Cantabria da continuidad al movimiento propalestino en La Vuelta
El deporte en Cantabria siempre tiene momentos relevantes, desde los veranos de emoción que dan los bolos hasta un partido de gran importancia y con un lleno hasta la bandera en los Campos de Sport de El Sardinero. Y uno de esos momentos, casi cada año, es el paso de la Vuelta Ciclista a España.
Es el día en que no ves la belleza cara a cara. Es el día en que las motos y los helicópteros te la enseñan por televisión (salvo que vayas a una cuneta a ver la carrera). Y te deleitas frente a la caja tonta. «Ah, mira, ya están en La Cavada», «eso ya tiene que ser Pámanes» o «tengo que volver a Liérganes pronto» son frases que se podían decir en la etapa de hoy, que salía de Laredo y llegaba hasta Los Corrales de Buelna, con una meta que se cruzaba dos veces, una en cada sentido (cosas que pasan, a veces, en el ciclismo).
Pero esta no es una Vuelta cualquiera, como tampoco lo fue la del año pasado. En la edición de 2024 y también en la de 2025 se compite mientras en Gaza ocurre un genocidio. Y se da la circunstancia de que compite un equipo israelí, el Israel – Premier Tech, cuyo dueño presume de amistad con Benjamin Netanyahu.
El año pasado hubo un cierto revuelo en la mayor competición ciclista de España. Había activistas en cada etapa tratando de mostrar banderas palestinas, especialmente en las líneas de meta, como sucedió en Santander.
Este año lo que sucede es que llevamos doce meses más de genocidio. La agenda de movimientos relacionados con Gaza está creciendo y el volumen de activistas que aprovecha el paso de la Vuelta por su zona es mayor.
En este 2025 ya se había visto un breve boicoteo en la contrarreloj por equipos, en Figueres, al equipo Israel – Premier Tech. Esa modalidad ciclista es perfecta para una movilización de este tipo, porque no se molesta a todo el pelotón, sino sólo al equipo contra el que se protesta. Unos pocos activistas se pusieron en la carretera y les obligaron a frenar. Al día siguiente, en Olot, también en Cataluña, nueva protesta que interrumpió un poco el comienzo de la sexta etapa.
Después ha habido algunos días un poco más tranquilos, pero en Navarra se volvió a ver a activistas en las cunetas con intención de alzar la voz para que la sociedad sea más consciente de que en Gaza están muriendo niños, niñas y adultos por miles. Asesinados. Los ejércitos tienen distintas clases de armamento capaz de terminar con la vida de una persona. Y en Gaza se está utilizando otra tan silenciosa y cruel como el hambre.
Este pasado miércoles la Vuelta discurría por Bilbao y alrededores. Una etapa atractiva en lo deportivo, pero donde se ha alcanzado, posiblemente, el cénit de la protesta durante la edición de 2025. Al igual que sucedía hoy en Los Corrales de Buelna, la etapa pasaba dos veces por la meta. Durante muchos puntos de la etapa se vio a activistas también con la intención de alterar el curso de la carrera, porque, a veces, también se trata de que los ciclistas, los del equipo israelí y el resto, se hagan más conscientes de lo que está pasando. Si protestan cuatro un día, quizá no le das tantas vueltas (no de las ciclistas, de las otras) a un asunto. Pero si los colores de la bandera palestina te acompañan durante una carrera de tres semanas a diario, ya es inevitable que ese asunto empiece a formar parte de tu conversación más a menudo.
En el primer paso por línea de meta en Bilbao se vieron ánimos muy caldeados y un dispositivo de seguridad que flaqueó y tuvo que salvaguardar el paso de los ciclistas a empujones. Es decir, se enfrentaron a una protesta que quería dejarse notar y lo consiguió. El efecto de su protesta provocó que la organización de la Vuelta decidiese concluir la etapa tres kilómetros antes de volver a pasar por la meta. Este tema ha salido en la conversación en todas partes y, desde hoy, se mira más con lupa si hay activistas protestando contra la participación de un equipo en esta competición.
