La bajada del paro hace aflorar la ausencia de un nuevo modelo

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En un mes que no tiene connotaciones especiales, que no es para lo bueno ni verano ni navidades, ni para lo malo septiembre o enero, los datos del desempleo en Cantabria son buenos, de hecho, los mejores de todo el país.

El pasado mes de febrero abandonaron las oficinas del desempleo en Cantabria 3.242 personas, lo que supone un 6,26% más que el mes anterior, el de enero, y un 14,76% respecto al mismo mes del año anterior.

En estos momentos, en Cantabria hay 48.514 parados, lo que supone que se ha logrado esquivar la barrera psicológica de los 50.000.

Cuando baja la marea es cuando se ve lo que hay debajo del temporal.

Son datos buenos, que tienen su relación con la activación de la obra pública por el ciclo electoral y por el efecto de los polémicos procesos de contratación de desempleados en los Ayuntamientos con cargo al Gobierno de Cantabria.

Lo que sucede es que el descenso del desempleo ha aflorado, haya recuperación o no, otro fenómeno: el de la vuelta al viejo modelo económico que, en realidad, nunca se marchó, simplemente se quedó congelado.

Y es la arena de siempre, la misma que nos hizo encallar

Los sectores que más aportaron al desempleo cuando estalló la crisis son de donde se nutren ahora las bajadas.

Lógico porque son las principales bolsas de parados, pero significativo de por donde siguen produciéndose las contrataciones.

Así, el desempleo en el sector servicios baja en 2.354 personas (es decir, el 72,60 por ciento del total de los 3.242 en que ha bajado); y en la construcción (que a nivel nacional es la que más parados aporta a la bajada) el desempleo se reduce en 551 personas.

Triunfan más los sectores más precarios, mientras que aquellos que tradicionalmente tenían las mejores condiciones, como la industria madura, sobreviven, como prácticamente todo en Cantabria (la obra pública o las contrataciones de parados), gracias a una chequera pública con la que durante años se ha invertido en fábricas como Greyco y  con la que se sigue invirtiendo en rescates como el de Néstor Martín, concebida ya como única forma de atraer a nuevas empresas, como Tubacex o Coated Solutions, y dentro de una política con la que el Gobierno de Cantabria se está quitando complejos respecto a los vecinos vascos,

UN NUEVO MERCADO

De hecho, si se atisba algo parecido a un cambio de modelo, más bien un nuevo tipo de mercado de trabajo, es en la proporción de contratos temporales: 13.886, es decir, un 92% del total de los casi 15.000 firmados.

Si nos vamos a las contrataciones, el mes pasado se firmaron casi 15.000, un 7,66% más que el mes pasado y un nada despreciable 47,33% más que en enero del año anterior.

Dicho de otra forma: el perfil más que medio es de alguien que abandona las listas del desempleo para firmar un contrato temporal en el sector servicios.

La cifra es normal en las primeras contrataciones, en las que lo frecuente es que el primer contrato que se firme con una empresa sea temporal. Pero en el acumulado, los datos dicen que los contratos temporales representan un 92,55% del total.

En Cantabria, en estos momentos, hay 26.228 personas que perciben prestaciones por desempleo. La cifra de parados es, recordamos, 48.514. Es decir, un 49,32%, casi la mitad, no reciben prestación. Eso también es un rasgo del nuevo mercado de trabajo.

Y aunque crecen las afiliaciones a la Seguridad Social, en esta parte de la estadística aflora otro rasgo del nuevo modelo: de los 154.000 afiliados, 41.000 optan por el régimen de autónomos. Entre la fábrica que no va y la precariedad que ya se conocen, muchos optan por el autoempleo.

LAS REACCIONES

Estando en precampaña, el Gobierno de Cantabria no podía dejar de presumir del titular de descenso nacional en la caída del desempleo, que considera un avala a las políticas desarrolladas durante estos años contra la crisis.

En un discurso que desde los sindicatos, como Comisiones Obreras, rebaten insistiendo en que ese liderazgo se consigue a base de ”temporalidad y electoralismo”, factor este, el electoral, en el que hacía hincapié el expresidente y candidato regionalista, Miguel Ángel Revilla, mientras que Podemos hacía hincapié en que se «institucionaliza» el empleo de carácter temporal y el viejo modelo.

En este contexto, este miércoles se firma en Santander un Pacto con el Empleo, con medidas en las que se quiere involucrar a una treinta de agentes sociales locales, pero que no contará con la participación ni de los sindicatos ni de la oposición.

Los sindicatos, porque aseguran desconocer las medidas, ya que no se les ha invitado a los debates y no han podido articular propuestas; y los partidos de oposición, porque ven en el acto un sesgo a campaña electoral del alcalde, Íñigo de la Serna, y además apuntan que las medidas carecen de consignación presupuestaria, es decir, de partidas económicas para su desarrollo, por lo que creen que difícilmente podrán ejecutarse.

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