Hoy la plataformitis que tanto ha llegado a alterar a Iñigo de la Serna se ha unido y ha estrechado lazos. Y no ha sido solo una vez, sino dos. Una por la mañana, y otra por la tarde.

La jornada comenzaba a las once y media de la mañana a las puertas de la calle Antonio de Cabezón. Allí habían convocado una visita los vecinos de dos asociaciones que se han unido, la Asociación de Vecinos de Antonio de Cabezón y Francisco Giner y la Plataforma Salvemos Prado San Roque y Río de la Pila.

La cita comenzaba en la parte de abajo, donde alrededor de 60 personas se han unido para pasear por toda la zona de Entrehuertas y poder apreciar la degradación y abandono a la que está sometida.

Antes de eso, los representantes de las plataformas nos dan la bienvenida. Nos cuentan por qué se han unido, y es que comparten el mismo objetivo: “que no se abandone intencionalmente los barrios porque sobre ellos haya un plan urbanístico ideado por ingenieros desde despachos ignorando las necesidades de los que vivimos aquí”.

Por aquí no cabe el camión de bomberos…

En definitiva, “que se tenga en cuenta que somos personas y no números para cuadrar en una cuenta bancaria”. Una conclusión lógica, pero que parece que hay que recordar a menudo.

“El jueves han venido a limpiar”, me cuentan los vecinos, rodando los ojos ante la ironía. “Así funciona este Ayuntamiento, solo hacen algo cuando programamos una visita. ¿Vamos a tener que hacerlo cada semana?”.

Pese al lavado de cara hay cosas que no se pueden ocultar, como esa especie de semi-vertedero que se encuentra bajando unas estrechas escaleras. “Ese terreno es propiedad del Ayuntamiento”, informan. Es una zona que da acceso a unas viviendas y a garajes, muy próxima al Colegio de Arquitectos.

“Aquí se acumulan basuras, ratas y hierbajos”, dicen. Y no te cuesta imaginarlo, aunque parece que la zona está recientemente adecentada. “Es que ahora está limpio”, añaden. “Es terreno del Ayuntamiento, pero una mujer ha tenido que pagar de su bolsillo para limpiarlo”.

“ESTO ES UNA RATONERA”

Volviendo a subir las escaleras hacemos una parada en la calle sin salida de Antonio de Cabezón. A ella se accede por unas escaleras reformadas a su modo, con unos escalones más altos que otros y con una pendiente que parece innecesaria. Ya nos habían dicho que hace pocos días un chico se cayó por ellas.

Las bolsas de basura en la ventana ya son un símbolo en Antonio de Cabezón.

Mirando hacia la calle cortada, vemos que el edificio del fondo es de madera, y su única salida natural es a través de otro edificio. “Si este se quema están atrapados”, alerta Almudena Fernández, presidenta de la Asociación de Vecinos.

Y en más de un sentido. ¿Había comentado que en la zona no hay boca de riego? Pues no. La más cercana está en la calle del Sol. La cosa es que por lo visto la calle es muy larga, y que la carretera es muy estrecha para el camión de bomberos (por ahí pasaba antaño el de la basura hasta que en el Ayuntamiento decidieron que para qué).

Por lo visto, César Díaz, concejal de Urbanismo, lo llama saco sin fondo. Los vecinos prefieren llamarlo ratonera, porque así se sienten.

¿Y cuál es la solución para esa calle tan inaccesible? Pues un método que les gusta mucho: la expropiación. Quitan de en medio dos casas (ocho vecinos), y listo. El aviso de expropiación ya está hecho, por cierto.

Y los vecinos que no quieren, oiga. “Queremos un barrio de siempre, accesible a los vecinos y que pueda ser de todos”, insisten. Ni expropiaciones ni lavados de cara ni tampoco convertirlos en otro Paseo Pereda, no vayamos a exagerar. Ellos están contentos de ser la única zona de Santander con huertas y árboles en las casas, y eso no lo quieren cambiar. Pero sí un plan de rehabilitación consensuado con los vecinos, si es que no es mucha molestia.

En Francisco Giner la calle se estrecha mientras seguimos subiendo, y ahí encontramos la primera vista del funicular. Estamos entrando en la zona de Prado San Roque, la zona cero, donde la expropiación está contemplada aunque no tenga aún fecha. La Plataforma de Salvemos Prado San Roque y Río de la Pila toma la palabra.

UNA ZONA MUY GOLOSA

Ahí nos hablan del inicio, del proyecto en Río de la Pila en los años 90. También nos cuentan que en 2008 finalizó la construcción del funicular (se tardó cuatro años), y que se llevó a cabo con fondos europeos.

Las espectaculares vistas hablan por sí solas.

