Tres Mares, hospital sin enfermos

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||por RAMÓN QU, periodista y escritor||

Si ponemos como límite hacia el pasado la guerra civil, la historia de Reinosa se divide entre antes y después de la reconversión industrial. Siempre dependiente de La Naval, Reinosa hasta la reconversión tuvo un aumento continuo de la población en paralelo con el crecimiento de la factoría. La crisis del sector armamentístico inició el declive, que llegaría a su punto explosivo en la primavera del 87. A partir de entonces se produciría un gran aumento del desempleo y la pérdida de actividad económica y población. Eran los tiempos en que, con cruel juego de palabras, a Reinosa se la llamaba Ruinosa. Si en los tiempos de bonanza, Reinosa miraba a Madrid sabiéndose protegida por la capital de España dada la estratégica producción que se realizaba en la Naval, con la reconversión, el paro, el empobrecimiento y la despoblación, los reinosanos y toda la comarca de Campoo y Los Valles comenzaron a dirigir sus ojos y demandas a la capital de la nueva autonomía de Cantabria: Santander. Entre esas peticiones estaba la de un hospital.

EN EL PRINCIPIO

La antigua clínica Reinosa, luego denominada hospital Campoo, dio cobertura sanitaria durante décadas a toda la zona sur de Cantabria. Privada y concertada hasta 1989, la clínica fue adquirida por el Gobierno de Cantabria ese año y refundada como hospital. El viejo hospital albergaba el servicio de urgencias, consultas externas y cincuenta habitaciones habilitadas para el ingreso de pacientes. Desde hacía tiempo algunas organizaciones ciudadanas, sindicales y políticas habían reclamado un hospital comarcal para Reinosa. Sin embargo estudios del INSALUD y de sectores de la profesión sanitaria no aconsejaban un hospital de este tipo para Reinosa por considerar que un centro de tales características no respondía a las necesidades asistenciales de la población de Campoo y Los Valles.

En 2001 el consejero de Sanidad del PP Jaime del Barrio anunció una remodelación del Hospital Campoo que, con un presupuesto de 1,2 millones de euros ampliaría las instalaciones de la vieja clínica y reforzaría sus estructuras con el fin de que pudiera soportar una planta más. En el año 2002 finalizó el “concierto” entre Hospitales Cervatos y el Gobierno de Cantabria para la gestión privada de la Clínica Reinosa. Sin embargo el proyecto de remodelación de Martínez Sieso no se llevaría a efecto. La llegada al ejecutivo regional en 2003 de Revilla en coalición con el PSOE iba a cambiar el juego y la baraja.

DE «LA VIEJA CLÍNICA REMODELADA» AL «HOSPITAL DE ALTA RESOLUCIÓN»

Con el gobierno PRC-PSOE presidido por Revilla y vicepresidido por Dolores Gorostiaga, llega a la consejería de Sanidad la independiente y ginecóloga de Sierrallana Charo Quintana. Sería la recién estrenada consejera quien abriría una puerta a las reivindicaciones sanitarias de Cantabria sur. Desechando los proyectos de Barrio y Sieso, la consejera de Sanidad decide la demolición del viejo hospital de Campoo y la construcción de un hospital de nueva planta.

Hospital Tres Mares, en Reinosa

Es de destacar que este proyecto de construcción de un nuevo hospital estaba enmarcado en una política más general del nuevo ejecutivo, cuyo objetivo era la revitalización del sur de Cantabria que, desde la reconversión industrial, sufría un constante declive de población y actividad económica. Hospital, autovía, AVE, reindustrialización, eran las patas que se pretendían para este banco que asentase a Campoo-Los Valles como una comarca rediviva. No se puede entender, pues, la decisión de dotar a Reinosa de un nuevo hospital sin inscribirla en este gran proyecto de dinamización de la comarca.

