FIS 2025 6: Espectacular Semana Lírica en Cantabria. Alineaciones: Sonya Yoncheva, Pretty Yende, Michael Fabiano, Lawrence Zazzo y Sabrina Gárdez

Casualidades o causalidades: la tercera semana de agosto ha tenido por varios escenarios de Cantabria a las mejores sopranos del planeta (del planeta de las sopranos, obviamente) junto a un tenor de los de antes y un contratenor divertido y especial. Nacidos en Bulgaria, Sudáfrica, Cuba o Norteamérica hacen más internacional a la “I” del FIS 2025: más Internacional y con calidades planetarias (del planeta de los festivales, que existe). El listado de cantantes comentados empieza por la “Y” y termina por la “G”, algo casual.
Tiempo de lectura: 7 min

Fotografías: Pedro Puente / FIS

Sonya Yoncheva / Orquesta de la Ópera Real de Versalles – Sala Argenta- 18 de agosto – 20:00 horas

La soprano búlgara Sonya Yoncheva (Plovdiv, 1981) es una de las cantantes actuales que maravilla con su voz, sus interpretaciones de papeles de ópera y sus respuestas sorpresivas en entrevistas televisivas. Su dominio de los escenarios es impresionante y lo demostró el pasado lunes donde la sala Argenta se le quedaba pequeña para sus deambulaciones. Para acompañarla en arias y canciones una especializada orquesta francesa le dió replica en una tarde de divos: ella y el director y violinista polaco Stefan Plewniak (Cracovia, 1981). Coetáneos bien compenetrados y con ritmos alterados terminaron disfrutando juntos de… un beso muy francés (con los sones previos del Air de les sauvages de Rameau). Pero antes ocurrieron cosas poco habituales.

Se esperaba a la diva (que lo es) y la orquesta se animó a sí misma con algo no programado: la Marcha de los turcos de Lully. Haëndel esperaba y también el público. Luz tenue. Sonya apareció por un lateral con su acompañante casi del brazo y empezó el espectáculo: Stefan desatado cual diablillo violinista y ella poderosa, dominante de la escena y de la interpretación. Sus arias de Haëndel (1685-1700) sonaron diferentes ya desde la conocida Ombra mai fu a la amorosa Ah, mio cor! Schernito sei! Le vino bien interpretar a la reina Cleopatra en su segunda aria; su espíritu de conquista continuó toda la noche.

No hubo descanso, algo no previsto; se supone había otras urgencias. El Concerto Grosso nº 4 de Arcangelo Corelli (1653-1713) sirvió como pausa vocal y lucimiento de la orquesta a raudas velocidades. Cambio de vestuario y Haëndel revisitado ya en apoteosis: paseo por la grada con Se pietà di me non senti (¡Que sabia es Sonya con estos lucimientos!), una soberbia y delicada Lascia ch’io pianga y un cierre –Tornami a vagheggiar– donde mostró su arte, sus habilidades vocales, su dominio del sentimiento barroco. Aplaudida y embravecida (¡Bravos! numerosos), llegaron las propinas: Purcell, Haëndell solo en orquesta y el desmadre final: Rameau y sus indias salvajes desatadas en músicos y artista. Palmeos, fuera zapatos, idas y venidas, besos, risas, cariños, felicidades compartidas. Una sesión del FIS para no olvidar. Grande Yoncheva.

 

Tercia realidad / Lawrence Zazzo – Weeping philosophers – Iglesia de San Martín, Mazcuerras – 20 de agosto- 20:00 horas

Zazzo cantando y viviendo la muerte de Séneca

“Este concierto va de filósofos. Pero no habrá teoremas, ni libros, ni exámenes. Habrá música”. Aclaraciones previas de Jorge Jiménez (violinista y director de Tercia realidad) a una tarde con muchas sorpresas tanto en un programa novedoso, como en el buen humor de los artistas y un contratenor que, tras hacer su tesis sobre filosofía, la canta. Y hubo de todo: “Tenemos filósofos que lloran, que se suicidan, que tienen problemas conyugales, que se exceden con el alcohol…”. Y se oyó a un Heraclito triste dialogando con un Demócrito con ganas de baile (François Duval, 1672-1728), a pensadores peleando, a filósofos borrachos (The Tipping Philosophers, Leveridge, 1710) o a Séneca narrando sus desventuras y muerte (Seneca funato assia la crudelta de Nerone, Francesco Durante, 1684-1755).

