‘Laredo no se vende, se defiende’: vecinos y vecinas se organizan contra el PSIR para un macroparque industrial

La Asociación de Afectados denuncia expropiaciones, pérdida de huertas y riesgo ambiental por la ampliación del polígono industrial de La Pesquera
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La Asociación de Afectados por el PSIR de Laredo ha denunciado que el proyecto para ampliar el polígono industrial de La Pesquera supondría la expropiación de medio centenar de viviendas, la destrucción de terrenos agrícolas familiares y una transformación irreversible del entorno. Según esta entidad, el plan impulsado por el Gobierno de Cantabria afecta a más de 53 hectáreas —una superficie que, a su juicio, haría al polígono “más grande que todo el pueblo de Colindres”— y se desarrollaría cerca de zonas sensibles como el Regato Madre o las Marismas de Santoña.

En su campaña de oposición, iniciada con la presentación pública de la asociación el pasado 19 de septiembre, el colectivo ha advertido de que el PSIR (Proyecto Singular de Interés Regional) supone “un atropello y una especulación urbanística disfrazada de progreso”, al tiempo que cuestiona su calificación como actuación “de interés regional”. En su manifiesto, aseguran que el proyecto afectaría a los barrios de El Callejo, La Poza, El Duque y El Sable, cuya desaparición denuncian como “una agresión al patrimonio vecinal y rural”.

Críticas al modelo y movilización vecinal

La asociación sostiene que el proyecto ha sido “impuesto desde los despachos” y critica el uso de figuras urbanísticas como el PSIR, que permiten la tramitación prioritaria de infraestructuras estratégicas y otorgan competencias al Gobierno autonómico para aprobarlas de forma más ágil. Para los afectados, este modelo vulnera los principios de participación ciudadana y agrava los efectos sociales y ambientales del urbanismo industrial.

En su presentación en el Hotel Cosmopol de Laredo, a la que acudieron unas 200 personas, la ejecutiva de la asociación —integrada por Víctor Echevarría, Borja Fernández, Ana Caviedes y el abogado Ricardo Gundín— alertó sobre las consecuencias del proyecto, entre ellas el “desarraigo forzoso” de familias que llevan generaciones viviendo en las zonas afectadas. Tras el acto, realizaron una concentración ante el Ayuntamiento de Laredo con el lema “Somos el corazón verde de Laredo”.

Encuentro con el Ayuntamiento y recogida de firmas

El alcalde de Laredo, Miguel González, mantuvo un breve contacto con los asistentes y se comprometió a mantener una reunión con la asociación en los días siguientes. Desde el colectivo valoran esta cita como una oportunidad para trasladar de forma directa sus demandas y piden al Ayuntamiento una postura firme ante el Ejecutivo autonómico.

Paralelamente, han puesto en marcha una campaña de recogida de firmas, presencial y vía change.org con la que buscan reunir apoyos ciudadanos para exigir la cancelación del proyecto. En el documento distribuido por la asociación, se denuncian “abusos institucionales” y se afirma que este tipo de proyectos representan un modelo basado en el “desplazamiento de personas y la destrucción de la naturaleza en nombre del dinero”.

Impacto ambiental y modelo territorial

Los vecinos alertan también del posible impacto del PSIR sobre espacios protegidos como la Reserva Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, situada en las proximidades de la zona prevista. Aunque el proyecto se encuentra en fase de tramitación y sometido a exposición pública, desde la asociación subrayan la necesidad de paralizarlo de forma inmediata y abrir un proceso participativo con alternativas.

Este caso se suma a otros conflictos similares en Cantabria en torno a la expansión de suelo industrial. Desde organizaciones sociales y ecologistas se viene alertando del aumento de la artificialización del suelo en la comunidad —un 13% en los últimos 20 años, según el Instituto Geográfico Nacional— y de la pérdida progresiva de terrenos agrícolas y rurales.

Para la Asociación de Afectados, lo que está en juego no es solo la situación de las familias directamente implicadas, sino el modelo de desarrollo de toda la región. “Lo que ocurre hoy en Laredo puede pasar mañana en cualquier otro lugar si no se detiene esta forma de actuar”, concluyen.


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