La Sociedad Deportiva Reocín (el club de fútbol del municipio) fue utilizado para desviar dinero de empresas constructoras adjudicatarias de proyectos del Ayuntamiento, en una historia que se encuentra en el origen de todo lo que ha sucedido después en la Federación Cántabra de Fútbol, con el relevo de Alberto Vilar por José Ángel Peláez, que fue, precisamente, presidente del Reocín, quien empezó a hacer preguntar sobre la gestión económica de este club.

Esto pasó en la anterior legislatura, cuando el alcalde era Germán Fernández, del PSOE, pero en una historia que salpica a los tres partidos regionales: PSOE, al PRC, y también al PP.

Este desvío se hizo a través de disposiciones de dinero en el club, para gastos personales de directivos o familiares.

Pero, sobre todo, había ingresos de cantidades de empresas constructoras que trabajaban para el Ayuntamiento de Reocín, a las que se les ‘sugería’ que si apoyaban al club, les iría bien con las adjudicaciones en un municipio que en los últimos años experimentó una fuerte expansión.

En el proceso era clave la figura del exconcejal de Urbanismo y Deportes, Manuel Sañudo (PRC).
Estaba el arquitecto que redactaba el Plan General, persona de su confianza, José Antonio García Martín, que además era el propietario de la empresa Centro de Integración y Diseño Arquitectos SL., quien negociaba los ingresos y firmaba los pagarés que entregaban a José Antonio Terán, alias Gallo, el expresidente de la Sociedad Deportiva Reocin.

Los pagarés del arquitecto que redactaba el Plan General se ingresaban en la Sociedad Deportiva Reocin, pero luego se devolvían, es decir, que volvían a salir del club, dejándole una deuda.

Los cheques los firmaban Gallo o Pepe Ruisánchez, 80 años de edad, el vicepresidente del club, íntimo de Gallo..

RELEVO EN EL REOCÍN

Hay un momento de la historia en que Gallo dimite, alegando que se quiere dedicar a las Escuelas Deportivas. Los socios del Reocín hacen presidente a José Ángel Peláez, que fue el único candidato. Entonces Peláez busca el origen de la deuda y pide acceder a esos datos, que se le habían bloqueado históricamente.

Es entonces cuando Gallo, por un lado; por otro el concejal de Urbanismo y Deportes Manuel Sañudo; y el vicepresidente del club, íntimo de Gallo, Pepe Ruisánchez, de 80 años, se alían todos en una reunión en el despacho de Alberto Vilar, para quien Gallo actuaba como colaborador de confianza.

Lo que no querían que se supiese en Reocín es que se utilizaba el club de fútbol para canalizar y desviar ingresos de empresas constructoras adjudicatarias de obras municipales.

A partir de ahí se redoblan los ataques a Peláez, desde la Federación Cántabra de Fútbol (que le negó la condición de presidente del Reocín) y desde el Ayuntamiento de Reocín, que llegó a cambiar la cerradura de las dependencias del Pepín Cadelo, el campo de la Sociedad Deportiva Reocín.

Por esto fueron imputados en enero de 2012 la concejala de Deportes y el director de las Escuelas Deportivas, el propio Gallo.

NUEVA ETAPA EN LA FEDERACIÓN

Aquella situación en el Reocín canaliza en un movimiento de protesta del fútbol, en un hartazgo contra Vilar, que desemboca en la creación de la Agrupación Cántabra de Clubes.

Y de ahí surge la candidatura alternativa a Vilar, en las siguientes elecciones, que, contra muchos obstáculos, consigue ganar las elecciones y abrir una nueva etapa en el futbol cántabro, con Peláez como presidente.

Etapa que cuesta cerrar, porque siguen ciertos movimientos del pasado, y porque para pasar página hay que resolver varios asuntos pendientes.

Entre ellos la auditoría en la Federación, que encargó Peláez nada más llegar al cargo, y que echa en falta más de 400.000 euros sólo entre 2010 y 2012. Este lunes ha declarado Alberto Vilar como imputado ante el juez, por un presunto delito de apropiación indebida en la Federación.

El expresidente no ha contestado a ninguna pregunta del abogado de la acusación. A Vilar se le imputa un delito de apropiación indebida, en base a la auditoría de la Federación que echa en falta más de 400.000 euros y que detectó también que se habían gastado partidas de esta entidad en gastos personales del propio Vilar, desde los arreglos en su jardín hasta su seguro personal.

Esa auditoría se envió a la Fiscalía de Cantabria, que abrió una investigación judicial por presuntos delitos de apropiación indebida. En la declaración Vilar se negó a responder a las preguntas de la acusación, como por otra parte es su derecho. La Federación ya avanza que podría presentar cargos por más delitos.