“Tenemos que dejar de ser tan resignados: es tiempo de desobediencia”

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Juan Carlos Monedero, en la entrevista concedida a Buenos Días Cantabria.

Este fin de semana se ha presentado Podemos en Santander. Se trata de un movimiento que quiere mover el tablero de la política actual. La definición se la dejamos a Juan Carlos Monedero, para no caer en las etiquetas. ¿Con qué finalidad nace Podemos?

La gente está tan harta de que le cuenten siempre los mismos cuentos que pueden pensar que ya no hay más espacio. Sin embargo, Podemos está generando una nueva emoción, como hemos podido ver en Santander. Hay gente que se está dando cuenta de que hay algo que puede hacer que el cuento tenga un final feliz. Parece que se están juntando todos los elementos para que el sastrecillo valiente triunfe. Creo que estamos haciendo lo necesario para demostrar a la gente que esa resignación a la que les han invitado no es necesaria, que no es cierto que haya que vivir con tanto dolor, que haya que asumir que sus hijos se tengan que ir a trabajar fuera de España, que no es cierto que nos tengan que cobrar otra vez por las medicinas que ya pagamos con nuestros impuestos, que no es verdad que tengamos que ver cómo se rebaja la calidad de nuestra Sanidad, que no tenemos que pasar por el bochorno de que nadie se nos muera en una sala de espera de Urgencias… al mismo tiempo que los canallas nos están robando a espuertas.

Estamos cansados de ver cómo ese senador del Partido Popular tiene de repente un millón y medio de euros en Suiza, o todos estos del entorno del poder que, cuando están en sus consejos de gobierno, ayudan a empresas que después les van a colocar cuando dejan la administración pública. Estamos cansados porque creemos que nos están robando nuestro país. Algunos no nos vamos a quedar parados esperando a ver si te caen algunas migajas y con eso puedes subir un poco electoralmente. Somos el 90% de la gente los que estamos perdiendo muchos derechos de todo tipo. Y somos una mayoría los que tenemos que decir que hasta aquí hemos llegado. A los países se los respeta cuando se hacen respetar. Para eso, tenemos que dejar de ser tan resignados: es tiempo de desobediencia.

Podemos tiene muchos retos y muy poco tiempo para remover estructuras políticas e incluso estructuras mentales. Movilizar conciencias entre la mayoría silenciosa, como la llama la clase dirigente. ¿Cómo puede llegar Podemos a toda esa masa desideologizada?

Como está llegando Pablo Iglesias, a través de su confrontación con el poder en los medios de comunicación. Cuando en las tertulias están solos, parece que hay una única verdad, pero cuando existe la posibilidad de confrontarlos, se quedan sin argumentos, gritan, hacen aspavientos, te insultan… Yo creo que eso es una señal de que tienen el poder pero no tienen la verdad. Basta que les digas que las cosas son de otra manera para que pierdan la compostura.

Es muy evidente que esto no es una crisis, sino que es una estafa. Nos están cobrando a nosotros como ciudadanos para lavarle la cara a los bancos. Cualquier ciudadano monta una pequeña tienda, le va mal, y tiene que cerrarla y, además, pagar las deudas. Resulta que los bancos hacen mal sus cosas, y tenemos que pagarlo entre todos. Y se enriquecen los mismos bancos que son responsables de que no haya crédito para las pequeñas empresas, de que se estén quedando con el dinero y con las casas de los desahuciados… Tenemos que hacer valer que no estamos dispuestos a asumir este estado de las cosas. Y el poder lo sabe.

Esta situación está cogida con los hilos de nuestro pensamiento. Cuando Sánchez Gordillo en Andalucía expropió cuatro carritos de una multinacional, parecía que se acababa la civilización occidental. Saben que si tienes hambre, tendrás que ir a los supermercados a alimentarte. ¿O quieren que nos muramos como en África con los párpados llenos de moscas? Ellos son conscientes de lo que podemos hacer. Ellos son más conscientes que nosotros y por eso, siendo el país con el índice de delincuencia menor de Europa, somos los que tenemos más gente presa. Somos un país en el que pese a que no hay disturbios en las manifestaciones, el poder quiere que haya menos manifestaciones. Donde el poder quiere frenar cualquier tipo de protesta convertir a la política en un juego bipartidista entre el PSOE y el PP.

Pues se ha acabado. La ciudadanía tiene derecho a volverse a emocionar. La ciudadanía tiene derecho a reclamar que España sea un estado social y de derecho, en el que la riqueza esté ligada al interés general, como dice la Constitución. ¿No somos la cuarta economía del euro? Mientras, estos sinvergüenzas están llenándose los bolsillos de dinero. Ya está bien. No encontrábamos nada en la clase política que nos permitiera emocionarnos. En las mareas sí, en el 15M sí, y en la calle sí, contra el cierre de empresas o contra los ERES sí… Pero políticamente, las encuestas nos decían que más del 50% no veía razones para votar en las elecciones europeas.

Nosotros hemos surgido para decirle a la gente que vamos a reinventar nuestro país, vamos a reinventar nuestra democracia. La estamos perdiendo y no tenemos por qué quedarnos esperando a que venga nadie a solventar los problemas. Yo no soporto, como profesor universitario, que mis alumnos tengan que irse de España porque aquí no encuentran trabajo. Yo no soporto regresar a mi casa y encontrarme a gente rebuscando en los cubos de basura. No soporto leer el periódico o escuchar la radio y tener el enésimo caso de corrupción. Que no, que la ciudadanía está sufriendo mucho en nuestro país como para soportar este tipo de cuestiones. Tenemos que replantearnos qué tipo de sociedad queremos. Estamos cansados también de que no tomemos decisiones sobre convivencia entre los pueblos, qué tipo de relación queremos con Europa, o con la Iglesia, o el medio ambiente. No podemos seguir con esta locura. Vamos a dejar a nuestros hijos un desierto. Tenemos que discutir todas estas cosas y no puede hacerlo nadie por nosotros.

