Fernando Llorente publica un nuevo poemario: una reflexión poética sobre el paso del tiempo, la pérdida y la memoria
El profesor de filosofía -hace tiempo jubilado-, Fernando Llorente de la Peña (Santander, 1945) publica un nuevo poemario, una obra que se inscribe dentro de una poesía íntima y reflexiva.
Con una trayectoria personal marcada por la docencia, el pensamiento crítico y su estrecha relación con el pueblo saharaui, Llorente presenta “Despojos y otros restos (de luz)”, como un «bastión de resistencia frente a un tiempo, en el que se ha ido acumulando pasado, y del que no importa qué es, sino qué hace, que nos ha hecho, a su paso.
Profesionalmente, dedicado a la enseñanza de la Filosofía en centros de Secundaria de El Aaiún (Sahara Occidental), Santa Cruz de Tenerife y Santander, Llorente comenzó su andadura literaria a los cincuenta años con la publicación de su primer poemario, “La hora sagrada del reposo” (La Sirena del Pisueña, 1995), al que siguieron cinco libros de poemas, dos de aforismos, así como otros de impresiones y reflexiones en prosa, además de cuatro obras —en prosa y en verso— centradas en la historia reciente, la vida cotidiana y la cultura del pueblo saharaui, con el que mantiene una relación profunda desde los años finales de la presencia colonial española en el Sáhara Occidental.
Igualmente ha colaborado, a lo largo del tiempo en revistas literarias -Obelisco, La Ortiga, Ultramar, Altazor, QVORVM, Clarín…, ya desaparecidas-, así como ha practicado la crítica teatral y las reseñas de libros en la prensa regional.
Este nuevo libro, con 38 poemas, y publicado dentro de la colección de Poesía de la Editorial Cuadranta (Valencia), profundiza, en su primera parte, en una reflexión que articula la pérdida de lo tenido, con la de lo que nunca se tendrá. Retomando las palabras de Antonio Machado, el autor afirma que “se canta lo que se pierde”, aunque en su visión poética la pérdida trasciende el pasado y se proyecta también hacia lo irrealizado.
Así, Llorente considera que tal vez la poesía no sea, como escribió Gabriel Celaya, “un arma cargada de futuro”, pero sí puede ser refugio compartido, en el que rescatar fragmentos de sentido, memoria y dignidad ante la imposibilidad de volver atrás.
“A la luz sobrante de una existencia, que se va apagando”, esa luz que es reflejo de lo perdido, como el de las estrellas muertas, que permanecen en la galaxia existencial de momentos perdidos y encontrados, en la segunda parte del libro, en unas caléndulas, que se rigen por el sol; en los pájaros que persiguen la luz; en un amanecer soñado; en una sonrisa, que es todas las sonrisas…
“Despojos y otros restos (de luz) busca, en su segunda parte, sacar de la penumbra momentos del tiempo ya vivido, ese que “podría haberlo arreglarlo todo, si no hubiera sido porque no”, y que dota al conjunto de un tono existencial(ista), en su dimensión de un vivir trágico, no tanto en el sentido agónico (Unamuno), como en el heroico (C. Rosset), que requiere alguna dosis de ironía y cinismo de ascendencia socrática, y que, por ello, invita a la celebración del gozoso fracaso de vivir.
“Despojos y otros restos (de luz)” se presentará en El Ateneo de Santander (Sala Gabriel Mª Pombo, segunda planta), el día 8 de octubre, y el 9 de octubre, en la sede de la AAVV San Joaquín (Campogiro),
El libro está disponible en librerías y plataformas editoriales.