Sin embargo, el “hospital” como el “ser” se dice de muchas maneras y era primordial para el buen resultado del proyecto definir con precisión la clase de hospital que se pretendía crear. Así, para la nueva consejera: “Durante años, gobiernos locales y el INSALUD, tanto gobernando el PSOE como el PP, han considerado inviable dotar de un hospital público a Campoo porque se ha estado pensando siempre en un modelo equivocado: el de un hospital convencional de agudos. Y en efecto un hospital comarcal convencional resultaría obsoleto, inviable, ineficaz, inseguro e inadecuado para la realidad concreta de la Comarca”. Empero, Charo Quintana aseguraba que “Estamos en condiciones de desarrollar un Centro Hospitalario capaz de resolver en Reinosa la inmensa mayoría de los procesos médicos de la Comarca de Campoo –Los Valles: un hospital de Alta Resolución”

Los CHARE (Centros Hospitalarios de Alta Resolución) son centros sanitarios de ámbito local o comarcal, de menor envergadura que los hospitales convencionales pero dotados de una avanzada tecnología.

En palabras de Encarnación Cuéllar Obispo, Francisco Martos Pérez y Rafael Toscano Méndez expertos en la materia: “Los centros hospitalarios de alta resolución responden a un concepto organizativo nuevo y funcional. Rompen con la estructura vertical tradicional y se organizan estructural y funcionalmente por procesos, orientados al usuario y a los resultados. Aspiran a que las pruebas, exploraciones necesarias y tratamientos, se realicen en un acto único y con la mayor brevedad posible. Las características básicas que definen a estos centros son: mejor accesibilidad a los dispositivos diagnósticos y terapéuticos; disminución de los tiempos de respuesta de las pruebas diagnósticas, consultas externas y cirugía programada; adecuada atención sanitaria urgente; alternativa a la hospitalización convencional; mejor cooperación asistencial entre atención primaria y atención especializada”

LA PRESENTACIÓN DEL PROYECTO DE «ALTA RESOLUCIÓN»

En junio de 2005, la consejera de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria, Charo Quintana, presentó el proyecto de construcción del Hospital Tres de Mares de Reinosa al personal del Hospital Sierrallana. Casi dos años después, en marzo de 2007, en el centro de salud de Reinosa, le llegó el turno al acto de presentación de la maqueta. La por entonces aún consejera anunció que “tras la adjudicación el pasado enero del proyecto a la UTE formada por Ferrovial y Emilio Bolado, por importe de 14,2 millones de euros – a este coste habría que añadir 4,6 millones a cargo del equipamiento –, las obras de construcción del centro se iniciarán el próximo abril, con un plazo de ejecución de 19 meses”.

Ante alcaldes, representantes políticos y sindicales y otras autoridades de la comarca, Charo Quintana fue desgranando las características del nuevo hospital.

El nuevo centro hospitalario se edificaría sobre una parcela de 13.499 metros cuadrados y tendría una superficie útil de 6.400 metros cuadrados, distribuidos en una planta semisótano, planta baja y planta primera.

El hospital dispondría de 40 camas, tendría 14 consultas médicas y 8 salas de exploraciones especiales.

Los servicios se distribuirán en una zona de recepción y atención al paciente de 632 metros cuadrados útiles; una zona de hospitalización distribuida en dos plantas y dotada de 40 camas, dos módulos de cuatro sillones y área técnica y de personal (856 m2); y un área de consultas y exploraciones, con nueve consultas médicas y once consultas de cirugía.

También estarían habilitadas consultas para el aparato locomotor, un área de apoyo clínico y salas de espera.

El área de diagnóstico radiológico estaría totalmente digitalizada y albergaría la radiología convencional, el telemando, la tomografía axial computerizada (TAC), ecógrafo doppler.

El programa funcional se completaría con Urgencias, dotada con espacios de recepción y admisión, observación, tratamiento y personal; bloque quirúrgico con dos quirófanos, y esterilización.

Según palabras de la entonces consejera, el Hospital Tres Mares estaba diseñado pensando en las necesidades de los pacientes y sus familiares: accesibilidad, confort, respeto de la privacidad y derecho a estar acompañado en todo momento, y teniendo en cuenta la funcionalidad de los espacios a efectos de facilitar la labor de los profesionales.

