Quédense con su moderación. #Enserio y #afavor de que se queden ustedes solos con su moderación y lo que ustedes (y solo ustedes) entienden por moderación. Ya conocemos lo que su moderación nos ha hecho y a dónde nos ha llevado. A mí me ha llevado hasta Bélgica a buscarme las habichuelas, nada menos.

El PP está apelando al voto moderado frente al «radical»

A mí denme radicalidad. De esa que analiza los hechos y actúa sobre las causas del problema y no sólo trata de paliar las consecuencias poniendo parches de mala manera (cuando los ponen). Quiero radicalidad, mucha, no saben cuanta.

Quédense con su moderación de los salarios (lo que todo currito conoce como reducción del sueldo), consecuencia de sus reformas laborales, opresoras de la clase trabajadora que ve como sus empleos son cada vez más precarios, si es que todavía los mantienen.

A mí denme radicalidad que devuelva los derechos laborales arrebatados por ustedes, antaño conquistados por el pueblo. Que recupere la negociación colectiva y apueste por un radical programa de industrialización basado en I+D+i y medio ambiente, olvidando sus moderadas estacionalidades y sus moderadas economías de bajo valor añadido.

Quédense con sus moderadas leyes represoras y guárdense su moderada moralidad de mediados del siglo pasado para ustedes. No la compartan pues no es necesario que todos disfrutemos de su moderada concepción de la vida y de la muerte, de lo normal y de lo que no lo es, de lo moderado y de lo radical.

A mí denme la libertad radical de poder decirles esto, aquí y ahora, en la calle y mañana, sin que su moderado Código Penal me persiga porque su moderada moralidad así lo dicta.

Déjennos ser radicalmente normales o no, defender radicalmente el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo o sobre nuestra tierra.

Quédense con sus moderados saqueos, blanqueos y mordidas y dennos las herramientas radicales necesarias para que sus asaltos a las arcas públicas no queden impunes.

Quédense con su moderada concepción de la educación y la sanidad excluyentes según el fajo de billetes del bolsillo o el color de nuestra piel. A mí denme la universalidad que la radical Carta fundacional de los Derechos Humanos y la radical Constitución nos brindan mientras ustedes se lo pasan por sus moderados forros.

Quédense con su moderado patriarcado que hace de facto que los derechos de todos sean privilegios para la mitad de la población. Quédense con sus moderados techos de cristal y sus moderadas políticas de violencia intrafamiliar. Mujeres radicales exigen radical igualdad de derechos y políticas radicales de género.

Quédense con su moderada moderación.

A mí denme una radical radicalidad.