Trabajadores del TUS, el servicio de transportes de Santander, denuncian el incumplimiento de lo acordado con la retribución de las horas que han tenido que hacer durante el verano por la necesidad de refuerzo nocturno en eventos como los festivales de música.

Porque, pese a que desde la Subjefatura del TUS se les dijo que se les iba a pagar a 2,25 veces la hora ordinaria, en condiciones similares a las horas extras, a la hora de la verdad sus nóminas han reflejado que esa cifra ha sido un coeficiente de 1,75, lo que ha supuesto una “merma considerable” en la retribución de los conductores.

El malestar de la plantilla se intensifica al sumarse otras carencias históricas, como la ausencia de entrega de vestuario completo desde hace más de dos años. Ya hace cinco años Inspección de Trabajo obligó a la dirección de esta empresa pública a suministrar todo el uniforme completo –como establece el convenio colectivo–, a instancias de UGT.  Por convenio, debe renovarse todo cada dos años ya que se trata de prendas de uso diario y mucho desgaste –y uso obligatorio al ser un uniforme–.

A estas deficiencias se suma la falta de placas identificativas obligatorias que exige la ordenanza municipal. Además, los conductores alertan de que los tiempos fijados para los recorridos son “incumplibles”, lo que provoca un efecto en cadena: a la mínima incidencia —una avería, un atasco o una saturación de tráfico— se descuadran las líneas, generando retrasos y un clima de tensión tanto entre plantilla como entre los usuarios.

Trabajadores  subrayan que esta presión laboral, responsabilidad de la Subjefatura, está derivando en un incremento de las bajas por patologías relacionadas con el estrés, lo que repercute en la calidad del servicio y supone un sobrecoste añadido para el TUS.

Por otra parte, las previsiones para el próximo invierno indican que no habrá cambios significativos en los horarios. Esto, según fuentes sindicales, significa que se mantendrán los desajustes que ya impiden a usuarios llegar puntualmente a sus citas laborales o médicas, al no existir un margen suficiente para afrontar incidencias habituales en la circulación urbana.

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