Hoy la carrera ha llegado a Cantabria. Pero hagamos un inciso necesario antes, porque estamos hablando de un equipo deportivo israelí que está compitiendo sin ningún problema. Quizá alguno, porque desde la dirección técnica de la Vuelta, tras lo de Bilbao, ya se ha sugerido que la mejor decisión para todos sería que el equipo se retirase, porque aliviaría las preocupaciones relativas a la seguridad. El equipo no se echa para atrás. Pero hay que decir que este equipo no es un superclásico del ciclismo. Ha ocurrido muchas veces que un equipo medianamente fuerte pierde a su patrocinador principal y los propietarios deciden venderlo. Eso hizo el conjunto israelí en 2019, cuando el Katusha ruso decidió no continuar y vendió la propiedad. Curiosamente, el Katusha fue el último en el que compitió el cántabro Óscar Freire (ahora hablaremos un momento de él). Y tampoco deja de ser curioso que, si el Katusha siguiese existiendo, no podría competir en ninguna competición internacional, pero sigue sin tomarse ninguna decisión del mismo cariz con equipos y deportistas israelíes.
Óscar Freire es el mejor ciclista que ha dado Cantabria en toda su historia, y uno de los mejores que ha tenido España. Tras lo ocurrido en Bilbao, declaró que los activistas que se manifestaron durante la etapa con banderas palestinas son de esos que se apuntan a cualquier tipo de manifestación, muchas veces sin saber ni por qué se manifiestan, y les brindó el calificativo de «perroflautas», término que quizá haya pasado de moda ya. En esas declaraciones no se puso tan peyorativo con quienes cometen crímenes de guerra.
La etapa de hoy
Decía Freire que Cantabria es más pacífica y que seguro que no pasaría lo mismo. La etapa ha transcurrido con normalidad en lo deportivo, pero las banderas palestinas han sido una constante a lo largo del recorrido. Horas antes de iniciarse la etapa, que arrancaba a las 14:00 desde Laredo, numerosos activistas han acudido a la localidad pejina para pedir la expulsión del Israel – Premier Tech. Y decidieron quedarse hasta la salida de la etapa.
Durante la presentación de los equipos, cerca de la salida, también se pudo ver a algunos activistas ondeando banderas detrás del podio que prepara la organización para que vayan desfilando todos los equipos y se presente a los corredores que siguen en carrera. El Israel – Premier Tech no pasó por allí. Quizá por consejo de la propia organización o del dispositivo policial, que era verdaderamente amplio.
Cuando se dio el banderazo de salida, el director de la Vuelta, Javier Guillén se subió en el coche oficial mientras podía escuchar a cientos de activistas gritando «Fuera Israel de la competición». El cántico duró varios minutos, todos los que tarda la caravana de la Vuelta en pasar por la salida. Las motos de la Guardia Civil, las de la organización, las de patrocinadores, las de los medios de comunicación, el coche de dirección de carrera y los de los jueces de la competición, el pelotón de ciclistas, los coches de los equipos y, finalmente, los autobuses de cada conjunto. Cientos de vehículos (bicicletas aparte) y cientos de banderas ondeando en defensa de un pueblo que está traspasando todos los umbrales del sufrimiento.
Antes se citaba a La Cavada, Pámanes y Liérganes. Pero la etapa, aunque corta (145 km escasos), pasaba por muchas otras localidades de Cantabria, y en muchas de ellas se pudo ver esa misma bandera. Rasines, Ramales de la Victoria, el Puerto de Alisas, Santa María de Cayón, Villafufre, Aés o la Collada de Brenes han sido otros de los puntos que ha visitado la carrera, y también han tenido activistas a pie de carretera. Y banderas palestinas pintadas en las carreteras.
Desde luego, el otro punto neurálgico era Los Corrales de Buelna. Muy cerca de la meta había otros dos grupos numerosos, uno a cada lado de la calle, y que también se han dejado notar. Lo del año pasado no era anecdótico, pero este año es inocultable que hay mucha gente que se está preocupando de dejar en evidencia que hay un equipo en la Vuelta representando a un país que ha decidido que los derechos humanos son papel mojado y que las normas internacionales no valen para ellos.
Quedan varios capítulos de esta Vuelta a España por transcurrir. Y el primero de ellos, este viernes, también tiene a Cantabria de protagonista. La 13ª etapa va desde Cabezón de la Sal hasta el Alto de L’Angliru, en Asturias.
Desde hace varios días está convocada una acción de protesta en Cabezón de la Sal. Será desde las 10 de la mañana. Se pide acudir con bandera palestina y también con elementos para hacer una cacerolada y llamar aún más la atención. La etapa comenzará a las 11:50 de la mañana y discurrirá por la N-634 hasta adentrarse en el Principado. Colombres, la segunda localidad tras cruzar la frontera, también tiene convocada acción de protesta.
Por cierto, la etapa de hoy la ha ganado el ciclista alicantino Juan Ayuso. Pero los colores que han dado el mejor golpe de pedal han sido los de Palestina.
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