Por muy cazurros que seamos, por muy persistentes en buscarnos la ruina, por muy ciegos que estemos a la hora de votar y caigamos una y otra vez en el pozo profundo que supone votar a los que está demostrado que no les importamos , sinceramente pienso que Cantabria no se merece la que le está cayendo encima.

Tras dos años largos, larguísimos, de gobierno ultra la situación es de auténtico hartazgo.
El deterioro del territorio está siendo ya espeluznante.
Con la ola de incendios asolando a los vecinos, y viendo lo inútiles que son en otras facetas , más vale que recen aquellos que sean creyentes al santo de turno para que riegue Cantabria con lluvia, porque si prende la llama me temo lo peor.

¿Creen que exagero ?
Veamos. Permítanme hacer una pregunta:
¿Qué funciona correctamente en Cantabria?

¿INDUSTRIA? Preguntemos a los trabajadores de Bridgestone, o a los del sector del metal.

¿EDUCACIÓN? Hablemos con los maestros que llevan no sé cuántos encierros reclamando una adecuación salarial que no llega , y reciben presiones y castigos por reclamar.

¿SANIDAD? Preguntemos al servicio de ambulancias por los salarios adeudados, y la falta de medios que soportan cada día.

¿Hablamos de MEMORIA HISTÓRICA?
Pues cuando queráis preguntamos a aquellos que aún no han recuperado los restos de familiares , a la vez que residen en una calle con el nombre del miserable que los envió a una cuneta.

¿Hablamos de LIMPIEZA, de RATAS, de ORDENACIÓN y RECUPERAR ESPACIOS NATURALES?

¿Prefieren que hablemos de INUNDACIONES en cuanto caen cuatro gotas ?

Pues si queréis hablamos, pero nadie escucha.
Porque quien tiene la obligación de hacerlo, no está por la labor.
Y además, en un alarde de soberbia , lo mismo amenaza con » callar bocas » que justifica su ineptitud e inoperancia con un » en todas las ciudades hay ratas «.
Mientras, mintiendo, presume de transporte público ecológico cuando la realidad es que funcionan los autobuses de siempre.

¿Quieren que hablemos de VIVIENDA ?
¿De un anteproyecto de ley preocupado por mantener los privilegios de quienes poseen varias, en lugar de solucionar los problemas de aquellos que no pueden acceder a una?

¿O prefieren que hablemos del fraude que supone dedicar vivienda al uso de alojamiento turístico?
Fraude insostenible.
¿Por qué?

Porque las viviendas se construyen bajo licencia administrativa.
Con una finalidad, que no es otra que el uso residencial de las mismas.
Cuando se construyen se otorga permiso con la intención de crear barrios.
De crear ciudad y pueblo.
Y con esa intención se dotan los entornos de aparcamiento, ambulatorio, escuela, etc …

Para eso se concede licencia.
No para que unos espabilados , amparados en la dejadez del gobierno ultra, hagan su negocio especulando con un bien de primera necesidad.

Es insostenible porque económicamente perjudica a un sector importante como es el turismo establecido, profesional, que crea puestos de trabajo y paga impuestos .

Es insostenible porque expulsa al lugareño ante la subida del precio del alquiler, producto del cambio de actividad de vivienda residencial a turística eliminando prácticamente la oferta.

Y mientras esto sucede se propone que, con dinero público, se construyan viviendas que sean gestionadas por empresas particulares durante 75 años.
Cualquier cosa antes que consagrar el Derecho Subjetivo de los cántabros al acceso a una vivienda, y declarar el carácter social de la vivienda.

Pero, eso sí, no se deja de alarmar a la población con el número de ocupaciones , fácilmente evitables.
Mientras, el número de desahucios, exponencialmente más alto, es ocultado, y son raros aquellos que lo denuncian.

Y ningún ayuntamiento incorpora un protocolo de actuación ante la emergencia habitacional.
Algo que va a ser imprescindible, en una situación tan caótica como la actual en Cantabria.

Y es en éste sindiós en el que los políticos ultras nos tienen inmersos.
Dicen que es por nuestro bien.
Que cuando todo termine se callarán las bocas.

Y creo que tienen razón.
No habrá protestas porque no estaremos.

Habremos sido sustituidos por turistas ricos.

Los demás estorbamos.