‘Hilos de Igualdad’: UNRWA Cantabria invita a bordar derechos humanos desde la memoria de las mujeres palestinas
La delegación en Cantabria de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA Cantabria, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs) ha editado el díptico ‘Hilos de Igualdad: Derechos Humanos e igualdad de género a través del bordado desde la realidad de las mujeres refugiadas de Palestina’, una herramienta educativa que entrelaza la tradición del bordado con la defensa de los derechos humanos y la igualdad de género.
El material ha sido elaborado en el marco del proyecto ‘Tejiendo derechos’, financiado por el Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad y su Dirección General de Juventud, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado. La propuesta se dirige a centros educativos, asociaciones y ciudadanía en general, como una invitación a reflexionar y actuar desde una perspectiva intercultural y comprometida.
Un gesto simbólico desde Cantabria
El díptico parte de una premisa sencilla: bordar también es resistir. Desde esa base, lanza una invitación abierta a la participación colectiva, animando a reproducir el patrón del ciprés, uno de los símbolos tradicionales del bordado palestino. Este árbol representa fortaleza, permanencia y conexión con la tierra.
UNRWA Cantabria propone bordar el diseño sobre telas, fotografías, servilletas o bolsos, como forma de tejer puentes con las mujeres refugiadas de Palestina y sumar desde lo cotidiano al compromiso por los derechos humanos. No se necesita experiencia previa, solo hilo, aguja y ganas de “tejer memoria”. El diseño del ciprés puede descargarse escaneando el código QR incluido en el propio díptico.
El bordado palestino: más que una técnica, una forma de resistencia
El Tatriz, nombre árabe del bordado tradicional palestino, es una expresión cultural transmitida por mujeres a lo largo de generaciones. Más allá de su valor estético, es una forma de narrar historias, conservar raíces y reafirmar la identidad, especialmente en contextos de desplazamiento y pérdida.
En situaciones marcadas por la ocupación militar, el exilio y la violencia, bordar se convierte en una forma de reafirmar la existencia y construir paz desde lo cotidiano. A través de los hilos, las mujeres palestinas han mantenido viva su cultura y han proyectado su deseo de no repetición, haciendo del bordado una herramienta de resistencia no violenta y consuelo colectivo.
La publicación cita el taller ‘Hilando historias de Derechos Humanos’, desarrollado por UNRWA Cantabria, como base para esta propuesta, que combina elementos artísticos, pedagógicos y políticos.
Una emergencia humanitaria prolongada
La publicación contextualiza también la situación actual en Palestina, marcada por el conflicto en la Franja de Gaza tras el 7 de octubre de 2023. UNRWA advierte de las “consecuencias devastadoras de la ofensiva israelí”, que ha dejado más de 1,7 millones de personas desplazadas y ha convertido en cotidiano el ataque a hospitales, escuelas y refugios.
En Gaza, miles de familias sobreviven entre los escombros de sus hogares, sin acceso estable a agua, alimentos ni atención médica. La escasez de recursos básicos se ha convertido en un instrumento de guerra, y la destrucción generalizada amenaza con silenciar la historia de generaciones enteras.
Frente a ello, el bordado emerge como una forma de mantener la dignidad y el relato propio en un escenario de despojo. Cada puntada es una afirmación de presencia, una memoria que se borda frente a la pérdida.
¿Quiénes son las personas refugiadas de Palestina?
UNRWA recuerda que las personas refugiadas de Palestina son aquellas que fueron desplazadas tras la Nakba en 1948 —un término que en árabe significa “catástrofe”—. Más de 700.000 personas huyeron entonces de sus hogares en la Palestina histórica. Junto con sus descendientes, hoy suman casi 6 millones, siendo la población refugiada más antigua del mundo.
Actualmente, 1 de cada 10 personas refugiadas en el mundo es palestina. UNRWA presta atención humanitaria y servicios básicos en Cisjordania (incluida Jerusalén Este), la Franja de Gaza, Jordania, Líbano y Siria.
En Cantabria, la agencia trabaja desde 2020 en labores de sensibilización, con actividades escolares, exposiciones, talleres y materiales como este díptico, que buscan implicar a la ciudadanía en el conocimiento y la defensa de los derechos humanos.
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