Las víctimas del sector financiero consiguen que la banca negocie
Les ha costado años, manifestaciones, protestas, juicios, recibir denuncias ellos, y mucho desgaste personal.
Pero los principales colectivos perjudicados por los excesos del sector financiero, esto es, los afectados por las hipotecas y los estafados por las preferentes, han conseguido, finalmente, que la banca ceda y acepte negociar sus situaciones.
Estos excesos se pusieron de manifiesto a raíz de la crisis económica y el rescate al sector bancario español (que, pese a ser vendido como un préstamo en buenas condiciones, se tradujo en una serie de medidas, impuestas a través del conocido como MOU, como las subidas de impuestos o la creación del banco malo, entre otras).
AFECTADOS POR LAS PREFERENTES…
En la Plataforma de Afectados por las Preferentes tienen claro ese nuevo marco, que se ha puesto de manifiesto estas navidades, cuando Liberbank, el banco en el que se integra la antigua Caja Cantabria –principal emisora de este complejo producto financiero en la comunidad—comenzó a dar marcha atrás en su estrategia judicial.
Porque hasta entonces Liberbank seguía recurriendo todas las sentencias que perdía, pese a que eran confirmadas, una tras otra, al llegar al órgano superior, la Audiencia Provincial.
Pero aún sabiendo cuál iba a ser el destino del proceso, la entidad financiera evitaba llegar a acuerdos con los particulares que hubieran evitado llegar a juicio.
Y eso que los costes de todos estos procesos judiciales se elevaron, sólo en los primeros nueve meses del año pasado, a unos 21 millones de euros.
Ahora sí, ahora la antigua Caja, en base a unas nuevas directrices, ha comenzado a admitir la realidad, desistir de los procesos legales y comenzar a plantear acuerdos a los casos que quedaban pendientes.
Y en respuesta, la Plataforma de Afectados por las Preferentes en Cantabria, tras constatar este “cambio de actitud” que valoran de formativa, anunciaban que dejarán las denuncias públicas contra la entidad, a la que llegan a conceder que en algún momento pueden haberse “excedido” en sus descalificaciones.
Ya no hablan de “enfrentamiento”, sino de “diálogo”, al que han seguido declaraciones de responsables de Liberbank admitiendo el nuevo escenario y llamando ya, expresamente, a negociar.
….Y AFECTADOS POR LAS HIPOTECAS
Algo parecido está pasando entre el otro colectivo perjudicado por los excesos de la banca, el de las víctimas de los desahucios.
Su causa estaba canalizada fundamentalmente a través de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), que recientemente cumplía dos años de actividad de lucha contra los desahucios en Santander.
Los afectados, convertidos en activistas, adoptaron la estrategia de las ocupaciones de oficinas de entidades bancarias para forzar negociaciones sobre hipotecas o alquileres y conseguir la dación en pago, fórmula mediante la cual se entrega la vivienda para saldar la deuda, sin seguir pagando por un bien que ya no se tiene una vez desahuciado.
De esta forma consiguieron abrir procesos de diálogo con los responsables de las oficinas, los mismos que semanas antes habían rechazado las peticiones de los afectados de renegociar las condiciones de la hipoteca o buscar soluciones. Algunas entidades incluso se plantearon códigos de buenas prácticas.
Aquí también se ha producido un cambio de tendencia: en las entidades bancarias ya se muestran dispuestos a la negociación que antes rechazaban, de modo que no hace falta recurrir a la estrategia de las ocupaciones.
En este sentido, las entidades más dialogantes están siendo el BBVA, Liberbank, la Caixa o Bankia.
Así que ambos colectivos perjudicados por el sector financiero han conseguido, prácticamente de forma simultánea, que los responsables de sus causas cedan y se muestren dispuestos a negociar.
COINCIDIENDO AL FINAL DEL CAMINO
Ha sido prácticamente al final del proceso cuando ambas plataformas han acabado, indirectamente, confluyendo, en las soluciones, después de años en que sus acciones no terminaban de confluir pese a que el origen de sus problemas era el mismo.
Ambos colectivos apenas han desarrollado acciones conjuntas, salvo la vez que una manifestación de los preferentes acabó desembocando, entre aplausos, en la Plaza Porticada, donde se celebraban varias asambleas simultáneas para conmemorar el tercer aniversario del 15M, el movimiento de los indignados.
Paradójicamente, ese escenario urbano es el que unía sus causas: gran parte de los promotores de la PAH procedían, precisamente, del 15M, que en Cantabria se materializó en la acampada y asambleas en la Porticada, donde, además, está la sede central de la antigua Caja Cantabria, la entidad emisora de las preferentes, hoy integrada en Liberbank.
Y el último detalle que les ha hecho coincidir ha sido, precisamente, la política: Podemos en Cantabria se nutre principalmente de activistas antidesahucios como José Ramón Blanco, portavoz de la PAH, u Oscar Manteca, entre otros; y del partido también forman parte activistas contra las preferentes, como Juanma Brun, abogado que ha llevado buena parte de los casos de la Plataforma, Fernando San Juan, portavoz de la plataforma, o Alejandro San Millán, de ADICAE, asociación de usuarios de banca que también ha gestionado estos asuntos, si bien con el matiz de que estos nombres concretos en alternativas internas diferentes.
EL SANTANDER NO RECONOCE A LA PAH
Con quien está resultando más lenta la negociación en las manifestaciones concretas de sus excesos financieros es con el Banco Santander.
Porque la entidad presidida antes por el cántabro Emilio Botín, a quien sucedió su hija Ana Patricia Botín, también tiene sus productos causantes de problemas: sus propias preferentes o los Valores Santander (un producto complejo que se vendió como obligaciones convertibles en acciones, dentro de un proceso de compra), en la parte estrictamente financiera; o las hipotecas vendidas por su filial UCI, en el plano hipotecario.
Estos productos del Santander han causado perjuicios a sus clientes, que ya están llevando los Valores Santander a los tribunales, con sentencias ganadas y un proceso iniciado incluso en la Audiencia Nacional con las primeras peticiones de imputaciones a los directivos intermedios responsables de su comercialización.
En este caso, las negociaciones que se están dando lo hacen directamente afectado a afectado, obviando la interlocución de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas u otros colectivos, lo que de alguna forma les resta fuerza negociadora.
Tampoco negocian, por cierto, las Administraciones: en la PAH siguen esperando la respuesta del Gobierno de Cantabria (en concreto, Consejería de Obras Públicas) a su petición de entrevista para plantear un revisión del modelo de ayudas al alquiler; ni el Ayuntamiento de Santander en casos como la expropiación, inminente, de Amparo Pérez.