Uno más uno son siete

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Dos semanas después de que las urnas se llenaran de cambio (y continuación) y examinados los resultados cabría destacar que el tiempo de las mayorías absolutas se acaba y que muchos y muchas han dejado de ser sujetos pacientes para ser partícipes de las nuevas realidades.

Es extraño pero me viene a la cabeza la serie Los Serrano y esa intro de Fran Perea (el que lo lea): ‘uno más uno son siete, quién me lo iba a decir, que era tan fácil ser feliz’. Y me viene porque si se puede sacar una conclusión a atender por los sectores de la izquierda alternativa es que la soledad penaliza y la unión multiplica. Madrid, Barcelona, Zaragoza, Coruña o Santiago son los ejemplos más destacados pero todo el Estado se ha llenado de candidaturas populares que trascienden a partidos y ponen en primera plana a las personas.

Las familias sumando en Los Serranos

Las familias sumando en Los Serranos

Años ha que millones de espectadores se sentaron frente al televisor para ver las andaduras de Diego, Fiti y Santi, de Lucía, Candela y Lourditas, una comedia Typical Spanish, con actores ya conocidos y otros que lo fueron a partir de entonces. Viejos y nuevos, reparto coral en el que todos se hacían imprescindibles para que la serie no perdiera la frescura que enganchó.

Las candidaturas de unidad popular comparten, como Los Serrano, raíces profundas y brotes nuevos que combinados han hecho el mejor de los jardines. Millones de ciudadanos se han sumado y los partidos que han apoyado han entendido que en esta reacción química no les tocaba ser los componentes a reaccionar sino catalizadores que facilitasen el proceso.

El invierno se acerca y en Noviembre el pueblo debe estar preparado. La izquierda sí puede. Sí debe. Y no es posible que el cansancio haga que las Verónica Sánchez o Nuria González abandonen porque el proyecto se resiente. No es posible que la mejor parte de toda la serie venga de la muerte de Lucía y de las soberbias interpretaciones de Antonio Resines, Natalia Sánchez y Julia Gutiérrez Caba que de ahí derivaron. No se puede destacar puntualmente, hay que estar presente siempre. Nadie se puede quedar por el camino y nadie puede poner piedras para que se tropiece.

Si el reparto no es coral y el guion tremendo no habrá cambio real y a la vista de los resultados de las andaluzas y los de ahora, nada cambiaría: el primero seguiría primero, el segundo, segundo y el tercero sólo cambiaría de nombre. Recuerdo el “algunos viven muy cómodos en el 12%” que Pablo Iglesias dedicó a Izquierda Unida. Ahora vemos que Podemos ha sacado un 14% de media en las autonómicas. Si el 12% era insuficiente, el 14% también. Y no hacer una correcta lectura, crítica y autocrítica, no entender que ha sido la marea ciudadana y no los partidos quien ha hecho un jaque al status quo, evidencia lo mucho que queda por recorrer.

Siguiendo con los términos televisivos, de nosotros depende ser la mejor comedia que hemos hecho, Aquí no hay quien viva, y que el proyecto dependa de todos sus miembros (Paloma, Juan Cuesta, La pija, Belén y Alicia, La Hierbas, Emilio, Mariano, El trío de Radio Patio…) o el sucedáneo La que se avecina, soportado por El Recio y Amador. Porque el resultado no es el mismo y obviamente es insuficiente.

El sábado participé, representando a IU, en el debate político llevado a cabo en las ‘2das Jornadas de Mercado Laboral para los Jóvenes’, celebradas en el Centro Cultural Miguel Hernández (Lieja). En él también estuvieron representados PP, Podemos e ICV (el PSOE declinó la invitación a última hora tras haber confirmado su asistencia). Debate aparte, entre caña y caña, los tres partidos de la izquierda representados convenimos la necesidad de ir de la mano porque solos no se llega.

Las bases lo tenemos claro y algunos dirigentes comienzan a hacerse eco y a actuar en consecuencia. Porque señores, señoras, si somos capaces de decirle al PP (y con razón) que muchas de las soluciones que se necesitan no están imposibilitadas por medios económicos y técnicos sino por falta de voluntad política,  ¿cómo vamos a explicar a las siguientes generaciones que lo mismo que exigíamos a otros no conseguimos aplicarlo? Sinceramente, no me gustaría que egos y falta de voluntad convirtiese nuestro futuro en un sueño de Resines. Sería un penoso final.

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1 Comentario

  • Ed
    9 de junio de 2015

    ¿Era necesario faltar al respeto para escribir el artículo? Muy triste…

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