Sin embargo algunas de las autoridades presentes manifestaron sus reticencias y recelos. Así, José Miguel Barrio, alcalde de Reinosas declaró: “Espero que se cumplan los plazos”; Fernando Fuente, secretario de CC OO afirmó: “Algunas dudas siguen sin aclararse”; y Reyes Mantilla, concejala del PP, advirtió: “La cartera de servicios no la conocemos”. Y es que el CHARE propuesto era visto por ciertas fuerzas vivas y organizaciones políticas y sindicales reinosanas como una forma de hurtarles un hospital “como dios manda”.

Las características más polémicas se centraban en el número total de camas – 20 camas de hospitalización con posibilidad de doblar a 40 – y en el número de quirófanos – dos –. Se alegaba que el escaso número de camas que se proponía conllevaría la necesidad de trasladarse de los lugareños al hospital de Sierrallana en Torrelavega para las hospitalizaciones de media o larga duración.

En abril de 2007 se puso la primera piedra del Hospital Tres Mares.

DEL HOSPITAL «DE ALTA RESOLUCIÓN» AL «HOSPITAL-HOSPITAL»

En mayo de 2007 se celebraron elecciones regionales. El gobierno de coalición PRC-PSOE se repitió, pero no sucedió así con los titulares de algunas consejerías, entre ellas la de Sanidad que pasaría a ser encabezada por Luis Truan. Aunque aminorados, los “malentendidos” siguieron dándose entre determinadas organizaciones políticas, sociales y sindicales reinosanas y el gobierno regional. Así, por ejemplo, no sería hasta noviembre de 2008 cuando se reanudasen las negociaciones entre la consejería de sanidad y los sindicatos UGT y CCOO.

Tras aquella reunión Fernando Fuentes, responsable de CCOO, acusó a la anterior consejera Charo Quintana de ser una «dificultad permanente» y destacó por el contrario el compromiso de Truan de que el hospital Tres Mares «será un hospital-hospital y no un centro de alta resolución». Igualmente la secretaria regional de UGT, María Jesús Cedrún calificó de “claro” el compromiso de la Consejería para trabajar conjuntamente con los sindicatos en torno al nuevo hospital.

Por su parte Truan dio por acabados “algunos malentendidos” y anunció que se iba a comenzar a trabajar hombro con hombro con los sindicatos para que el Hospital Tres Mares empiece a funcionar en “el segundo semestre de 2009” con 40 camas de hospitalización, dos quirófanos y seis especialidades quirúrgicas – cirugía general, oftalmología, otorrinolaringología, urología, tocología y traumatología y cirugía ortopédica – y siete médicas – cardiología, neumología, digestivo, medicina interna, reumatología, rehabilitación y anestesiología – .

Asimismo informó de que el centro sanitario tendría capacidad para atender en un futuro a una población de entre 50.000 y 60.000 habitantes , insistió en que “no va a haber ningún problema” para que los ciudadanos del norte de Castilla y León reciban asistencia médica en el Hospital Tres Mares y mostró su “firme convicción” de que Cantabria y Castilla y León llegarían a un acuerdo para atender a los vecinos de Aguilar de Campoo, Barruelo de Santullán (Palencia), Arija y el valle de Valdebezana (Burgos) en el hospital de Reinosa.

Algunos de estos anuncios pasarían a ser materia de permanente desencuentro. Otros, sencillamente no se cumplirían. Por ejemplo, el plazo para finalizar las obras en el segundo semestre de 2009.

DEL «HOSPITAL-HOSPITAL» AL HOSPITAL DEL «SIGLO XXI»

El 10 de marzo de 2010 un helicóptero traía a la ministra de sanidad Trinidad Jiménez a Reinosa para inaugurar por fin el Hospital Tres Mares. La esperaban todo un elenco de autoridades: El presidente regional Miguel Ángel Revila; la vicepresidente Lola Gorostiaga; el consejero de Sanidad, Luis Truan; el alcalde de Reinosa, José Miguel Barrio; el delegado de Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez; el secretario general de Sanidad, Carlos Martínez Olmos; y el director gerente del Hospital, Segundo Prieto. También acudieron la ex consejera de Sanidad, Charo Quintana, el presidente del Parlamento, Miguel Ángel Palacio, y los portavoces parlamentarios de los Grupos Socialista y Regionalista, Francisco Fernández Mañanes y Rafael de la Sierra, respectivamente, junto a diputados de PSOE y PRC y alcaldes de la zona.

