Vamos con el contexto: En pleno debate sobre el coste de los viajes institucionales del alcalde de Santander, Íñigo de la Serna; tras unos intensos desencuentros entre el equipo de Gobierno del PP y la oposición municipal; y el día antes de un Pleno en el que se tratará precisamente el tema de los viajes (de su coste), el primero tras el ‘plante’ de PSOE, Ganemos e IU y tras una sucesión de comunicados muy crispados…

Pleno del Ayuntamiento de Santander

En ese contexto es cuando se ha producido la intervención del alcalde en el Club Siglo XXI de Madrid, un foro bastante prestigioso que sirve de carta de presentación de líderes ante determinadas élites nacionales, en un discurso que, vaticinamos, no va a contribuir a destensar el ambiente político local, enrarecido especialmente a raíz de que De la Serna perdiera la mayoría absoluta, ni a que el (larguísimo) Pleno de este jueves vaya a ser tranquilo.

“De la Serna es el primer político de la historia que cobra por hablar mal de su tierra”. Así ha resumido el portavoz regionalista, José María Fuentes-Pila una intervención del alcalde, que se centró (es incluso el principal titular enviado por el propio equipo de Gobierno) en criticar la situación de Cantabria y la actitud de la oposición municipal.

Además de llegar a negar la existencia de ‘ciudades inteligentes’, las Smart Cities, el proyecto basado en sensores que miden indicadores que lleva ‘vendiendo’ durante toda su etapa.

De la Serna es presidente de la Red Española de Ciudades Inteligentes. En su intervención, en la que glosó las ventajas de esta apuesta y animó a considerarla como una priroridad, afirmó que “la construcción de una ciudad inteligente es, en realidad, la construcción de una nueva forma de comprender la ciudad y gestionarla. No hay ciudades inteligentes. No existen aún. Lo que existen son ciudades que aspiran, trabajan, orientan su modelo de futuro y sus prioridades para tratar, en el futuro, de convertirse en una ciudad inteligente”.

 CANTABRIA SUMIDA EN EL MARASMO

Ante los asistentes, el alcalde mostró su preocupación por “una Cantabria con los peores índices económicos del país, sumida en el marasmo y en brazos de Podemos” (el partido morado se abstuvo y firmó un pacto de investidura con Revilla, aunque no forman parte del Gobierno de Cantabria y en ocasiones han votado junto al propio PP en el Parlamento, donde De la Serna es diputado)

Revilla y De la Serna en una reciente reunión en torno al Museo de Prehistoria

“Nunca hubiera pensado que los del insulto permanente iban a estar marcando la agenda política de la comunidad autónoma”, aifrmaba, al tiempo que  lamentaba que el Gobierno regional “lejos de impulsar inversiones en Santander, esté tratando de impedirlas”, tras sus recientes polémicas por las peticiones de otros municipios de acoger el Museo de Prehistoria o de alegar frente a un informe del Ministerio de Medio Ambiente sobre la construcción de diques antioleaje en playas de la ciudad.

Y de la crítica al Gobierno pasó a la crítica a la oposición: “Somos conscientes de que se nos está acribillando políticamente: la oposición municipal en un grado de ataque y crispación nunca visto; el Gobierno de Cantabria con una tremenda campaña de acoso, sin importarles que, con ese tipo de acciones, a quien realmente hacen daño es a los santanderinos; y la oposición en el Parlamento de Cantabria haciendo oposición a Santander en lugar de al Gobierno”, ha detallado.

De la Serna ha afirmado que “llaman la nueva política a pasar el día hablando de cambiar los nombres a las calles, a colocar más banderas, a levantarse de los plenos o a llenar de gatos de la ciudad… Pero eso ya lo inventaron los romanos y se llama pan y circo”.

Incluso rebajó su poder en este contexto (obviando que en Santander sus propuestas salen adelante gracias a que el apoyo de Ciudadanos compensa la pérdida de la mayoría absoluta) : “es cierto que solo somos 13 personas frente a la enorme maquinaria del resto pero tenemos ilusión, ganas de trabajar y un proyecto de futuro para Santander”.

REACCIONES AL DISCURSO

Ante este discurso, el PRC ha instado al alcalde a “relajarse, respirar hondo y entender que la democracia es también esto, gobernar en minoría y aprender a respetar la acción política de otras formaciones”.

Antonio Mantecón (Ganemos), junto a Miguel Saro (IU)

Fuentes-Pila ha llamado la atención sobre que “mientras otros dirigentes utilizan este tipo de plataformas para impulsar sus territorios, buscar nuevas inversiones o potenciar su visibilidad, nuestro alcalde tira piedras contra nuestro propio tejado”, “viajando 400 kilómetros para hablar de sus fobias personales”.

“Si en esta primera intervención en el Club Siglo XXI el regidor no encontró nada más interesante que decir que la oposición municipal es muy mala, en la próxima, si la hay, probablemente le tocará abordar la difícil situación de su comunidad de vecinos”, opinaba Fuentes-Pila, quien calificó de “desquiciada” la actitud del alcalde.

Y le pidió que “recapacite” con un agrio mensaje: “si está solo en su propio partido, ha dejado por el camino a parte de su equipo, tiene problemas con la oposición, con otros ayuntamientos, con el Gobierno regional… igual es tiempo de darse cuenta de que es él el que conduce en dirección contraria”,

También desde la ironía respondía Antonio Mantecón, de Ganemos Santander: “De la Serna es un gran generador de acuerdos. Ha puesto de acuerdo a la oposición: sus actitudes totalitarias y dictatoriales son impresentables e intolerables”

Ya en tono más duro (y antes de recordar los casos de corrupción del PP en todo el país o la expropiación de Amparo Pérez), definía al alcalde como “un hombre incapacitado para cualquier dialogo que no esté presidido por su desprecio a todo aquel que no se pliega a sus deseos”, añadiendo que “toda su acción política se basa en el victimismo, el revanchismo y el ataque personal”.

Ambos eran respondidos por César Díaz, portavoz del Grupo Popular, que abundaba en la tesis de que no es lo mismo criticar al Gobierno de Cantabria que criticar a la comunidad autónoma, y que insistía en que «Santander está siendo atacada» por el Ejecutivo autonómico (citando los casos del MUPAC o los diques).