Los técnicos de nuestra Comunidad Autónoma pueden estar contentos. Tendrán la visita de una de las más grandes leyendas de los banquillos españoles, nada menos que el actual seleccionador española Vicente del Bosque.

El encuentro será, en principio, en el Hotel Santemar el próximo 30 de enero, un día en que no hay clases en los colegios por el día del docente, así que quizá se puedan preparar más actos que puedan involucrar a los niños. Las agendas todavía se están poniendo de acuerdo para programarlo todo.

Incluso es posible que el seleccionador no venga solo a la capital de Cantabria, sino que se traiga a una personalidad destacada del fútbol español, pero esto está sin confirmar.

Sin duda, es toda una noticia para el fútbol de Cantabria. Recibir a una de las personalidades más destacadas de los banquillos españoles no ocurre todos los días. Del Bosque es de esas personas que prefieren pasar desapercibidas allá por donde van, pero sus éxitos le hacen destacar.

Primero fue un hombre de club, del Real Madrid, fiel siempre a la casa en la que estuvo desde joven, en la cantera, hasta los despachos o los campos perdidos por donde estuvo hasta que se le adoptó como un entrenador-parche para cuando se quedaban sin un técnico (algo así como Nando Yosu en el Racing). Pero a la tercera vez que la directiva del Madrid tiró de él, decidieron que se quedara como primer entrenador fijo. Un voto de confianza que le dio grandes réditos a los merengues, pues fueron dos Ligas y dos Champions League las que se llevó antes de ser despedido inexplicablemente por Florentino Pérez.

Fracasó en su única aventura extranjera, en el Besiktas turco, pero después supo esperar la gran oportunidad de su vida: la llamada de la selección española. Además, le llegó en el mejor momento, cuando el equipo acababa de explotar, con el estilo del Barcelona por bandera, y se había proclamado campeón de Europa.

Aplicando su talante y aprovechando los frutos de la época de Luis Aragonés, Del Bosque llevó a la selección adonde nunca había llegado, a ser campeona del mundo, y después adonde no ha llegado nadie nunca, que es a ganar un ciclo Eurocopa-Mundial-Eurocopa.

Los últimos tiempos están resultando muy duros para una persona que se convirtió incluso en Marqués gracias a sus éxitos, algo que seguramente no pidió y que resulta totalmente innecesario en un país normal. Casi nadie se quejaba. Éramos campeones del mundo.

El salmantino afronta ahora una transición muy complicada en el equipo nacional. Xavi Hernández ya no está en el grupo (ni tampoco Carles Puyol) y eso hace que haya que cambiar la manera de jugar. Sin el metrónomo cambia todo.

El Mundial de Brasil le puso entre la espada y la pared, pero él ha querido seguir hasta la próxima Eurocopa de Francia 2016, para defender el último título que ganó e intentar dar con la tecla para que España vuelva a enamorar y ser competitiva cuando juegue contra los mejores del mundo.

La derrota ante Eslovaquia al inicio de la fase de clasificación ha colocado más chinchetas en su camino, pero Del Bosque procura seguir con esa imagen de hombre impasible que prefiere concentrarse en sus obligaciones e intentar llevarlas a cabo. Sus mejores momentos parecen haber pasado, aunque quizá le quede una última bala en la recámara.

Sea como fuere, se trata de una persona de vuelta de todo, a punto de cumplir 63 años, con muchísimas cosas que enseñar, que seguramente dejará el fútbol dentro de un año y medio y lo hará con un palmarés descomunal. Y esa persona estará en Santander, a disposición de quien quiera aprender.

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