Inauguración del Hospital Tres Mares

Mientras afuera la nieve y las bajas temperaturas acechaban, la ministra, arropada por la buena compañía acabada de reseñar, recorría las instalaciones del nuevo hospital entre sonrisas, parabienes y expresiones de deleite.

Trinidad Jiménez manifestó su admiración por el nuevo hospital y lo puso como ejemplo de las metas que busca el sistema sanitario español, “uno de los mejores del mundo”. Según la ministra “El Hospital Tres Mares es una justa reivindicación y una gran conquista ciudadana que asegurará a los campurrianos una atención sanitaria equitativa, de calidad, universal y cercana”. Ya en la senda decidida del elogio, valoró muy positivamente la política sanitaria “pionera” del Gobierno de Cantabria y manifestó su confianza en que el hospital también daría servicio a los vecinos del norte de Castilla y León, como “ejemplo práctico de buena vecindad y cohesión territorial”.

Ante un satisfecho Revilla, Trinidad Jiménez concluyó: “Lo lograremos entre todos, te lo puedo asegurar Presidente”, refiriéndose en esta ocasión al hospital de Valdecilla que, al igual que el Tres Mares ahora, será pronto “una aspiración lograda y conseguida con el empeño cántabro y el apoyo financiero del Estado”.

La emoción reivindicativa del momento llegó a su culmen con el alcalde de Reinosa, José Miguel Barrio quien con lágrimas en los ojos y voz entrecortada celebró la “culminación de las legítimas aspiraciones que defendimos con entereza a pesar del viento en contra”, al tiempo que también recordaba a “los hermanos campurrianos del Norte de Castilla y León” y esperaba que “este hospital sirva para las personas para las que está diseñado: 50.000”

Por su parte, la vicepresidenta Dolores Gorostiaga rememoró cuando, ante la incredulidad de muchos, el hospital Tres Mares se convirtió en “un compromiso político de este Gobierno con las necesidades sanitarias de la zona”, se acordó especialmente del impulso que la anterior consejera de Sanidad, Rosario Quintana, “dio a este proyecto la pasada legislatura” y destacó como su inauguración presente “es la respuesta del Gobierno para los que decían que no podíamos hacerlo”.

La vicepresidenta calificó el hospital Tres Mares como un “hospital del siglo XXI que asegura la atención de las necesidades de Campoo para muchos años”. Concluyó proclamando que “Campoo seguirá siendo prioritario para el Gobierno y por eso estamos creando las condiciones necesarias para que los ciudadanos de estos ayuntamientos, especialmente los más jóvenes, tengan oportunidades de futuro para vivir”

Por último, el presidente Miguel Ángel Revilla explicó que “Había una deuda histórica con Campoo, que durante años ha estado aislada, que sufrió la dureza del clima y la despoblación”. Sin embargo, con la inauguración del Hospital Tres Mares los campurrianos podrían resarcirse pues el nuevo centro sanitario tenía “el último grito en tecnología” y contaba con unos aparatos “que ni en Houston”.

Revilla defendió el carácter progresista de su gobierno que no gestiona el dinero dependiendo de los habitantes “allá donde uno nazca tiene derecho a un centro de salud, a una carretera…” Tras resaltar que con la inauguración del hospital el Gobierno ha cumplido su compromiso con Campoo porque “se lo merece y lo necesita”, Revilla señaló que el nuevo centro sanitario junto a Autovía de la Meseta y al futuro paso del AVE por la zona, trazan “un gran futuro” para Campoo, una comarca “emergente”. Acabados los discursos Revilla gritó: «¡Queda inaugurado el Hospital Tres… Ma… Res!».

DEL HOSPITAL DE «HOUSTON» AL HOSPITAL «INFRAUTILIZADO»

Con la inauguración del Hospital Tres Mares todo parecía indicar que la presión popular había triunfado sobre los criterios económicos y que las voces críticas que habían advertido de que el hospital iba a ser muy oneroso para la hacienda regional y que tendría una ocupación baja, callarían para siempre. No fue así. El tiempo daría su parte de razón a los agoreros y las movilizaciones ciudadanas volverían. Si antes de la inauguración el hospital Tres Mares había sido un rosario de rectificaciones y retrasos; después de abiertas sus puertas sería un rosario de quejas y aplazamientos. Sobrevolemos sobre algunas cuentas de colores.

