La madriguera LX: «Salvar el mundo desde casa»

Tiempo de lectura: 3 min

SALVAR EL MUNDO DESDE  CASA

David Vidal Pascual

 

Ahora es un buen momento para aprovechar esta casa que me encierra y hacer algo para salvar el mundo. Me confino aún más en este confinamiento obligado y busco un rincón de mi casa, aislado de quien comparte conmigo estos días de semisoledad. Voluntariamente me alejo de los libros, del ordenador, de la cocina, también de las conversaciones  con los otros y con su permiso me recojo en una auténtica soledad confinada. Este rincón de la casa y esta soledad bienvenida es todo lo que necesito para hacer algo para salvar el mundo. Lo mismo que hago otras veces tan solo por gusto, ahora me encierro por mí y además por una buena causa. Lo que he aprendido a hacer para mi beneficio ahora es herramienta para alcanzar a todos.

Me confino y desaparece la casa y sus habitantes, después el resto del mundo: calles y ciudades, mares y continentes, la humanidad entera se hace humo. Confinado en un rincón de mi casa lejos de los todos que me incomunican de mí, inicio una visita al lugar donde la nada ocupa todo.

Sólo yo existo, esto es lo más importante. Yo soy el salvador del mundo, el responsable de sus logros y miserias. Gracias al  suave poder del silencio, cual guante de fregar, me doy la vuelta a mi mismo y expongo impúdicamente mi interior a la luz de mis ojos cerrados. Observo sin conocerme, extranjero en mi universo, un yo lejano como los puntitos de las estrellas en el cielo. Vísceras y fluidos, huesos y músculos, nervios y glándulas son puestos a examen, revisión del estado de mi todo que ocupa mi nada. Vueltos los ojos ciegos hacia dentro se preguntan que es aquello que no ven.

Estoy dentro de mí y quiero hacer algo para salvar el mundo ¿qué tengo que hacer? ¿nada? Transito circuitos y compruebo válvulas, aprieto tuercas y libero conductos…no hago nada. Observo, ¿qué veo?: nada ¡pero quiero salvar el mundo! ¿que tengo que hacer? Nada, punto muerto. Me siento igual que cada vez que termino una conversación o un texto, o veo una imagen donde otros hacen o dicen hacer algo para salvar el mundo, propietarios de una palanca o interruptor para accionar y así, cual presidente o dictador mundial, dejarlo explicado, acabado, limpio y brillante; etnocentrismo, colonialismo, postfordismo, antropocentrismo, machismo, estractivismo, orientalismo, macdonalismo, progresismo, liberalismo… capitalismo, el mas demoníaco de los  “ismos”, culpables de la decadencia del mundo, son recursos inevitables de sus vacíos discursos; pulsar un botón o accionar una palanca y…¡magia!: toda fealdad desaparece. Punto muerto. Yo me quedo igual, dentro de mí, en la nada de mi todo, sin resolver nada. ¿Qué tengo que hacer para salvar el mundo? ¿nada?

No tener que hacer, eso es todo.

Abro los ojos, salgo de mi rincón y me dirijo a la cocina a comer algo.

 

Imagen cedida para «La madriguera» por su autor Néstor Revuelta Zarzosa

Nota: Para publicar en “La madriguera” podéis seguir enviando vuestros textos, poemas, reflexiones etc…a Jose Elizondo: granmeaulnes@hotmail.com

 

 

 

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