La intención de emprender entre mujeres y hombres en España no presenta actualmente una brecha de género significativa, pero esta igualdad relativa no se traduce en los mismos resultados de emprendimiento real. Así lo adviete Ana Fernández Laviada, presidenta del Observatorio del Emprendimiento de España, profesora de la Universidad de Cantabria al frente del Centro Yunus, en una entrevista sobre los datos del informe Mujeres y Emprendimiento en España. Análisis con datos GEM 2023‑2024.

Fernández Laviada, una de las coordinadoras del informe impulsado por el Instituto de las Mujeres y el propio Observatorio con el respaldo del Ministerio de Igualdad, explica que aunque la intención de emprender es similar entre mujeres y hombres, “hay cuatro elementos que afectan a la intención y al emprendimiento en sí, y son temas muy culturales”.

La presidenta del Observatorio detalló esos factores: “Las mujeres tendemos a percibir menos oportunidades de negocios, pensamos que estamos menos capacitadas que los hombres a la hora de emprender, tenemos un poquito más de miedo al fracaso y vemos un poco más difícil emprender que los hombres. Todo eso unido hace que, al final, el emprendimiento femenino sea menor”.

Formación y políticas específicas como respuesta

Ante la pregunta sobre cómo las políticas públicas o programas específicos podrían revertir esta percepción, Fernández Laviada destacó la educación y la formación como claves. “Creo que las políticas, los programas, deberían fomentar ese tipo de habilidades y capacidades, pensando especialmente en las mujeres”, afirmó. “Está comprobado que percibimos menos oportunidades y tenemos más miedo a fracasar, así que es un tema mucho de educación y de formación en emprendimiento”.

Según el informe GEM, aunque la intención de emprender femenina se acerca a la de los hombres, esa intención no se materializa de igual forma en creación de negocios, consolidación o crecimiento sostenible de proyectos empresariales. Las barreras culturales, la falta de referentes y la percepción de riesgo siguen siendo obstáculos importantes.

Cantabria por debajo de la media nacional

En el análisis territorial, el informe recoge que Cantabria se sitúa por debajo de la media nacional en intención de emprendimiento femenino. La presidenta del Observatorio reconoció la preocupación por esta diferencia: “Cantabria es una de las comunidades autónomas con menor tasa de población femenina con intención de emprender, solo un 4,6% en comparación con el 9% nacional. Estamos preocupados y no sabemos responder todavía por qué se ha producido esta diferencia tan marcada tras la pandemia”.

Según Fernández Laviada, hasta antes de la COVID‑19 no existía una brecha tan pronunciada en la intención emprendedora entre las mujeres de Cantabria y las del resto de España. “Pre‑COVID prácticamente no había diferencias; se fue acortando entre hombres y mujeres pre‑pandemia. No sé qué es lo que ha pasado realmente después del COVID para que esa brecha se haya ido abriendo de forma tan alarmante en el caso de Cantabria”, señaló. La profesora recordó que, en años anteriores, las tasas eran más equiparables entre regiones y entre mujeres y hombres.

Motivaciones y enfoque del emprendimiento femenino

Durante la conversación, también se abordaron las motivaciones que llevan a las mujeres a emprender. Fernández Laviada explicó que muchas mujeres indican emprender por necesidad, debido a la falta de alternativas laborales, y que priorizan razones sociales o de impacto más que objetivos económicos. “La mayoría emprenden por un problema laboral, porque no encuentran función en el mercado laboral. En el caso de los hombres también ocurre, pero es verdad que las mujeres un poco más”, afirmó.

Respecto al tipo de emprendimiento, la presidenta del Observatorio indicó que los proyectos liderados por mujeres suelen tener mayor enfoque social o medioambiental. “Creo que eso va con la forma de ser de las mujeres y esa vocación por ayudar o por tener un impacto más social,” dijo. Esta visión contrasta con un enfoque orientado exclusivamente a la creación de riqueza o unos mayores ingresos, más común entre los emprendimientos masculinos.

Conciliación y apoyo familiar

La conciliación familiar y profesional también surgió como tema recurrente durante la entrevista. Fernández Laviada explicó que muchas de las mujeres entrevistadas mencionan las dificultades para ser madres y emprendedoras. “Es verdad que casi todas aludían a la conciliación; muchas veces emprendían porque facilitaba su conciliación familiar y profesional”, comentó.

No obstante, la presidenta del Observatorio advirtió que no está segura de que más políticas de conciliación sean la única solución. “Cuando hay que elegir, está claro que la mujer se retira antes y vuelve al apoyo familiar por encima de su proyección profesional en muchos casos. Cualquier medida que apoye o que fomente y que ayude a la conciliación es bienvenida, pero no estoy tan segura de que esa vez sea la única solución”, aseguró.

Datos positivos en persistencia

A pesar de que algunas cifras puedan resultar “demoledoras”, Fernández Laviada quiso destacar un aspecto positivo. “Nosotros analizamos la intención de emprender, el emprendimiento reciente, el consolidado y luego también analizamos el abandono. Las mujeres abandonan menos,” señaló, lo que sugiere una mayor persistencia y fidelidad al proyecto una vez que éste ha sido iniciado.

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