La batalla por la educación entre el Ateneo y el Ateneo Popular ‘revive’ en Librería Gil

Tiempo de lectura: 4 min

|| POR ÓSCAR ORTIZ ||

La Librería Gil ha inaugurado este lunes una nueva exposición bajo el título “Ateneo Popular de Santander”, con motivo de la publicación del libro del escritor Fernando Vierna.

En la exposición, compuesta por varias fotografías y escritos, se recorre y se visualizan los años más gloriosos e ilustres de la principal entidad socializadora de la cultura que ha habido en Cantabria.

El objetivo principal de la exposición y del libro es acercar a la población la figura del Ateneo Popular, además de reivindicar los logros, tanto culturales como sociales, de la asociación a lo largo de su historia. El Ateneo Popular fue inaugurado en 1925, y desapareció el 27 de agosto de 1937, cuando las tropas franquistas cerraron el centro.

Fotografía de la exposición. Refleja el espíritu educativo de la entidad

Fotografía de la exposición. Refleja el espíritu educativo de la entidad

Algunas de esas fotografías que completan la muestra, reflejan la gran labor social del Ateneo Popular. Uno de ellos es la posibilidad que tuvieron todos los participantes de realizar viajes.

Se puede ver a los asistentes visitando la cárcel del Dueso en Santoña, la Vega del Pas o la Isla de Pedrosa.

Una de las fotografías más “importantes y especiales”, es palabras del propio Fernando Vierna, es el banquete- homenaje a los bibliotecarios Cipriano González y Vicente Pis.

La importancia de la biblioteca del Ateneo Popular radica en que a día de hoy no hay ningún resto de la misma tras su desaparición en los años del franquismo.

Otras de las ilustraciones que completan el repaso a la historia de esta entidad, muestra la inauguración de una de las sedes de la asociación en la calle Lepanto en el año 1928. Por supuesto, una de las enseñanzas fue la interpretación, y en una de las fotografías se puede observar a los actores interpretando la obra “Un alto en el camino”.

«EL ATENEO POPULAR SACÓ A LAS CLASES TRABAJADORAS DE LA TABERNA»

Fernando Vierna es el autor del libro “Ateneo Popular de Santander”. Su interés por esta entidad comenzó, según afirmó en la exposición, “por el diseño del edificio donde se encuentra el Ateneo”.

La investigación e indagación en la historia de la entidad le ha llevado varios años. Ha tenido que recurrir a cientos de documentos, hablar con importantes personalidades que han tenido una relevancia importancia en el Ateneo, y por supuesto, con todos aquellos que adquirieron conocimientos gracias a esta asociación.

“El Ateneo Popular consiguió hacer llegar la cultura a colectivos que no podían acceder al Ateneo de Santander”, afirma Fernando Vierna en una conversación con el periódico EL FARADIO.

El escritor también recuerda “los roces” que existían entre ambas entidades: el Ateneo Popular y el Ateneo de Santander. El primero logró que cualquier persona, independientemente de su clase social, pudiese acceder a la enseñanza, mientras que el segundo estaba destinado para la clases altas.

Fernando de Viera

Fernando Vierna

“Desde el primer momento, el Ateneo de Santander intentaba echar abajo el Ateneo Popular ya que no interesaba que las clases sociales más bajas accediesen a la educación, además de no ser beneficioso para el Ateneo de Santander”, recuerda Fernando.

El Ateneo de Santander tuvo un importante impacto social en las clases trabajadoras. “Una de las principales labores sociales que tuvo la entidad es sacar a las clases trabajadoras de las tabernas para adquirir conocimientos”.

«EN CANTABRIA HAY UN RECHAZO A TRABAJAR EN LA MEMORIA HISTÓRICA»

Ante la invisibilidad que vive a día de hoy el Ateneo de Santander, uno de los objetivos que ha llevado a Fernando Vierna a escribir el libro es intentar acercar a la población cántabra su historia y al mismo tiempo, los logros adquiridos gracias a la entidad.“A día de hoy, el Ateneo de Santander no está reconocido. Nadie lo conoce”, nos comenta Fernando.

En un verano con mucho debate sobre la denominación de las calles y en una ciudad en la que una treintena de ellas conservan nombres ensalzando la dictadura franquista, Vierna vería con buenos ojos que una calle santanderina se denomine ‘Ateneo Popular’. “Hace falta una calle con Ateneo Popular pero no vale cualquier calle. La calle debe estar en concordancia con los logros e importancia del organismo”, comenta.

En referencia a la memoria histórica de Santander, el escritor considera que “está peor que en otros sitios de España”. Afirma que “en Cantabria hay un rechazo en trabajar en la memoria histórica, sobretodo por parte de la Universidad de Cantabria”.

 

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1 Comentario

  • Fernando Vierna García
    12 de agosto de 2015

    Unicamente por aclarar un poco alguno de los párrafos.
    El Ateneo que tuvo importante impacto social en la clase trabajadora, es, como parece lógico el Popular.
    A día de hoy el que es invisible es el Ateneo Popular, el de Santander, además de estar ocupando parte de la sede del Popular, es bien visible dado que su trayectoria de trabajo está en la línea del PP y por tanto los medios escritos locales se hacen eco de todo cuanto organiza.
    Por último el estudio de la Memoria Histórica tiene rechazo en la Universidad de Cantabria, pero hay muchos investigadores independientes que llevan años trabajando sobre los muchos temas que se pueden abordar. Y tengo que decir que con resultados no despreciables. En 2004 publiqué una biografía de Elías Ortiz de la Torre, que entre otras muchas cosas fue directivo de la Sociedad Menéndez Pelayo, al que sus compañeros, al concluir la Guerra Incivil consideraron «no reelegible», algo que sucedía por primera vez en la historia de dicha sociedad. Mi trabajo obtuvo la «recompensa» de eque en 2008 fuera nombrado «Socio de Honor» y todavía pudo vivirlo su hija pequeña. Eso es, para mi, lo que justifica todas las horas, trabajos y dineros que le dediqué.
    Lamenablemente el catedrático de Contemporánea y su equipo tiene un freno intelectual que no les permite estudiar «más acá» de 1923, consecuencia, supongo, de haber sido educados en plena dictadura franquista, como lo fuimos muchos. Pero ellos han quedado marcados y las dos dictaduras del siglo XX, la II Repúblico y la Guerra Civil, son temas que no abordan en sus estudios.

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