Según un diario palentino, el hospital Tres Mares atendía en su primer día a 45 pacientes. Ya entonces el medio de comunicación de la comunidad vecina advertía de dos hechos que se iban a hacer crónicos: uno, el centro no funcionaba al cien por cien de su capacidad; dos, palentinos y burgaleses aún esperaban un convenio que les posibilitase ser atendidos en el nuevo hospital.

El centro, que en aquel momento contaba con 130 trabajadores – 73 pertenecientes al viejo hospital –, era según su gerente, Segundo Prieto, “un hospital que nosotros denominamos de agudos que esperamos que pueda llegar a contar con una plantilla de 172 personas. De momento no hay un acuerdo firmado con Castilla y León y aquí se atenderán las Urgencias, pero el resto los pacientes serán remitidos a su centro de referencia”.

En junio de 2010, UGT hacía un balance de los primeros 100 días del Hospital Tres Mares. Los representantes del sindicato, tras reconocer que la coyuntura de crisis económica no era la más adecuada para abrir un nuevo centro sanitario, no renunciaban “a que a este hospital se le dé un contenido como se explicó en su día con intervenciones quirúrgicas programadas, tenga un número amplio de consultas y se materialice un convenio para atender a pacientes de las comarcas limítrofes del norte de Palencia y Burgos, porque desde nuestra organización no renunciamos a que el hospital sea de ámbito comarcal”.

Sin embargo en los cien días transcurridos “el balance es que no se ha avanzado en casi nada de lo prometido”. Aún más: “(En el nuevo hospital) se está haciendo lo mismo que se hacía en el antiguo Hospital Campoo”. El responsable regional de Sanidad de la organización UGT en Cantabria, José Manuel Castillo exigía al SCS que “active de una vez por todas el funcionamiento del hospital, no siendo admisible que en este hospital público esté casi todo parado, mientras se siguen firmando conciertos y desviando actividades quirúrgicas, pacientes y dinero público a hospitales privados”.

Sólo cinco meses después, el sindicato USO opinaba que el centro sanitario de Reinosa aumentaba su actividad parasitando al de Sierrallana de Torrelavega. Según este sindicato, el hospital Tres Mares: “Que nace como juguete de los políticos para agradar y comprar el voto de los vecinos de Campoo, supone un serio problema para las arcas de la comunidad autónoma. Por eso, ante la escasa atención que presta y la presión ejercida desde esa comarca para que se pongan en marcha los quirófanos, el Servicio Cántabro de Salud ha decidido no infrautilizarle y comenzar a operar patologías leves con personal del Hospital Sierrallana, abonando ese trabajo como actividad extraordinaria y ahorrándose la contratación de cirujanos”

Este trasvase de enfermos y profesionales de Sierrallana a Tres Mares le parece lamentable a USO y “surge por la necesidad de justificar ante la opinión pública que se trata de una actividad demandada, pero se hace en perjuicio de otros usuarios”

NI «HOSPITAL-HOSPITAL» NI HOSPITAL DE «ALTA RESOLUCIÓN»: AL HOSPITAL QUE HACE AGUAS

En marzo de 2011, el sindicato de enfermería de Cantabria SATSE denuncia el “deficiente” funcionamiento del hospital, su “falta de plantilla” y su “demasiado reducida” cartera de servicios. En un comunicado, el sindicato informaba que en un año de funcionamiento se había reducido el personal de enfermería en hospitalización en un 30 por ciento y el de urgencias en un 40 por ciento.