¿El objetivo es cambiar el sistema, poco a poco?

¡Claro! Cualquier persona decente estará de acuerdo en que nadie debe morirse de hambre por no tener una renta básica para vivir, o en que ninguna familia carezca de calefacción. No puede ser que una madre con una hija vaya a ver a un concejal en Villarrobledo, -qué curioso, del Partido Popular-, y que le diga que necesita comida para vivir, y que el concejal le diga que dé a su hija en adopción o que se meta a puta. Es que ese tipo es un sinvergüenza que no puede estar en la política de nuestro país. Y todos entendemos que hay que recaudar impuestos y que no se puede defraudar a Hacienda, y que no puede ser que las grandes empresas lo hagan, y que haya paraísos fiscales. Este país está lleno de gente decente que entiende esas pequeñas cosas. Lo que hace falta es que asuman de una vez por todas que las mentiras que les están contando son eso, mentiras.

Os están llamando antisistema…

Antisistema será el Partido Popular, que tiene a sus tesoreros siempre encausados. Todos, por financiación irregular. El último, en la cárcel. Antisistema son los que han quebrado las cajas de ahorros. O Blesa. O la señora Esperanza Aguirre, que nombró a consejeros que terminan en la cárcel por ladrones. Antisistema es el rey, que dice que le duele mucho España, pero se va a África a pegar tiros a la madre de Dumbo. O tiene un yerno ladrón y una hija supuestamente ladrona. Los antisistema son ellos. Es que son unos sinvergüenzas, es que no es justo. Ya está bien.

Estas cosas son de sentido común. No tiene por qué ser así y en otros países del mundo no es así. Los políticos regresan a sus puestos de trabajo y no se van a ganar dinero a las grandes empresas. Tenemos que hacer memoria. Nosotros no venimos con una espada a solventar los problemas. Lo vamos a hacer si somos muchos. Por eso, lo que hacemos es convocar a la gente. Si la gente no acude, no va a funcionar. No peleamos por arañar un poquito. Nuestra alegría es que estamos viendo en todos los lados, igual que en Santander, que los locales se llenan.

Reivindicáis la política en un momento de gran desconfianza hace la política.

Ha habido interés en que la gente desconfiara de la política. Lo que explicamos es que la política no es solo lo que hacen los partidos. Haces política cuando protestas porque te quieren subir una tasa, o cuando te parece mal que te suban los impuestos, o cuando reclamas que la entrada de cine no cueste 9 euros, o cuando exiges que no se maltrate a los inmigrantes como ha sucedido en Ceuta. Uno tiene la sensación de que los que menos hacen política son los políticos profesionales.

La marea blanca, la marea verde… eso es política allá donde están faltando a su compromiso los políticos profesionales. Encima que cobran, no hacen su tarea y la tiene que hacer la ciudadanía. Si nos ocupamos solamente de la puerta de casa para adentro, tenemos que entender que serán otros los que se ocupen de la escalera y de la calle. Participar es trabajar de más, pero no hay otra para ser libres. Cuento siempre una historia que explicaba que de pronto el bosque arde y todos los animales huyen despavoridos. El pequeño colibrí se para, regresa, coge una gota de agua del río con su pico y, cuando los demás animales le llaman loco, el colibrí les dice que él va a hacer su parte. Pues ojalá todos hagamos nuestra parte.

Pedís generosidad a esa parte más acostumbrada a la política que está viendo intenciones e intereses ocultos en Podemos. ¿Qué les dices?

Tenemos que terminar con la existencia de políticos profesionales y la gente tiene que acostumbrarse a que cuando cumple su mandato, tiene que regresar a su profesión. Y que así no se olviden de montar en metro, en autobús y en tren. Porque se olvidan de la gente. Cuando surge una candidatura que apela a cambiar la casta, pues ésta se pone nerviosa. Hay gente que dice que dividimos, cuando nosotros lo que estamos haciendo es movilizar, ampliando la base y haciéndonos oír por gente a la que ya no le interesaba la política. Ellos son los que dividen entre los que no iban a votar y los que lo iban a hacer con la nariz tapada.

Nosotros planteamos que queremos terminar con la fragmentación de las fuerzas progresistas, que están divididas como en ‘La Vida de Brian’. Queremos demostrar que es posible sumar, pero para eso es necesario un buen resultado. Desde ese buen resultado le vamos a decir a las fuerzas políticas que seguimos mirándonos en un espejo falso. Hemos puesto en marcha un proceso de negociación y de diálogo con muchas fuerzas políticas a las que pedimos que abran sus candidaturas a la gente desde el compromiso con los derechos humanos. Lo que pasa es que cuando hablas con la vieja política, te encuentras con las maneras de esa vieja política. Y antes de salir de una reunión ya tienes un titular que alguien ha filtrado. Si no asumen que hay que hacer primarias, no podemos ir juntos. Hemos dicho a Izquierda Unida y a otras formaciones que nuestro planteamiento parte de las primarias abiertas a toda la ciudadanía para escoger a nuestros candidatos y hacer nuestro programa. Por eso, Izquierda Unida irá por un lado y nosotros por otro.

¿Y Alberto Garzón?

Alberto Garzón es un amigo y una persona que si encabezara la lista de Izquierda Unida, seguramente Podemos no hubiera nacido.

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