Quedaros con esta fecha. El 17 de septiembre, el primer Pleno del último período de sesiones antes de las autonómicas (son en mayo, a vosotros os suena lejano pero alguno no piensa ya en otra cosa). Es el Día Internacional de la Estadística y también se han producido significativos cambios de indumentaria. A la vuelta del verano, quien más y quien menos aprovecha para un cambio de look que le haga más popular entre los compañeros.

Por la parte de la estadística, es como si los diputados se hubieran pasado el verano repasando cifras e informes (ahí los tenían Revilla y De la Sierra desplegados en sus escaños) para soltarlos en sus intervenciones. Como estudiantes aplicados con buenos propósitos de prepararse la lección, exponían sus datos para hablar de la ocupación en el aeropuerto de Parayas, la situación de la industria o los indicadores de empleo y desigualdad social.

Sabía tanto todavía a verano en San Rafael (el sol de fuera ayudaba) que, aunque el calendario dice que estamos en septiembre, hablamos de cosas que huelen a agosto, a verano. A aeropuerto, a teleféricos como el de Cabárceno, en fin… a turismo. Y aunque se trata de inclinar la economía regional hacia la industria, Tubacex y Coated Solutions mediante, lo cierto es que el factor servicios sigue pesando mucho en la economía cántabra. Y en el debate parlamentario.

Primera sesión plenaria, de reencuentros, buenos propósitos y cambios de look

Hasta tal punto que el expresidente Revilla, dentro de su crítica general a las políticas de desempleo, se ponía el polo náutico para justificar que los buenos datos que traerá septiembre serán consecuencia del Mundial de Vela.

Y por tanto se deben a una gestión de los anteriores Gobiernos, tanto el suyo autonómico como el central, al trabajar para lograr la ampliación del CEAR de Vela, en una decisión que el regionalista situaba en el origen de la consecución del evento para Santander.

El otro cambio de look lo ha protagonizado la portavoz socialista, Eva Díaz Tezanos, que elegía este primer Pleno del curso para anudarse la coleta y poner en escena el discurso social que ya avanzó que centraría la actividad socialista este curso.

Lo hacía con datos, repasando los indicadores que considera que el presidente Diego trata de “ocultar”, pero también con frases contundentes, con un “pruebe usted a vivir con una pensión de 480 euros”, como se comprometió con una pensionista a trasladarle directamente al presidente, en una intervención que bien podía haber firmado el mismísimo, denostado, satánico y populistísima Pablo Iglesias en ‘Las mañanas de Cuatro’.

Ahí estaban todos. Por último período de sesiones, los 39 diputados (a partir de mayo serán 35) y, es una posibilidad, los tres partidos. Las urnas las carga el diablo y podría ser la última legislatura del tripartidismo.

De momento las encuestas no descartan la entrada de nuevas fuerzas, tipo UPyD o IU, sin olvidar que, según las elecciones europeas (sí, ya sabemos que no se presentaba el PRC y que en ellas vota menos gente), Podemos fue la tercera fuerza política en Cantabria. También está por ver si los partidos que tiran más hacia la izquierda y las organizaciones sociales son capaces de ‘ajuntarse’ en un Ganemos Cantabria o alguna fórmula similar.

Pero sobre todo, están los viejos vicios. La magia de las cifras que te dan la razón. Las acusaciones cruzadas: la ‘popular’ Tamara González fue bautizada como “la senadora del fracking” (es senadora y votó a favor en la Cámara Alta), que les recuerda a sus oponentes quienes concedieron los primeros permisos de fractura en Cantabria. Ellos. El bucle infinito de la (turística) Cantabria Infinita.

Seguimos con los vicios: cada uno tira para donde se ve fuerte. El PRC, para los ayuntamientos (recordando el tema del Fondo de Liquidez), pieza clave siempre en su estrategia electoral. El PSOE trata de preservar su marca social, y en el PP se sienten seguros hablando de recuperación. Quédense con el triángulo descenso del paro, aumento del PIB y crecimiento de la Seguridad Social porque sobre ese tridente se apoyarán los argumentarios positivos que se venderán este curso cada vez que se tercie. Sí, dentro de los cambios de look, en el Partido Popular se ponen la ropa colorida del optimismo en el futuro.

Y aunque asomaban los maximalismos (“acoso y derribo a los Ayuntamientos”, “su política industrial daba grima”, “esta región ha encauzado el ritmo”, etc), el tono era más bien tranquilo, el propio de los reencuentros. Tiempo habrá de meterse en el fango (el de Reocín, el que sea).

Pero tranquilos, porque al final, cuando volvías al cole, los buenos deseos, los buenos propósitos, duraban lo que la campana del recreo. Y pronto acababas cayendo en lo de siempre: las pandillas, los grupos, a los motes y escaparte en gimnasia al campo grande para echar un cigarro. Los vicios de siempre. El año de la graduación no iba a ser menos.

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