El Bathco perdió de manera cruel en Madrid

El deporte, en ocasiones, es muy cruel. Y el equipo cántabro lo ha sufrido muy especialmente en su visita a Madrid. Una vez más una mala primera parte condenaba a los verdes a tirar de épica para remontar un marcador muy adverso y ante un rival de entidad como el Club de Rugby Cisneros. Y lo consiguieron. Pero un golpe de castigo cometido en una zona muy comprometida y con un minuto para finalizar el encuentro les condenó.

El duelo era clave para los dos equipos. La cuarta plaza de la División de Honor estaba en juego. Aunque el quinto también podrá jugar los cuartos de Copa del Rey en casa, después de la renuncia de la Santboiana a jugar la competición. Era una gran oportunidad para el Bathco Independiente de escalar y asomarse más a la zona alta de la clasificación.

El Campo Central de Ciudad Universitaria nos recibió con un día muy típico del diciembre madrileño. Era una mañana soleada, pero bastante fría. Y así es como empezó el equipo de Tristán Mozimán el partido. Una vez más, la concentración de los Bisontes no era la necesaria, y menos para un partido de la importancia de este.

El conjunto de la capital se encontró la puerta abierta ya en la primera jugada y logró abrir el oval hacia el lado izquierdo para ensayar con bastante facilidad por medio de Fran Soriano, el zaguero del Colegio, nombre por el que se conoce también al club madrileño. No había transcurrido ni siquiera un minuto y medio de partido. La transformación no pasó entre palos, pero el 5-0 era una noticia preocupante.

Aunque el equipo verde despertó, eso sólo sirvió para no vivir acosados en su propio campo durante algunos minutos. Pero apenas inquietaban al rival, que se veía tranquilo, controlando el juego. Y cuando tenían el balón en su poder se adivinaban opciones de peligro.

En una de esas ocasiones, los madrileños lograron penetrar en la zona de 22 cántabra, obtuvieron golpe de castigo, lanzaron el balón a touche a cinco metros de la línea de ensayo y en la nueva jugada obtuvieron otro golpe que sacaron mediante una melé. El empuje de los Bisontes falló y la jugada acabó en ensayo de castigo. Y esta vez con transformación incluida de Miguel Jiménez. Ya era un 12-0 con 16 minutos jugados.

Aunque el Bathco ya empezaba a asomar la cabeza, fallaba todas y cada una de las oportunidades de que disponía, bien en alguna jugada perdida cerca de la zona de marca rival o con una patada a palos marrada por Mariano García tras un golpe de castigo. La montaña a escalar era más y más alta cada vez.

En la primera gran jugada de los verdes, tras una mala recepción del equipo local, parecía que podía llegar una primera recompensa en el marcador. Percutieron por la derecha, la supieron sacar bien hacia el centro, moviendo bien el balón tanto Mariano como Izko Armental, pero cuando se desplazó el balón hacia la izquierda llegó un robo de balón magnífico de Matías Tudela que acabó magníficamente culminado en el tercer ensayo del Cisneros, esta vez por medio de Nacho Martínez. Jiménez volvió a acertar con la conversión y ya era un 19-0 lo que marcaba el electrónico del Central, después de media hora de partido.

Luz roja en el Bathco. Poco después, otra jugada rápida y de buena elaboración del Cisneros volvió a buscar el lado izquierdo, pero un pase adelantado impidió que llegara el cuarto ensayo. Eso podría haber matado el partido.

Los de Mozimán se fueron arriba en la recta final de la primera parte, buscando puntos para poder irse a los vestuarios confiando en que la remontada era posible. Un gran movimiento de Mariano después de un robo de balón lanzó una jugada de auténtico peligro. De nuevo pérdida de balón, pero nada más recuperar el oval los Bisontes recuperaron su esencia, formaron un poderoso maul y se plantaron en la zona de marca, donde Javier Sanz pudo posar el balón. De nuevo Mariano falló la patada a palos, pero el 19-5 abría una pequeña ventana en el partido.

En la última jugada del primer tiempo, Bathco quiso jugar desde su línea de 22, pero la presión del Cisneros les obligó a lanzar el balón fuera. Era el momento de conjurarse para cambiar la actitud y salir a por todas en el segundo tiempo.

Las señales no eran demasiado halagüeñas en el arranque del segundo acto del partido. El Cisneros volvía a apretar a las primeras de cambio, pero los verdes resistieron y entonces, cuando agarraron el balón, comenzó un nuevo partido.

