El activista político saharaui Ahmed Sbaai, encarcelado desde 2010 en Marruecos, ha sufrido un grave deterioro de salud tras haber sido tratado con medicación caducada en la prisión central de Kénitra, según ha denunciado su familia a través del colectivo de periodistas saharauis Equipe Media.

Sbaai forma parte del grupo de detenidos del caso conocido como «Gdeim Izik», arrestados tras el desmantelamiento del campamento de protesta pacífica en noviembre de 2010, que supuso un punto de inflexión en la resistencia civil saharaui contra la ocupación marroquí del Sáhara Occidental.

Su hermana ha denunciado que el activista padece enfermedades cardíacas y respiratorias, agravadas durante los últimos años debido a las «torturas, malos tratos y condiciones precarias de detención». Según su testimonio, recogido por Equipe Media, el suministro de fármacos en mal estado ha derivado en complicaciones graves que «amenazan su vida».

En este sentido, ha hecho un llamamiento urgente a «los gobiernos del mundo libre y a todas las organizaciones internacionales» para que intervengan y exijan la liberación inmediata de Ahmed Sbaai y del resto de presos políticos saharauis.

La familia responsabiliza directamente al Estado marroquí por las consecuencias de lo que consideran una política represiva de ocupación y alertan de que la vida del activista está en peligro real.

El caso Gdeim Izik

El caso Gdeim Izik se refiere a los enfrentamientos que tuvieron lugar tras el desmantelamiento del campamento de protesta en Gdeim Izik, en las afueras de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupado. Amnistía Internacional y Human Rights Watch han cuestionado la legalidad de los juicios a los activistas implicados, señalando la existencia de denuncias por torturas y procesos sin garantías.

Ahmed Sbaai fue condenado por un tribunal militar en 2013 y, más tarde, en un nuevo juicio civil en 2017, sentenciado a cadena perpetua. Diversas organizaciones de derechos humanos consideran que tanto él como sus compañeros son presos de conciencia, detenidos por su activismo pacífico.

Denuncias reiteradas por la situación en prisión

Diversos informes han alertado sobre las condiciones de detención en cárceles marroquíes, especialmente en el caso de activistas saharauis. Según la ONG CODESA (Colectivo de Defensores Saharauis de Derechos Humanos), los presos políticos saharauis sufren aislamiento prolongado, restricciones a la atención médica, y traslados punitivos entre cárceles.

Por su parte, Equipe Media ha documentado múltiples violaciones de derechos humanos en el Sáhara Occidental ocupado, a pesar de las restricciones impuestas por Marruecos a la libertad de prensa y al trabajo de observadores internacionales. El colectivo ha denunciado recientemente un ciberataque dirigido que busca obstaculizar su labor de denuncia y documentación.

Un contexto de represión

La situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental sigue siendo objeto de preocupación internacional. En su último informe, el Secretario General de la ONU, António Guterres, reiteró su preocupación por la falta de seguimiento independiente de la situación en el terreno y por las restricciones a la libertad de expresión y manifestación en los territorios ocupados.

Desde el inicio del conflicto en 1975, el pueblo saharaui reclama el derecho a la autodeterminación, tal como reconoce el derecho internacional. Sin embargo, Marruecos mantiene su control sobre gran parte del territorio, sin que hasta la fecha se haya celebrado el referéndum prometido por la ONU.

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