Sin presupuesto propio y dependiente de Sierrallana, el hospital Tres Mares, que se creó para dar servicio a los usuarios de la zona, según el SATSE se “ha quedado” en un centro con “menos cartera de servicios” de la que tenía el viejo Hospital Campoo. El sindicato de enfermería concluye afirmando que el moderno hospital “no funciona ni ofrece el servicio que los campurrianos necesitan”

En julio de 2011, Comisiones Obreras pedía el cese “inmediato” del gerente en funciones del Hospital Tres Mares. La delegada de CCOO en Campoo, María José Barrio, tras recordar que su sindicato “lleva meses denunciando la infrautilización de las instalaciones y los recortes en materia asistencial y de personal desde que prácticamente este nuevo hospital inició su andadura en marzo de 2010”, acusó de “incomprensible” e “inaceptable” la actitud mantenida desde entonces por el gerente que “ha terminado por dilapidar las muchas expectativas que los vecinos de Campoo habían depositado en este centro hospitalario”. La petición de cese se hacía a la nueva consejera de Sanidad María José Sáenz de Buruaga. El PP acababa de ganar las elecciones regionales con mayoría absoluta e Ignacio Diego era el nuevo presidente de Cantabria.

Tres años después de la construcción del Hospital Tres Mares, CCOO de Cantabria denunciaba las serias deficiencias estructurales del edificio que se habían dado “prácticamente desde su inauguración” y que estaban provocando serios problemas al personal y a los pacientes “que día tras día se ven obligados a convivir con ellos sin que Sanidad les haya puesto remedio, al menos hasta ahora”.

Entre estas “deficiencias”, la delegada de CCOO en Campoo, María José Barrio, destacó las goteras que “se multiplican desde 2010 y que son debidas al error de dotar al edificio de una cubierta plana en una localidad como Reinosa, pues la nieva se acumula en el tejado y termina filtrándose”. El “remedio” de instalar en la azotea unos calentadores fue calificado por la dirigente de “sinsentido”, de un “tremendo coste en la factura eléctrica” por lo que casi nunca se usan, aparte de que un buen número de ellos “ya están averiados sin haber entrado nunca en servicio». Barrio subrayó que «Si al principio estas goteras solo afectaban al pasillo del laboratorio, con el tiempo se han ido extendido a las zonas del hall y de administración central hasta alcanzar, tras las últimas nevadas, a las habitaciones de la 6 a la 13». Ante esta situación la metáfora estaba servida y empezó a hablarse, con humor negro como la nieve, del Hospital Tremares como de un hospital que hacía aguas.

EL CONVENIO SANITARIO DE NUNCA LLEGAR

Se podrían, pues, resumir los problemas del Hospital Tres Mares en tres: deficiencias estructurales, escasez de plantilla e infrautilización de sus dependencias y servicios. Frente a esta triple problemática se vio una solución que no hacía más que recuperar un proyecto que había nacido con el propio hospital: la firma de un convenio de cooperación sanitaria con la vecina comunidad autonómica de Castilla León (CyL).

La coincidencia entre 2011 y 2015 de un gobierno del PP tanto en Cantabria como en Castilla-León – y en España – parecía ser una circunstancia que iba a facilitar el establecimiento de un convenio de cooperación sanitaria – hasta entonces limitado al servicio de “urgencias” – entre las comunidades citadas, máxime cuando ambas ya habían establecido acuerdos sanitarios con sus otras y respectivas comunidades vecinas. Sin embargo no fue así.

Ya en 2012 el diputado regional del PP Eduardo van den Eynde aseguraba en sede parlamentaria que en el contexto económico actual “no es fácil” conseguir que “Castilla y León asuma los gastos de un convenio” para derivar enfermos del norte de Burgos y Palencia al Hospital Tres Mares de Reinosa. Van den Eynde señaló que la Sanidad de la comunidad de Cantabria no estaba en disposición de asumir “con recursos propios” la atención hospitalaria programada de sus vecinos burgaleses y palentinos.

Por último, aseguró que la consejera de Sanidad, María José Sáenz de Buruaga, mantiene “su voluntad de alcanzar un acuerdo” con Castilla y León, y achacó al anterior Gobierno de Miguel Ángel Revilla con regionalistas y socialistas todo el retraso en la atención. “Un retraso que llega por la demolición del antiguo hospital de Campoo y la construcción del Tres Mares en Reinosa y por una herencia recibida de 51 millones de euros, que no se saldará hasta el año 2031”

Entre digos y diegos, dimes y diretes, y pelotas de uno a otro tejado, transcurrió la legislatura y no se avanzó un ápice en la firma de un convenio que duplicaría en número de pacientes potenciales del hospital Tres Mares y así, al menos en teoría, serviría para terminar con su infrautilización y rentabilizar unas instalaciones que en su uso de aquel momento resultaban sobredimensionadas y onerosas.

