Isabel Alba: “Siempre soy optimista en cuanto al futuro, hay que pelear por él”

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Guionista de radio, cine y televisión, Isabel Alba Rico ha colaborado a lo largo de su extensa carrera en programas tan conocidos como Barrio Sésamo o La bola de cristal. Durante los últimos quince años ha impartido numerosos cursos de guion y Lenguaje audiovisual.

Licenciada en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, Isabel Alba se ha dedicado también a la escritura y a la fotografía. En 2003 publicó su primera novela ‘Baby Spot’, con el que recibió el XIV Premio Literario María de Maeztu. La historia gira alrededor de la muerte de un niño pequeño, y muestra una trama de intriga imprevisible.

La muerte tiene también un protagonismo especial en su segunda novela: ‘La verdadera hitoria de Matías Bran: El recinto de Weiser’, que publicó en 2011. También ha escrito libros relacionados con su experiencia audiovisual, como ‘Detrás de la cámara: Cómo narrar en imágenes. Del guión a la película’, que publicó la editorial Montesinos en 2011, y donde incluye también un DVD.

Portada del nuevo libro de Isabel Alba.

Portada del nuevo libro de Isabel Alba.

Ahora llega su tercera novela, ‘65% agua’, publicada el pasado mes de noviembre. Mañana martes la presentará en la Librería Gil, en la Plaza de Pombo, a las siete y media de la tarde.

A raíz de ello el pasado viernes fue entrevistada en el programa Buenas Tardes Cantabria, donde nos habló del libro, de su trayectoria y de sus convicciones.

B.T.C.: «Una pequeña ciudad junto al mar. Una mujer. Un hombre. La mitad de la vida…» Así de escueta se presenta 65% de agua, su tercera novela. ¿Qué podría añadir a esto?

I.A.R.: Bueno, podría quizás añadir que la novela trata de personas corrientes que toman decisiones, y lo que esto supone en sus vidas.

– ¿Por qué 65% de agua?

– 65% de agua es lo que tenemos de agua en el cuerpo humano. El libro trata de hombres y mujeres, y todos somos 65% de agua.

-Usted ha declarado: “En la creación artística no existe la neutralidad, es una mirada sobre la realidad e inevitablemente implica un posicionamiento. Al escribir siempre tomas partido, te comprometes”. ¿Con qué se ha comprometido en esta novela?

– Con estas frases quería decir que, en efecto, nuestra mirada sobre la realidad nunca puede ser neutral. Siempre conlleva un punto de vista, un posicionamiento. Y ese es un compromiso político, porque todo lo personal es político.

– ¿Crees que todo lo personal es político?

-Yo pienso que sí.

-‘65% agua’, según las reseñas, aborda o permite analizar el hecho de tomar decisiones en la vida, decisiones cotidianas que ‘marcan’ nuestras vidas, que construyen nuestra moralidad y ética, que de algún modo nos sitúan en el mundo. ¿Somos conscientes de tomarlas? ¿Cuánto hay de automatismo, de no pensar?

– Supongo que un porcentaje muy alto. Nuestras decisiones las tomamos sin pensar que, de alguna manera, van trazando un camino, un surco que es la dirección que toman nuestras vidas. A eso me refería con que lo personal es político porque esas decisiones nos crean compromisos con la realidad y con los demás.

-¿Cómo construye sus historias, cómo es el proceso creativo?

– Realmente las historias y los personajes van surgiendo solos. No fácilmente, pero sí van surgiendo solos. Por ejemplo, con esta novela el primer párrafo surgió de improviso y de ahí comenzó a trazarse un personaje femenino. Y, posteriormente, uno masculino.

Después sí hago un trabajo que quizá viene de mi profesión de guionista. Me meto en los personajes, creo su biografía, sus características básicas… Y eso me sirve como base creativa. Luego ellos se rebelan y van un poco por donde quieren, aunque sí mantengo ese sostén siempre.

-La novela está editada por Cambalache. Es un colectivo muy activo y con líneas de trabajo tan diversificadas (Ecología, Feminismo, Inmigración, Salud…).

– Así es. Yo tengo una relación estrecha desde hace mucho tiempo con Cambalache. He estado muchas veces presentando mis libros anteriores, o a dar talleres de guión y audiovisuales. Y esa relación ha ido más allá, hasta crear un vínculo de amistad y de visiones comunes de la realidad. Y por eso, que su primera colección de novela la estrene un libro mío ha sido muy importante y muy ilusionante para mí.

-También es autora de ensayos sobre narrativa cinematográfica, guionista o fotógrafa, ¿cuánto de lenguaje audiovisual hay en sus novelas? De hecho, Baby Spot, su primera novela, inspiró un cortometraje homónimo.

– Sí, aunque yo estoy muy en contra de ese paso de lenguajes. Creo que cuando uno crea solo puede contar lo que quiere contar con un lenguaje. En mi caso, mi manera de narrar es literaria. Lo que me interesa para comunicarme con los demás es la literatura.

Otra cosa es que a nivel profesional haya sido guionista, y que es un trabajo que siempre me ha parecido apasionante. Pero lo he vivido más como una profesión que como mi manera de relacionarme con la realidad y transmitir mi visión. Ese modo ha sido siempre lo literario.

Sí, por supuesto, que esa formación y ese trabajo de guionista, y esa experiencia han influido en mi manera de escribir. Por ejemplo,  la estructura de mis novelas, que es muy característica, y el estilo tan visual que tengo procede del guión. Pero luego, por otro lado, trabajo muchísimo las frases. Consigo condensar en muy pocas palabras muchos significados. Y eso es un proceso puramente literario.

-¿Y cuánto queda en el panorama cultural/social del espíritu creativo, revolucionario, que impulsó programas como ‘La bola de cristal’, del que usted fue guionista junto con su hermano, y su madre, la icónica Lolo Rico, directora?

– Pues espero que en el futuro quede mucho. El poso está ahí y nada se pierde para siempre. Creo que todo vuelve.

Lo que más recuerdo de esa etapa en ‘La bola de cristal’ es esa libertad que teníamos para trabajar. Diciendo lo que queríamos y sin ninguna cortapisa. Esa combinación de libertad, espíritu crítico y creatividad es realmente explosiva. Yo no creo que no haya una razón por la que no pueda volver a darse. Puede que de otra manera o en otros campos. Siempre soy optimista en cuanto al futuro, hay que pelear por él.

-Siempre has estado muy activa en política, probablemente por esa creencia de que todo lo personal es político. Es usted ahora unas de las caras de Podemos en el País Vasco y miembro del Consejo Ciudadano. ¿Por qué se implicó en este proyecto?

– Normalmente no me gusta mezclar cosas. Si hablo de mi faceta de escritora no me gusta hablar demasiado de por qué me he implicado en Podemos. Sí puedo decir que, como mucha gente, creo que necesitamos un cambio. Y estoy ilusionada con que ese cambio se dé. Me he implicado en ese compromiso, en esa búsqueda del cambio con ilusión. Porque estoy segura de que se va a dar.

-Volviendo al título de la novela, si el 65% es agua, ¿qué es el 35% restante?

– En una de las presentaciones alguien me dijo que la Tierra era prácticamente igual que el ser humano, agua en un 65%. Y a mí me vino a la cabeza que nosotros somos 65% de agua y el resto de tierra. Cuando pensaba en mis personajes, también pensaba en que hay una parte muy importante de tierra en nosotros.

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