En el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC), donde decenas de investigadores trabajan cada día para abrir nuevas sendas en el ámbito oncológico, las Ayudas de la Asociación Española Contra el Cáncer 2025 en Cantabria han permitido la incorporación de dos jóvenes investigadoras que aportan nuevas perspectivas a esta misión: Marta Martínez-Conde y Saire Edith Córdova, cuyos proyectos se suman a las distintas líneas de trabajo que ya se desarrollan en el centro.

Aunque ambas comparten un mismo objetivo, avanzar en el conocimiento y tratamiento de tumores de baja supervivencia, sus trayectorias iniciales son muy distintas: mientras que Martínez-Conde se formó en el ámbito biomédico en la Universidad de Cantabria, Córdova emprendió este camino desde su formación en México y su paso por el diagnóstico clínico e industria. Ahora, sus proyectos predoctorales en el IBBTEC convergen para abordar dos grandes retos: el cáncer de pulmón y el linfoma cutáneo de células T.

Martínez-Conde llegó a la oncología desde la curiosidad por distintas áreas biomédicas: tras estudiar en su ciudad natal en la primera promoción del grado en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Cantabria, encadenó estancias de verano en laboratorios, un Trabajo Fin de Grado en, precisamente, linfoma cutáneo, y un máster en investigación con enfoque en Alzheimer. Esa mezcla de inquietudes, explica, la llevó a confirmar que el cáncer era el campo donde podía «aplicar conocimientos a distintas enfermedades y contribuir a tratamientos más eficaces».

Hoy desarrolla su tesis en el grupo de investigación de Genómica Funcional de la Progresión Tumoral, que dirige Ignacio Varela, en el IBBTEC, donde analiza cómo alteraciones en los complejos remodeladores de la cromatina, mecanismos que regulan la estructura del ADN, influyen en la respuesta del cáncer de pulmón a inmunoterapia.

Su trabajo combina técnicas de secuenciación avanzada, modelos celulares y modelos animales para estudiar qué hace que algunos tumores respondan mejor a estos tratamientos y cómo esa información puede guiar decisiones clínicas más personalizadas.

La trayectoria de Saire Edith Córdova comenzó a miles de kilómetros, en Chihuahua (México), donde se formó en Química, Bacteriología y Parasitología. Sus prácticas profesionales en un laboratorio universitario, donde trabajó con SARS-CoV-2, le abrieron la puerta a la investigación biomédica, una vocación que mantuvo incluso durante los años en los que se dedicó al diagnóstico clínico y la industria. Llegó a Cantabria para cursar el Máster en Biología Molecular y Biomedicina en la UC y se incorporó al grupo de Transformación y Metástasis del IBBTEC, dirigido por Berta Casar, donde comenzó su investigación sobre el linfoma cutáneo de células T.

Córdova desarrolla en su tesis un estudio preclínico de nuevas terapias dirigidas para tratar este cáncer poco frecuente pero altamente agresivo, caracterizado por la invasión progresiva de los linfocitos T malignos en la piel. Su proyecto integra inmunoterapia y medicina de precisión, evaluando fármacos experimentales tanto en cultivos celulares como en embriones de pollo. El objetivo es identificar estrategias terapéuticas más eficaces contra los tumores y con menos efectos secundarios que las quimioterapias convencionales.

Más allá de las diferencias, itinerarios formativos, países de origen, laboratorios y áreas de especialización, ambas comparten una motivación clara: aportar conocimiento sólido que se traduzca en mejores opciones terapéuticas. También coinciden en señalar el papel determinante de la investigación pública y del apoyo de entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer para consolidar vocaciones y sostener líneas científicas de largo recorrido.

IBBTEC e investigación en cáncer

El IBBTEC es un centro mixto de titularidad compartida entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Cantabria (UC), y el Gobierno de Cantabria, a través de Sodercan.

Sus estudios se centran en aspectos fundamentales de la biología molecular, celular y microbiología relacionados con la salud humana y animal, así como en el desarrollo de aplicaciones biotecnológicas en sectores como el biosanitario, agroalimentario y medioambiental. Entre sus áreas de especialización científica el cáncer está muy presente en muchos de los 24 grupos de investigación que lo componen.

Ayudas AECC

La Asociación Española Contra el Cáncer en Cantabria ha otorgado sus Ayudas AECC 2025 que se desarrollarán en la Comunidad Autónoma, con un importe total supera los 236.000 euros. Son las ayudas más importantes que concede AECC en Cantabria.

Las dos ayudas predoctorales están íntegramente financiadas por la sede cántabra de la Asociación, dotadas con 110.660 euros cada una y una duración de cuatro años, y se centran en nuevas líneas de investigación para mejorar los tratamientos del cáncer de pulmón y del linfoma cutáneo de células T.

Además, se concedieron otras cuatro ayudas los médicos residentes del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV), Carlos García Morales, Clara Castro Carballeira y Teresa Vallejo López para cursar un máster para ampliar su formación en investigación biomédica; y, la estudiante de la UC, Carmen Barroso Mora ha obtenido una ayuda para realizar prácticas de laboratorio para complementar su trayectoria académica.

Las Ayudas AECC 2025 cubren todas las fases de la carrera investigadora y sus líneas estratégicas son aumentar la financiación con especial foco en cánceres de baja supervivencia, atraer el talento investigador para fomentar la estabilidad laboral e impulsar la innovación y la investigación clínica para que los resultados lleguen al paciente, además de fomentar que personal investigador formen parte de redes internacionales colaborativas de investigación.

Actualmente, la Asociación apoya la mayor red para investigar el cáncer en España con 2.300 investigadores e investigadoras, distribuidos en 146 centros de investigación en 38 provincias trabajando en todas las fases del desarrollo del cáncer, desde la prevención hasta la metástasis. La Asociación se mantiene como la entidad que más fondos destina a la investigación en cáncer. A diciembre de 2024 la Asociación tenía 143M€ comprometidos en 750 ayudas en desarrollo.