«Amparo ganó una batalla invisible, la de la dignidad»

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Tal día como hoy hace 75 años, Santander se prendió en llamas. Tal día como hoy hace un año, Santander perdió una batalla que ganó la especulación pero en la que la dignidad se mantuvo firme.

El día en que hace un año de la muerte de Amparo Pérez, «parece que fue ayer», dice su nieto, los vecinos y colectivos de la capital se han unido para homenajearla. Primero, en el Ayuntamiento de Santander, frente a la fachada del Consistorio que la expropió.

Cerca de un centenar de personas se han reunido en el Ayuntamiento de Santander. Foto: Emmanuel Gimeno.

Cerca de un centenar de personas se han reunido en el Ayuntamiento de Santander. Foto: Emmanuel Gimeno.

Allí se han reunido cerca de un centenar de personas, un número que ha sorprendido gratamente a su nieto, que a pesar del dolor de esta fecha ha querido homenajear la dignidad de su abuela con su mujer, su hija y todos aquellos que han aprendido de la lucha de Amparo.

La lluvia no ha espantado a nadie, y bajo la pancarta que anima a seguir su lucha se han reunido tanto vecinos afectados por la misma especulación que se llevó su casa, como los del Pilón o Prado San Roque; como miembros de otros colectivos como la PAH, Cantabria No Se Vende, o Plataforma DEBA; y políticos de distinta índole, como el diputado de Podemos, José Ramón Blanco, y el círculo del partido en Santander, concejales del PSOE y Ganemos Santander Sí Puede o juventudes de diferentes partidos de la izquierda.

«Amparo vive, la lucha sigue», han gritado en homenaje a esta mujer. Una mujer que no solo recuerdan ellos sino muchos santanderinos. Al pasar, muchos preguntaban curiosos por el motivo de la concentración, y en sus caras se reflejaba la comprensión al mencionar a Amparo. Muestra de que ella marcó un antes y un después.

VERSOS PROPIOS Y AJENOS PARA RECORDARLA

El homenaje siguió en la librería La Vorágine, donde se ha proyecto un corto documental en su memoria. Como si aún estuviera presente, Amparo explica el trabajo que supuso levantar su casa, «nació a base de golpes», contaba durante el verano de 2014 cuando ella se plantó y se negó a marcharse.

Junto a ella cerraron filas miembros de la PAH de Santander y más vecinos que hicieron suya su causa. Tuvo que luchar contra mentiras y contra acusaciones de buscar un enriquecimiento, cuando ella solo quería su casa. «Yo solo quiero quedarme aquí», insistía sentada frente a su hogar, rodeada de pancartas donde repetía que no se iba.

Pero se fue, al menos en cuerpo. Y el dolor que provocó su muerte se ha transformado esta noche en versos y prosas salidas desde el corazón de los que un día la conocieron o aprendieron de ella.

Tras el cortometraje, en el que Óscar Allende, director de EL FARADIO, enlaza su caso con otros más recientes de especulación urbanística y alerta de que «la gestión de las ciudades deja víctimas»; llegó el homenaje más espontáneo.

Varias personas leyeron palabras propias y ajenas dedicadas a Amparo, a su lucha, y a cualquier víctima que deja a su paso el ladrillo. Los versos del poeta vasco Gabriel Aresti se han modificado para poner en femenino su poema ‘Defenderé la casa de mi padre’. En él, Aresti parecía haberse adelantado 50 años y ver la situación de Amparo cuando decía: «Defenderé la casa de mi padre. Contra los lobos, contra la sequía, contra la usura, contra la justicia».

Otros han hablado con su propia voz, como Maribel, que cuenta con una serie de poemas dedicados a las víctimas del urbanismo, o como Paco Gómez Nadal, que escribió seguramente el mejor perfil sobre la vida de Amparo.

Hoy ha querido rescatar las palabras de una amiga para rendir homenaje a esta anciana e invitar a los presentes a «mirar de otra forma la realidad» para «identificar en algunas pérdidas pequeñas batallas ganadas». Y ese es el caso de Amparo, continuó porque «Amparo ganó una batalla invisible, la de la dignidad».

Para finalizar el acto, Marco, el nieto de Amparo, ha agradecido a los presentes su apoyo y cariño hacia su abuela, a la que recuerda hoy con una mezcla de tristeza y orgullo. Porque ella defendió lo suyo hasta el final, porque ella, en el fondo, ganó la batalla.

La Vorágine ha acogido un acto de homenaje a Amparo Pérez, fallecida hace ahora un año.

La Vorágine ha acogido un acto de homenaje a Amparo Pérez, fallecida hace ahora un año.

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