Durante la campaña electoral, el Partido Popular prácticamente exigió una mayoría absoluta que, de no cumplirse, llevaría al caos; demonizó al expresidente y candidato regionalista Miguel Ángel Revilla por la animadversión personal que había llegado a desarrollar Diego estos años; y descalificó en campaña a los partidos nuevos como Podemos o Ciudadanos.

Ninguno de esos mensajes ha calado en un electorado que lo que ha hecho este domingo es quitar mayorías absolutas, meter partidos nuevos en los ayuntamientos, dar oportunidades a las formaciones demonizadas y aupar a Miguel Ángel Revilla a una posición de protagonismo en el futuro político más inmediato de Cantabria.

Tampoco es que hayan dicho que quieren lo otro por una mayoría aplastante; al contrario, lo que han dicho es que quieren que los partidos hablen, que haya cambios y que las mayorías absolutas no son una opción que les guste mucho.

No lo son en Cantabria, que, por otra parte, nunca fue tierra de mayorías absolutas (en realidad sólo había habido una en la historia), con unos resultados que, en general, prueban que lo sucedido en 2011, el tsunami del PP (con mayoría absoluta en Cantabria o Camargo e incrementos en Santander) fue una anormalidad reflejo de ese momento de castigo a Zapatero.

Ahora la ola ha retrocedido y sobre la arena ha dejado escrito bien claro el nombre de Miguel Ángel Revilla y el anuncio de Ignacio Diego de que no se ve como presidente del próximo Gobierno de Cantabria.

SANTANDER

Por no ser, la mayoría absoluta ya no es opción ni en Santander, donde ese estado de las cosas parecía tan consustancial a la ciudad como las rabas e irse de blancos.

En la capital, las falsas inauguraciones, las descalificaciones a la plataformitis y a Amparo, la presión a los medios de comunicación y las engrasadas relaciones con las constructoras no han sido suficiente para mantener una mayoría absoluta que ahora es sustituida por la llegada de nuevos partidos a la Corporación como Ganemos Santander Sí Puede o lzquierda Unida.

Frente al declive general, PSOE y PRC han aguantado el tipo y han conservado los mismos concejales de 2011. Todo queda abierto a los pactos, y los dos concejales de Ciudadanos pueden ser claves y llaves.

EN LOS AYUNTAMIENTOS

La mayoría absoluta tampoco ha sido una opción en los diez municipios más poblados de Cantabria, con pérdidas de la hegemonía en sitios tan emblemáticos como el Astillero natal del presidente, Piélagos, Bezana, Los Corrales de Buelna…

Los votantes, de paso, han hecho varias carambolas introduciendo en los ayuntamientos a partidos de corte vecinal o vinculados de alguna manera a Podemos.

Habrá concejales representativos de la nueva política en Reinosa, Miengo, Laredo, en la zona del Asón, Ribamontán al Mar…; con CastroVerde como principal exponente de este movimiento al ser incluso primera fuerza en un municipio que fue el primero en implosionar por la corrupción municipal y que está siendo el primero en manifestar las ansias de regeneración; y con otro pionero, ACPT, que suma su segundo concejal en Torrelavega.

La capital del Besaya ha castigado a los partidos de la moción de censura, PSOE y PRC, en especial a los socialistas, que expulsaron a una histórica como Blanca Rosa Gómez Morante que les devuelve la bofetada y regresa a hombros de una cuadrilla de cuatro concejales.

EL PARTIDO IMPUTADO…

Con todo, los ciudadanos no han dicho no, o al menos no un no tajante, a los candidatos imputados por corrupción.

El partido imputado ha logrado representación en Ramales de la Victoria y Noja,; y ha conseguido situar en el número cinco del Parlamento al regionalista Javier López Marcano (por ahora).

Sí que le han quitado la mayoría absoluta a imputados en El Astillero o Santa María de Cayón

Y, aunque hubiera dimitido, el PSOE de López Revuelta (ahora de su hijo) se ha convertido en la fuerza mayoritaria en el municipio, pero con un mandato de diálogo con el resto de formaciones.

…Y EL PARTIDO HEREDITARIO

Tampoco se le ha dado mal al partido hereditario: el hijo del socialista López Revuelta en Laredo está al frente de una mayoría, si bien el hijo de Javier López Marcano ha sido un digno sucesor de su padre en eso de no conseguir buenos resultados para el PRC en Torrelavega.