En Santander, las bajas temerarias, esas ofertas en las que las empresas rebajan sustancialmente los precios de las obras a concurso respecto a los que establece la propia administración, empiezan a rozar lo suicida: si el criterio de baja temeraria o, más técnicamente, desproporcionada, se empezaba a aplicar a partir del 20 o el 30%, las últimas adjudicaciones se acercan ya al 50%.

Así, recientemente se anunciaba la propuesta de adjudicación de la reordenación de la Plaza de las Estaciones a la unión entre Dragados y Cuevas con una baja del 45% (el Ayuntamiento calculó que la obra costaría 2,8 millones de euros, y estas empresas consideran que puede hacerse por 1,5 millones de euros).

Pasarela entre la calle Alta y Castilla Hermida, adjudicada por baja temeraria.

Y este miércoles se aprobará la adjudicación a SENOR de las obras del nuevo carril bici que unirá las instalaciones del Complejo Municipal de Deportes ‘Ruth Beitia’ y el Parque Científico y Tecnológico (PCTCAN), por un importe de 367.000 euros (para 1,6 kilómetros de carril), cuando salió a licitación en 718.000 euros, esto es un 49% de baja que se acerca peligrosamente a la frontera de la mitad.

Las bajas temerarias son cada vez más cuestionadas (incluso en el Ministerio de Fomento a cuyo frente está ahora el exalcalde de Santnader) por profesionales del sector e instituciones como el Colegio de Caminos, que se preguntan cómo es posible que si la administración calcula que una obra cueste X euros, alguien sostenga que puede hacerse por mucho menos.

Y también advierten de que esta rebaja es a costa de la calidad, el mantenimiento, los plazos o condiciones laborales, que acaban repercutiendo o en retrasos o en sobrecostes que hacen que el supuesto ahorro finalmente sea menor del anunciado.

Las bajas temerarias se caracterizan además por su fuerte opacidad: no es posible consultar los informes municipales que las justifican y en la comunicación pública sobre las adjudicaciones se omite el precio de licitación que permitiría comprobar que, efectivamente, es la tan cuestionada baja temeraria.

Estas bajas suelen ir acompañadas de sobrecostes o retrasos en los plazos, si bien los retrasos no acaban teniendo consecuencias sobre la empresa (multas económicas) si al final es la administración lo que asume la responsabilidad (en con el mercado de Puerto Chico el Ayuntamiento achacó los retrasos a la lluvia en Santander, justo en el mes más seco de los últimos años; y en los cráteres de Copsesa en Tetuán la culpa fue de las demandas vecinales)

Existen distintas formas de que la empresa adjudicataria acabe percibiendo cantidades extra: al margen del que se les perdone la sanción por el retraso al asumir el Ayuntamiento la culpa, pueden no ser sobrecostes en sentido literal, es decir, no hace falta modificar el contrato, pero puede haber gastos añadidos a través de contratos menores (de adjudicación directa) como pasó con la pasarela de la Peña del Cuervo (45.000 euros a favor de ASCAN en unas obras complementarias) o en los cráteres de COPSESA en Tetuán (30.000 euros por mejoras posteriores en la misma zona).

EL CARRIL BICI

La previsión es que las obras comiencen a principios de 2017. El proyecto plantea prolongar hacia el Oeste el tramo de carril bici que parte desde el Sardinero y llega hasta las instalaciones del Instituto Municipal de Deportes (IMD) en La Albericia, ampliando el trazado para alcanzar el límite del municipio, en el PCTCAN.

Los cráteres de COPSESA en Tetuán

Tendrá un trazado de unos 1.600 metros, con plataforma a la altura de la acera.

El trazado se inicia en la calle Rucandial, en su intersección con la avenida Albert Einstein, que es la vía principal del Parque Científico y Tecnológico, donde ya existe un puesto de alquiler de bicicletas públicas, por lo que se ha considerado el lugar óptimo de arranque del carril bici.

Desde aquí, y hasta la avenida Julio Jaurena (enlace de Rucandial de la S-20), el carril avanza por la acera Sur de la calle Joaquín Rodrigo, atravesando la rotonda de Adarzo, por su lado Oeste, a través de un nuevo paso de cebra, para pasar entonces a la acera Norte de la calle Joaquín Rodrigo.

Al final de este tramo, en la intersección de la calle Joaquín Rodrigo con la avenida Julio Jaurena, el carril cruza a esta última junto a un paso de peatones existente, que se encuentra debidamente semaforizado. No obstante, se prevé la colocación de una señal vertical luminosa (semáforo de ciclista), para reforzar la seguridad tanto de los ciclistas como de los peatones, así como la pintura del carril junto al paso de cebra existente.

Una vez atravesada la calle, el carril continúa su desarrollo en la acera peatonal, rodeando el tanatorio.

Ya en la avenida de Julio Jaurena, el carril bici rodea la parcela del supermercado existente en esta zona y continúa después por la acera Oeste de la avenida Vicente Trueba, cruzando al final de la calle hacia la acera Este.

Una vez pasado el pabellón, la traza cruza al lado Norte de la avenida del Deporte, junto a un paso peatonal existente, y desde aquí discurre junto a la acera peatonal, en el espacio verde que la separa de la tapia de los terrenos del Complejo Municipal.