Tras alguna imprecisión en el juego a la mano, de pronto se vio un escenario totalmente distinto. Era el Bathco quien tenía permanentemente el balón, el que jugaba en campo contrario y el que exigía a la defensa rival. Los madrileños se veían acosados. Otorgaron un golpe de castigo que transformó Santiago Tobal, el otro gran ejecutor de tiros a palos del equipo, que tomó la responsabilidad tras los errores de Mariano en la primera parte. 19-8, minuto 45. Aún había vida.

Los verdes se volcaron, por fin se podía escuchar, nítida, la voz de Izko ordenando a sus compañeros, y él mismo, junto a Mariano, empezaron a darle todo el sentido al juego de un equipo que se crecía a cada minuto que pasaba. Los aficionados cántabros que se acercaron hasta el Central empezaron a disfrutar de lo lindo. Lo que se veía sobre el césped gustaba y mucho.

Y más que lo hicieron cuando corría el minuto 50 de partido. Javier de Juan, en el lado derecho, recogió el balón y empezó un zigzag que ningún jugador de camiseta azul pudo frenar. El fantástico tercera línea del Bathco acabó llegando hasta la zona de marca. Una auténtica genialidad, aunque sufrió un golpe en las costillas que le llevó al banquillo. Tobal falló la transformación, pero el 19-13 abría mucho el encuentro.

Y la tónica no cambió en los siguientes minutos. El Bathco seguía jugando fenomenal, con Izko y Mariano crecidos, creyendo en el juego que desplegaban y haciendo creer a todos sus compañeros que la remontada era una posibilidad muy real.

Otra jugada peligrosa acabó con golpe de castigo para los verdes y tarjeta amarilla para Guillermo Espinos, pillier del Cisneros. Tobal anotó una patada fácil y los de Mozimán ya estaban en las barbas de su rival. 19-16 y todavía 20 minutos por delante. La remontada ya se respiraba en el ambiente.

Los madrileños eran incapaces de inquietar a su rival e incluso de mantener la posesión del balón durante más de un minuto. El Bathco ya estaba desatado, los minutos corrían todavía en su contra, pero con el balón en las manos se veía que podía llegar otro ensayo más.

Y vaya si llegó. Una jugada bien pensada, muy larga, una fase tras otra, con todo el banquillo verde pidiendo paciencia y trabajo. Balón a la izquierda, volvemos al centro, de nuevo izquierda, cambio total a la derecha, de nuevo al centro… La defensa del Cisneros placaba y placaba, volvían a ser 15 sobre el césped, pero acabó apareciendo el hueco para que Javier González posara y obrara el milagro. 19-21. Algo casi impensable media hora antes. Era el minuto 73 de partido, sólo quedaba la recta final. Tobal falló esta vez, algo que dejaba el marcador demasiado prieto.

El equipo universitario, obligado por las circunstancias, se lanzó al ataque, pero el Bathco, confiado por lo que decía el marcador, repelía bien las embestidas de sus oponentes. Hasta que llegó la jugada maldita. El Cisneros penetró en la línea de 22. Izko, ya sustituido, se desgañitaba en el banquillo pidiéndoles un último esfuerzo sin falta a sus compañeros. Pero la hicieron. El colegiado dio ley de la ventaja, pero cuando la ventaja se acabó pitó el golpe de castigo que volvió a dar la vuelta al partido. La última jugada se fue al traste por otro golpe de castigo cántabro y los madrileños consiguieron lanzar el balón fuera, dando por concluido el partido.

Conclusiones positivas y negativas. Lo de los inicios de los partidos empieza a ser un mal que castiga demasiado al equipo. Eso hay que corregirlo de manera inmediata. En la primera parte se les vio faltos de tensión, sin claridad en el juego de ataque e incluso viéndose superados en la melé y en los agrupamientos, una de las señas de identidad del Bathco. Lo positivo es que el equipo fue capaz de dar media hora de espectáculo. Jugaron espléndidamente al rugby y lograron una remontada para recordar. Y esa es la luz que debe marcar el camino en el futuro. Es un equipo capaz, mucho, de jugar de tú a tú a los mejores equipos españoles, pero el rendimiento alto debe ser más duradero durante los partidos. De Madrid se llevan un punto bonus defensivo, algo que sabe a muy poco.

Ahora el Bathco, que sigue quinto de la clasificación, ve cómo se le marchan de nuevo los cuatro primeros. Queda toda la segunda vuelta por delante, y todos los gallitos de la competición, excepto el líder Santboiana, tienen que pasar por San Román. Hay tiempo de mejorar, pero las urgencias están ahí.

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