La plantilla de la Policía Local de Santander atraviesa una situación “crítica”, según han alertado los sindicatos del cuerpo en sendas reuniones con los grupos municipales de PSOE e Izquierda Unida. Ambos partidos han recogido las principales quejas de los agentes, que apuntan a una combinación de déficit estructural de personal, falta de medios materiales, bloqueo institucional y un modelo de gestión que improvisa la seguridad y no garantiza una cobertura adecuada del servicio.

Según lo trasladado por los sindicatos a ambos grupos, la plantilla actual no permite cubrir con garantías ni siquiera el servicio ordinario diario, lo que deriva en zonas de la ciudad sin presencia policial. La situación se agrava durante eventos extraordinarios, como los previstos en Navidad, que se afrontan sin refuerzos adicionales. La consecuencia directa es que en algunas ocasiones el cuartel ha llegado a quedar cerrado por las noches, dejando sin atención directa a la ciudadanía.

Desde hace más de 16 años no se refuerza la estructura del cuerpo, que ha perdido efectivos por jubilaciones no repuestas. Actualmente, unos 250 agentes han renunciado a realizar horas extra como medida de protesta. A ello se suma la existencia de condiciones laborales que, según los sindicatos, son peores que en municipios cercanos como Noja o Camargo, con menores complementos y más carga de trabajo.

Los medios materiales también resultan insuficientes, hasta el punto de que los propios agentes aseguran haber tenido que utilizar sus teléfonos personales durante intervenciones. Los representantes sindicales critican además las trabas en materia de inspección, riesgos laborales y disfrute de permisos, como los de paternidad, que no se gestionan adecuadamente. Las valoraciones de puestos de trabajo datan de 1989, y la relación de puestos de trabajo no se ha actualizado desde 1995, lo que impide adaptar el servicio a las necesidades actuales.

Con todo, lo peor, o lo más grave, es la cerrazón de la alcaldesa Gema Igual a negociar, lo que ha llevado a la unión de todos los sindicatos y a una presión que puede considerarse huelga de celo: una aplicación literal de las normas y una renuncia a hacer las cosas extraordinarias que asumen cada día para compensar la mala planificación del servicio por parte de un PP que no puede culpar a nadie más que a sí mismos, ya que se trata de sus competencias.

En este contexto, tanto el Grupo Municipal Socialista como Izquierda Unida han mantenido reuniones por separado con la representación sindical de la Policía Local. En el caso del PSOE, su portavoz, Daniel Fernández, ha calificado la situación como “abandono absoluto” y ha exigido a la alcaldesa explicaciones urgentes sobre cómo se va a garantizar la seguridad durante las fiestas navideñas. “No se puede improvisar la seguridad de una ciudad. Y, sin embargo, esa es exactamente la actitud del equipo de Gobierno”, ha señalado, al tiempo que ha denunciado que la cobertura actual “solo alcanza las zonas con mayor conflicto”.

Fernández ha destacado que la plantilla “no está pidiendo más dinero, sino planificación y cumplimiento de acuerdos”, y ha anunciado que preguntará en el próximo Pleno cómo piensa el Gobierno municipal garantizar la seguridad en Navidad con una plantilla bajo mínimos y sin refuerzos extraordinarios.

Por su parte, el concejal de IU, Keruin Martínez, ha denunciado una “falta de voluntad política” y ha criticado que la alcaldesa Gema Igual “se pone de perfil” ante las quejas de los trabajadores. Tras reunirse con los cinco sindicatos con representación (CSIF, APL-USO, SIEP, CCOO y UGT), IU ha puesto el foco en lo que consideran un bloqueo institucional derivado de la negativa del Ayuntamiento a negociar aspectos básicos como el complemento de destino o la adecuación de las condiciones laborales.

“Esto no es un problema técnico ni coyuntural”, ha apuntado Martínez, quien ha señalado que las decisiones políticas del equipo de Gobierno han generado una “degradación de los servicios públicos” y una situación en la que incluso se ha tenido que recurrir a vigilancia privada en eventos como las ferias. “Cuando se deteriora un servicio tan básico, quienes lo sufren son las vecinas y vecinos de Santander”, ha añadido.

Ambos grupos coinciden en que no se trata de reivindicaciones extraordinarias ni de demandas salariales, sino de la necesidad de una interlocución real, una planificación estructural del servicio y el cumplimiento de acuerdos firmados en su momento y que, según denuncian los sindicatos, el equipo de Gobierno no ha respetado.

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