“A diario me sentía violada”

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La vida de Laura (nombre ficticio) en medio de la red de trata de blancas que la trajo a Cantabria la recuerda como “una perdición”.

“A diario me sentía violada, expuesta a enfermedades, alcohol, drogas y a una gran depresión”, relata esta mujer a EL FARADIO, con motivo de un programa especial sobre trata de blancas.

Susana Ruiz (Santander Sí Puede) con los miembros de las asociaciones que les han brindado su apoyo, en un acto sobre la trata de blancas el pasado viernes.

Susana Ruiz (Santander Sí Puede) con los miembros de las asociaciones que les han brindado su apoyo, en un acto sobre la trata de blancas el pasado viernes.

“Necesitaba beber cada noche para poder prostituirme”, cuenta que era su día a día para poder sobrellevar la prostitución. “Caí en una gran depresión”, prosigue, “y justo entonces empecé a consumir drogas para poder seguir con mi dolor y continuar la prostitución en contra de mi voluntad”.

Finalmente se vio envuelta en “una espiral”, ya que “todo el dinero que ganaba lo volvía a gastar en drogas”. Finalmente no pudo más, y cuando conoció a una voluntarios de una Asociación que acuden a los clubs a hacer la prueba del sida, le confesó llorando que no quería seguir ahí.

“Le pregunté si era religiosa y me dijo que sí, y me respondió brindándome a su ayuda”, recuerda. Para ella la fe ha sido muy importante en el camino de recuperación una vez se ha visto fuera de la red.

“Ya no soy más alcohólica ni drogadicta, trato mis problemas psicológicos con un especialista, y soy muy feliz en mi relación”, asegura, añadiendo que tiene esperanzas de poder recuperar a su hija, a la cual le ocultó su calvario.

“MUCHOS SIGUE SIN DECIR LO QUE REALMENTE ESTÁN PASANDO”

Es una práctica habitual en las víctimas de la trata de blancas, nos cuenta Lourdes Jiménez, técnico en la Asociación Evangélica Nueva Vida, que además de hacer pruebas de VIH por los clubes tienen una serie de pisos en los que instalan a estas mujeres que, en muchos casos, son madre.

“Muchas de ellas siguen sin decir que es lo que realmente están pasando”, aseguran, y cuenta que en la primera etapa de su liberación, “una víctima de trata no quiere preocupar a sus padres y tampoco quiere dejar de enviar el dinero”, ya que “están amenazadas con que les van a hacer algo a sus familias”.

Algo que en ocasiones ha sucedido, tal y como saben las asociaciones que se encargan de ayudarlas.

MOCIÓN EN EL PLENO DE SANTANDER

La trata de blancas ha pasado al plano política después de que Santander Sí Puede, el partido de Antonio Mantecón, haya registrado una moción para el pleno del Ayuntamiento de este jueves, en la que piden al Consistorio que elabore una ordenanza contra la trata de blancas.

El objetivo es que esta ordenanza ayude a perseguir estas redes mafiosas que operan en la ciudad, y que se unan a la coordinación de las fuerzas de seguridad y las asociaciones que se encargan de ayudar a las víctimas que tratan de salir de la prostitución forzada.

Desde Santander Sí Puede, la coordinadora de su Comité Ciudadano, Susana Ruiz, ha insistido en que no se puede “caer en otras ordenanzas menos progresistas” que se llevan a cabo en otros ayuntamientos “en las cuales de penaliza y multa a la mujer”, porque eso sería “condenarla a asumir una deuda aún mayor con la red de trata que la está extorsionando”.

Para realizar esta moción, en el partido han contado con la colaboración asociaciones como la Red Cántabra contra el tráfico de personas y la explotación sexual, la Asociación evangélica Nueva Vida y Amnistía Internacional, que les han proporcionado información y asesoría.

“UNA MUJER VÍCTIMA DE TRATA ES UNA MUJER QUE ESTÁ SIENDO VIOLADA SISTEMÁTICAMENTE”

Lourdes Jiménez, Susana Ruiz y Marisol Payá en un programa especial de El Faradio sobre la trata.

Lourdes Jiménez, Susana Ruiz y Marisol Payá en un programa especial de El Faradio sobre la trata.

Junto a ellos estuvieron el pasado viernes en un acto para presentar la moción en el salón de actos del sindicato Comisiones Obreras; en el que trataron además de concienciar a los clientes.

“Hablamos del delito más grave contra las personas que se comete a nuestro alrededor a diario”, insiste Susana Ruiz. “Una mujer que es víctima de trata no es una prostituta, es una mujer que está siendo violada sistemáticamente a diario por un montón de hombres”, afirma tajante.

Por ello, aparte de tomar medidas contra las redes mafiosas, el partido insiste en lo importante que es hacer entender al cliente que esa mujer no está ahí por voluntad propia, “sino que está secuestrada, coaccionada y amenazada para hacer servicios sexuales diarios en una cantidad ingente y en unas condiciones infrahumanas”.

Estos clientes son, además, cada vez más jóvenes, tal y como alerta Marisol Payá, de la Red Cántabra contra el tráfico de personas y la explotación sexual. “La policía llevaba diciendo dos o tres años que cada vez más jóvenes utilizan la prostitución y que cada vez se traen mujeres más jóvenes a España”, asegura.

Razón por la que su asociación profundizar “en trabajar especialmente en charlas de concienciación de los colegios e institutos”.

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