Buruaga a la Fundación Franz Weber (FFW), que había solicitado en mayo copia de los informes o documentos que justificaran estas ayudas.

La contestación, calificada por la ONG como “insuficiente e inconcreta”, se limita a aportar la memoria de la convocatoria de 2025 y a reiterar que el objetivo es “colaborar con los municipios en riesgo de despoblamiento para que puedan llevar a cabo actividades que activen su economía, como la celebración de espectáculos taurinos tradicionales que concentran gran afluencia de público”.

La comunicación oficial no incluye cifras de asistencia, venta de entradas ni indicadores que acrediten movimiento económico en las localidades beneficiarias. A pesar de ello, el Gobierno sostiene que la organización de novilladas o sueltas de vaquillas contribuye “al desarrollo económico y social de las localidades beneficiarias”.

Casi 100.000 euros destinados a festejos taurinos

Según datos de la propia Consejería de Presidencia, el Ejecutivo autonómico ha destinado cerca de 100.000 euros en los dos últimos años a financiar este tipo de actividades en municipios rurales. La ONG recuerda que la medida se aprobó bajo el argumento de que la tauromaquia ayuda a frenar la despoblación, aunque el Gobierno no ha podido acreditar con documentación esa afirmación.

La Fundación Franz Weber había solicitado conocer si estos eventos habían ayudado a fijar o incrementar población en las localidades que reciben la subvención. Sin embargo, la contestación del Ejecutivo no aporta ningún dato que permita comprobarlo.

La tauromaquia, en retroceso

El nivel de asistencia a los festejos taurinos desciende de forma sostenida en Cantabria, como constatan los datos de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales del Ministerio de Cultura, que señalan que un 97,7% de la población cántabra declara no acudir a este tipo de espectáculos.

A pesar de esta realidad, las ayudas públicas siguen destinadas a mantener de forma artificial estas actividades. Desde la ONG critican que se trata de un apoyo “desproporcionado” a la tauromaquia en detrimento de otras manifestaciones culturales o iniciativas vinculadas al desarrollo rural que podrían tener un mayor impacto en la calidad de vida de los municipios.

La Fundación Franz Weber

La Fundación Franz Weber es una organización internacional dedicada a la defensa del medio ambiente y los animales. Desde hace años cuestiona la financiación pública de la tauromaquia en España y ha promovido campañas en distintos territorios para denunciar la falta de transparencia en la concesión de ayudas a este sector.

En Cantabria ha intensificado su labor de vigilancia sobre las subvenciones taurinas, especialmente desde que el Gobierno autonómico vincula estas prácticas con la lucha contra la despoblación, un problema estructural en la comunidad autónoma. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más de la mitad de los municipios cántabros tienen menos de 500 habitantes y registran un progresivo envejecimiento de la población.

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