Había prisa para ejecutar toda la obra relacionada con la Casa de los Gorilas de Cabárceno, la infraestructura que, si prosperan las tesis de la acusación y el Ministerio Fiscal, pueden llevar a la inhabilitación para ejercer cargos públicos al exconsejero de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Javier López Marcano, figura importante dentro del Partido Regionalista de Cantabria, siempre en las quinielas para suceder al líder Miguel Ángel Revilla.

El motivo de las prisas lo ha explicado el exconsejero, ahora diputado autonómico en el Parlamento de Cantabria, en la primera sesión del juicio que contra él y Diego Higuera, director general de Cantur (la empresa pública de turismo responsable de este proceso) se sigue en la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.

Y se debía a que en el proceso de cesión de los gorilas al parque (fueron cedidos gratuitamente por el Zoo de Maadrid) se pedía celeridad en la construcción de las infraestructuras que sirvieran para alojarlos. Por eso se optó por no esperar a ciertos trámites de carácter urbanístico: la licencia municipal y la autorización de la CROTU (el organismo autonómico encargado del urbanismo).

Marcano en una visita a la Casa de los Gorilas

Con todo, Marcano despeja responsabilidades: había prisas, sí, pero su papel en el proceso se limitó a firmar los papeles, en su calidad de máximo responsable de Cantur), y hacerlo toda vez que nadie le hubiera informado de que existiera algún problema para proceder (lo que en administración se llaman reparos).

El único papel que ha admitido en el proceso es realizar una “sugerencia” a favor de uno de los arquitectos encargados del proyecto, que ha achacado a las singularidades de la obra.

En su declaración, el exresponsable de Turismo ha ido más allá y ha hecho un alegato de defensa de su gestión al frente de Cantur, refiriéndose a su propia herencia recibida.

Marcano está acusado de un delito de prevaricación, es decir, de la adopción de una decisión injusta a sabiendas. Por tanto, la parte más importante del juicio, que se desarrolla hasta el lunes que viene, estribará en demostrar si conocía las irregularidades del proceso, si fue avisado o si tenía conocimiento de los trámites necesarios para ello.

Por estos cargos, el exconsejero se enfrenta a penas de nueve años de inhabilitación para cargo público, petición del Ministerio Fiscal.

Sea cual sea la condena o absolución que le imponga el tribunal, lo cierto es que López Marcano ya ha recibido la sentencia de Miguel Ángel Revilla, en forma de disculpa: el expresidente quitaba la semana pasada hierro al comportamiento del regionalista, con el argumento de que una cosa es la prevaricación, admitiendo que se levantó la Casa sin licencia, pero que otra cosa es haber robado dinero público, algo que Revilla enfatiza que en este caso no sucedió.