La cultura y la música podían parar durante unos minutos para poner el pensamiento en el horror que sucede a unos pocos miles de kilómetros de aquí. En plena celebración del Cabuérniga Folk, Palestina tomó el protagonismo a través de un comunicado que leyeron la periodista Olga Rodríguez y los actores Carlos Bardem y Juan Diego Botto.

Olga Rodríguez es periodista de eldiario.es y su trabajo, en los últimos casi dos años, ha estado focalizado en lo que sucede en la Franja de Gaza. Tras los ataques de Hamas el 7 de octubre de 2023, se ha desatado un terror que está teniendo como consecuencia decenas de miles de muertes, la destrucción de una estructura social, la falta casi total de servicios públicos y que empiece a morir gente de hambre, niñas y niños incluidos.

El trabajo de esta periodista no se centra sólo en el drama humanitario que se está viviendo en lo que se denomina la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, sino también en lo que la comunidad internacional, especialmente los países occidentales, está haciendo en este tiempo donde Israel rompe con los derechos humanos.

Carlos Bardem y Juan Diego Botto son dos actores que ya se han destapado como activistas en múltiples ocasiones. También con la causa palestina. Compartieron escenario con Rodríguez para, entre los tres, hablar y, sobre todo, recordar una vez más lo que sucede en Gaza y las consecuencias que está teniendo.

Por un lado, lo actual. No solamente hay bombardeos, no solamente se asesina a personas que acuden en busca de la poca ayuda humanitaria que entra el Franja, sino que ya hay personas muriendo de hambre. El comunicado empieza precisamente por las palabras que de una mujer palestina, periodista, que habla, sobre todo, de hambre como un concepto que nunca antes había usado como ahora. La prioridad total en la vida de centenares de miles de personas ahora es encontrar algo con lo que alimentarse y poder guardar, aunque sea, unas migajas que poder ofrecer a los niños, los ancianos y las personas que se recuperan de una enfermedad o una intervención quirúrgica y que necesitan alimentos para reponerse.

El comunicado también quiere recordar que los lodos actuales provienen de hace más de un siglo. Desde el final de la primera guerra mundial, cuando los sionistas pusieron el ojo en el territorio palestino para poder tener un gran estado allí. Lo consiguieron en 1948, con el permiso de la ONU. Pero ahí comenzó lo que los palestinos denominan ‘nakba’. Muchos fueron expulsados de sus casas y tuvieron que exiliarse. El 54% del total del territorio era para Israel, pero pronto se convirtió en el 78%.

Resoluciones posteriores de la ONU obligaban a que los palestinos recuperase los territorios perdidos que iban más allá de lo que se decía respecto a la creación de un Estado de Israel, pero nunca se cumplieron. Y recordaban, especialmente, la guerra de 1967, donde Israel llegó a apropiarse de terrenos sirios y egipcios, yendo más allá de lo que tolerable.

Posteriores intentos de poner fin al conflicto y tratar de que hubiera dos estados plenamente constituidos no llegaron a fraguar nunca. Entre tanto, Israel ha seguid ejerciendo la dominación sobre la zona, pero ahora llevamos casi dos años donde la devastación está llegando a todos los niveles. Los servicios públicos han sido destruidos casi por completo, así como los comercios, las viviendas y también las expresiones culturales.

Además de todo lo material e inmaterial, se está dilapidando un pueblo entero, y también su dignidad. No sólo por los asesinatos y empujarles a la hambruna, sino que podemos ver cómo el ejército israelí está llegando a la degradación total de la humanidad y a tomar como trofeos objetos que forman parte de la vida cotidiana a íntima de la población gazatí.

Ya sea a través de una cadena televisiva o de radio convencional, o mediante los medios digitales y las redes sociales, estamos asistiendo, dice el comunicado, a un genocidio televisado. No había pasado nunca algo así. Lo podemos ver a diario y, sin embargo, los estados occidentales no hacen lo suficiente por pararlo.

Se refieren en el comunicado a la UE como cómplice de un exterminio, pero también se refieren a España como un Estado hipócrita, pues condena lo que ocurre, pero no ha interrumpido el comercio con Israel, ni siquiera el armamentístico.

Por todo esto se hace un llamamiento a la población civil para que no deje de movilizarse. Ya sea recogiendo firmas, apoyando manifiestos, secundando manifestaciones o eventos solidarios con Palestina, pero que se siga elevando la voz y no se calle ante el genocidio.

La voluntad que expresa el comunicado en su conclusión es que se lance el mensaje de que el pueblo palestino no está solo y de que hay muchas personas a lo largo y ancho del mundo que se preocupan por lo que está pasando allí. Con un «Viva Palestina libre» se cerraba la intervención de estas tres personas sobre el escenario. Después, la cultura, folk, en este caso, proseguía su curso en Cabuérniga.