José Luis y Miguel Ángel se turnan para explicarnos la problemática que surgió a partir de ahí. “Pensamos que sería bueno para los vecinos pero se descubrió que era una zona golosa”. Y no hace falta que lo juren, las vistas sobre la bahía son impresionantes.

Las expropiaciones ya se contemplaron en el PGOU que el Ayuntamiento sacó adelante en el año 2012 (con apoyo del PRC y con el PSOE en contra), y en 2014 aparecieron las infografías que planificaban edificios con viviendas de protección oficial y otra de precio libre.

El primer bloque de esos edificios ya está construido al otro lado del Campo de Fútbol del Regimiento. De todas esas viviendas, a las que se les han sumado cuatro más que no estaban originalmente planificadas, solo hay 12 reservadas para realojar a los vecinos (después de que paguen la diferencia, pues la tasación de sus viviendas es inferior al valor de las nuevas). Una lástima que los futuros expropiados sumen hasta 45… difícil de cuadrar.

La Plataforma se creó en octubre, y desde entonces desde el Ayuntamiento ha realizado algunos “lavados de cara” que son “insuficientes” en opinión de los vecinos. Y desorganizados. Porque cuenta José Luis que Parques y Jardines han venido a podar las zonas verdes, pero han dejado la basura esparcida porque de eso se encarga ASCAN. Y estos no han hecho acto de presencia.

Desde que el Ayuntamiento le puso el ojo encima a la zona ha habido problemas en tres viviendas: en uno de los bloques se declaró un incendio, y en otros dos ha habido derrumbes debido a la negativa del Consistorio de dar permiso para rehabilitarlos “por estar fuera de la ordenación urbana y en suelo no consolidado”.

En total 15 vecinos se han marchado del barrio, y me aseguran que esos 15 están “en el limbo”, es decir, no tienen derecho a realojo porque ya no viven oficialmente en la zona.

UN BRINDIS POR LA PLATAFORMITIS

En el camino hacemos parada obligatoria en la casa de José Luis y Ana, en una calle donde los edificios de enfrente sí tienen fecha de caducidad porque van a derrumbarlos para ampliar la carretera. Desde el balcón se ve el huerto que tan bien cuida Ana, y las vistas que se ven de toda la bahía. La palabra “golosa” toma cada vez más fuerza.

Todas estas viviendas sobran…

Después ya viene en lunch que han preparado entre todos, y en el que se ha brindado por la plataformitis. Allí es cuando los miembros de la Asamblea en Defensa de la Senda Costera recuerdan que el lunes se reúnen en el Centro Cultural Doctor Madrazo, a las ocho de la tarde, para presentar su Asamblea y escuchar las propuestas de los grupos políticos.

Y es que ya lo dicen, “toda opinión ciudadana necesita de una decisión política”. El PSOE ya ha dicho que va, confían en la asistencia de otros grupos y al PP ni se les espera.

Por cierto, además de la Asamblea de la Senda Costera, también han acudido miembros de Conglomeradas (“unos chicos estupendos, siempre dispuestos a ayudar”, me dice Ana), y representantes de algunos partidos políticos como Ruth Carrasco (PSOE), Marina Lombó (PRC), Román San Emeterio y Iñigo Velasco (UPyD) y Antonio Mantecón y Tatiana Yáñez-Barnuevo (Santander Sí Puede).

LA PLATAFORMA HA PRESENTADO UNA SOLICITUD DE MODIFICACIÓN DEL PGOU

Proyecto alternativo al PGOU que ha presentado uno de los vecinos en el Ayuntamiento.

Antes de marcharme, Gema y Rocío (dos hermanas cuya madre heredó el local de un bar en uno de los edificios con las horas contadas) me informan de que el pasado 21 de abril un vecino, apoyado por la Plataforma, ha presentado un proyecto de modificación del PGOU de Prado San Roque (el denominado A4B Regimiento).

En este proyecto han incluido todas las firmas recogidas físicamente y también online en su apoyo, que ya suman más de 500. También una memoria justificativa del proyecto y el proyecto alternativo elaborado por un arquitecto de Madrid.

Este proyecto alternativo cuenta con la opción de hacer de las zonas verdes (abandonadas y llenas de basura) una serie de huertos urbanos que podrían ser muy sostenibles. También, en lugar de la expropiación y derribo plantean la utilización de algunos edificios para centros de mayores o para centros de emprendimiento. “Que se note el interés general”, lo justifican.

Como se ve, los vecinos están tomando la palabra y presentando alternativas. Y van uniéndose, porque por la tarde les quedaron fuerzas para unirse a la manifestación que ha recorrido Santander, y en la que hasta han cantado. Pero eso ya es otra historia.

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