En la capital de España hay restaurantes en cuyos reservados se cierran negocios que en su día se pagaron con las famosas tarjetas blacks de Bankia y hay otros en los que apuestan por las White Cards para premiar la creatividad de jóvenes y profesionales.

En el grupo cántabro Deluz, le han querido dar la vuelta al concepto con la convocatoria de los I Premios Celso y Manolo, convocados por este restaurante situado en el madrileño barrio de Chueca.

En total, se repartirán 12.000 euros en premios, concebidos como White Cards, vales para cenas, comidas y meriendas por valor de 1.000 y 500 euros, dirigidas a estos grupos de creadores y que les ayuden en su proceso. El plazo para presentar las candidaturas es hasta el 30 de marzo y los ganadores se conocerán el 13 de abril.

Carlos Zamora, del grupo Deluz, con Celso y Manolo

Los premios se dirigen a jóvenes de la capital en categorías que fueron elegidas al considerarse que son discipllinas profesionales creativas o sostenibles que o bien no tenían la suficiente visibilidad en otros galardones o ser tan novedosas que ni siquiera existía convocatoria.

Así, las categorías son Collage, Creación Escénica, Fotografía Castiza, Moda Sostenible, Regeneración del Barrio y Videoarte, y los aspirantes deben tener entre 18 y 35 años. Las bases pueden consultarse aquí.

De este modo, además de categorías puramente artísticas como Collage o Videoarte, se encuentran otras más originales, como la de fotografía castiza, mas vinculada a Madrid.

O “moda sostenible”, en la que se premiará al diseñador o diseñadores de una pieza o colección que se haya trabajado bajo el concepto de sostenibilidad.

Y en la categoría de “regeneración del barrio” se premiará la reforma de un comercio o establecimiento o una intervención urbana en la ciudad de Madrid, que haya mejorado la vida de un barrio, revitalizándolo y manteniendo su esencia.

Darle la vuelta a conceptos, actualizando significados, es una de las constantes en el cántabro Grupo Deluz, que tiene establecimientos como Días de Sur, Deluz, El Italiano y el Machi en Santander; o Celso y Manolo, La Carmencita y la Vaquería Montañesa, en Madrid, entre otros proyectos a los que se suma el catering social o su trabajo en comedores escolares.

Fue lo que pasó con Hermanos Argüelles, una castiza taberna con el nombre de sus propietarios, dos hermanos asturianos, Celso y Manolo, que la pusieron en marcha con muchas dificultades en los duros años 50,.

Y, que, cuando se jubilaron, pasó a gestionar este grupo, a cuyo frente están también unos hermanos, los Zamora, que lo conocieron al abrir La Carmencita y que quisieron mantener el nombre y la historia de sus fundadores, adaptando el concepto de taberna a la actualidad y haciéndose un importante hueco en el mercado hostelero de la capital.