Ensemble conjuntado, alegre y con ganas de secundar las andanzas de Lawrence Zazzo, un contratenor que entiende la vida al modo dionisiaco y la canta con convicción, pasión, arte expresivo y mucho humor: gran humorista además de cantante. Lo demostró en cada pieza, aunque el atrezzo no siempre acompañaba (‘Don Simón’ no existía en el siglo XVIII); pero daba igual: la noche estaba para disfrutarla con sonrisas. Hubo música de Purcell y de Dowland, con un improvisado trio vocal -Jorge, Lawrence y la chelista María Alejandra Saturno- y un bis anunciado con sorna: “Una canción más de llorar”. Y lo fue: el aria Lascia ch’io pianga de Haëndel. Queremos más gente expresiva, comunicativa y llena de música para agradar. Como los Tercia y Zazzo.

 

Fotografías: Pedro Puente / FIS

Gala Lírica: Pretty Yende / Michael Fabiano / Oviedo Filarmonía – Sala Argenta – 22 de agosto – 20:00 horas

Una de las mejores cosas de las galas líricas es ver la sintonía entre los artistas y su capacidad para sacar adelante solos y dúos de óperas, de zarzuelas y sus canciones preferidas. Pretty Yende (Sudáfrica, 1985), soprano carismática y con éxitos olímpicos, compartió la noche con Michael Fabiano (New Jersey, 1984), tenor con voz poderosa y ganas de agradar. Lucieron por separado, intentaron compenetrarse en dúos con intensidad romántica y acabaron cantando en inglés temas clásicos del cine norteamericano.

Pero vayamos por partes, como diría un LTV (londinense de toda la vida del barrio de Whitechapel). Una primera parte muy italiana mostró la delicadeza vocal de Yende que poco a poco se fue creciendo en el escenario para cerrarla con la Canción a la luna de Dvořák (1841–1904). Mientras tanto Michael esperaba su momento cumbre. Este sucedió en la segunda parte con la desgarradora Vesti la giubba de Leoncavallo (Pagliacci), cantada con su alma más profunda. El momento de la zarzuela mostró una orquesta en su armoniosa salsa dirigida con vehemencia por Pablo Mielgo, un Fabiano un poco perdido con No puede ser de La tabernera del puerto de Sorozabal (1897-1988) y una juguetona Yende con Me llaman la primorosa de El barbero de Sevilla de Gerónimo Giménez (1852-1923). Final con bravos por decenas, ganas de más y Yende luciendo sus trajes de Dior.

La propina estaba preparada; cinco canciones de diversas películas y estilos: As times goes by, Moonriver, Edelweiss, The way we were y Over the rainbow. Un cronista feliz por haber identificado todos los bises y por disfrutar del dominio vocal e interpretativo de Yende con un compañero que no parecía haber ido al cine cuando fue niño para sentirse cerca del arcoíris de El mago de Oz. Duelo vocal bastante igualado, pero duelo interpretativo lirico con una ganadora clara. Fue la presentación de alguien sonriente, feliz, con todo el presente y futuro como soprano planetaria: Pretty Yende.

 

Sabrina Gárdez / Bernardo Rambeaud – Iberia Cosmopolita – Colegiata de Santillana del Mar – 23 de agosto- 21:30 horas

El programa de un concierto titulado “Iberia Cosmopolita” se parece a las vueltas ciclistas: comienza en otros países, sigue recorridos fronterizos y acaba juntando equipos con figuras internacionales. El guitarrista romántico argentino Bernardo Rambeaud y la soprano cubano-española Sabrina Gárdez quisieron dar a la música española carácter universal y cosmopolita, recogiendo inspiraciones ibéricas en grandes compositores como Rossini o Mozart, momentos brillantes para guitarra de Fernando Sor (1778-1839) o Dionisio Aguado (1784-1849) o el mundo vocal de las hijas de Manuel García (1775-1832): María Malibran (1808-1836) y Pauline Viardot (1821-1910), en este caso sin poder apreciar su Havanaise.

El concierto fue grabado por RNE (Radio Nacional de España) y mostró a un dúo con personalidad y todavía en formación. Bernardo tocaba con una reproducción perfecta de una guitarra de 1837 (la ‘Guitarra Pagés’ que perteneció a Victoria de los Ángeles) y se lució en un largo solo variado de fandangos. Sabrina comenzó mozartiana con tres delicadas arias que hizo suyas de forma muy expresiva y sonriente, aunque contara las desdichas de la pobre Zerlina en el aria Batti, batti, o bel Masetto de Don Giovanni. Siguió con canciones italianas y seguidillas boleras, para cerrar con una Canzonetta spagnuola de Rossini. Una frase de Bernardo resumió bien la noche: “Espero que para ustedes no haya existido el tiempo en este lugar. Es mi mayor deseo”. Y Sabrina cantó como regalo la Nana de Falla de sus Siete canciones populares. Se hizo corto el disfrute.

 

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