En la fiesta del 1º de Mayo de 2015, el comunicado conjunto de CCOO y UGT concluía: “Del convenio sanitario con Castilla y León no sabemos nada. Bueno en realidad sí: que la Consejera de Sanidad de Cantabria María José Sáenz de Buruaga no quiere acordar con la comunidad vecina. No la interesa ni que sus habitantes estén mejor atendidos ni por supuesto que Campoo se beneficie de refilón: si tuviéramos más usuarios podríamos incrementar el número de trabajadores del hospital. A Buruaga, la Consejera de Sanidad de este gobierno del PP tampoco la interesa que este hospital progrese. Ni siquiera se interesa por el mantenimiento ni por la reparación de las dichosas goteras”

CAMBIO DE GOBIERNO, CAMBIO DE CONSEJERA

Poco después de la vuelta a la presidencia regional de Miguel Ángel Revilla en rediviva coalición PRC-PSOE, se reunían la nueva consejera de Sanidad María Luisa Real y el alcalde de Reinosa José Miguel Barrio. Era en diciembre de 2015.

Durante la reunión, el alcalde de Reinosa subrayó que, a pesar de ser una gran infraestructura y haber supuesto una cuantiosa inversión, el Hospital Tres Mares estaba “infrautilizado”. Para José Miguel Barrio habría que “poner en valor” las instalaciones del centro sanitario. Para ello se debería aumentar la población a la que se atiende con la incorporación de unos 17.000 habitantes del norte de Palencia y Burgos, cifra de nuevos usuarios que el regidor de Reinosa calculaba si se diese un acuerdo de colaboración con Castilla-León. Para Barrio este aumento del área de servicio del Hospital Tres Mares es una «reivindicación histórica” de los reinosanos.

La consejera de Sanidad de Cantabria, María Luisa Real manifestó su voluntad de estudiar la propuesta del alcalde de “enriquecer” el Hospital Tres Mares con un convenio de colaboración sanitaria con Castilla y León, pues este tipo de acuerdos entre comunidades se inscriben dentro del “principio regulador del Sistema Nacional de Salud que aspira a un acceso universal de la salud desde una perspectiva integradora y contando con una adecuada planificación de los centros y servicios sanitarios para favorecer la cohesión social y territorial”.

Sin embargo matizó que era necesario un estudio previo de las necesidades sanitarias de las poblaciones limítrofes, siendo preciso analizar diversos “parámetros” como “un estudio actualizado del diagnóstico de salud en la zona, un informe de estratificación poblacional, utilización y frecuentación de los recursos, y mapa de recursos disponibles”. Igualmente precisó que habría que hacer un análisis de las carteras de servicios que se ofrecen en Cantabria y en Castilla y León, pues pueden darse diferencias en servicios, protocolos y procedimientos.

Mientras las autoridades de ambas comunidades seguían peloteando el “que yo no fui que fue Tantín” en lo referente al convenio sanitario, los quirófanos de Tres Mares estaban inactivos casi cinco meses al año y, en el lado positivo, se iniciaban los procedimientos para la reparación de las cubiertas del edifico y eliminar las goteras y filtraciones. Por otro lado, la sociedad civil del norte de Palencia y Burgos se organizaba para demandar ser atendida en el Hospital Tres Mares. Como muestra un botón: la plataforma Anhelo, fundada en octubre de 2016.

EL ANHELO DE UN HOSPITAL INTERCOMUNITARIO

La plataforma Anhelo es una sociedad creada por vecinos de Aguilar de Campoo con el fin de mejorar los servicios sanitarios del municipio.

Abrazo al Hospital Tres Mares

Entre sus principales metas destaca el objetivo de que los lugareños de esta zona del norte de Palencia sean atendidos en el Hospital Tres Mares de Reinosa. Antonia Merino, presidenta de “Anhelo”, manifestaba en el acto de presentación de la plataforma que los vecinos de Aguilar de Campoo se han visto obligados a movilizarse debido al “más absoluto de los abandonos que sufre el norte de la provincia de Palencia con el tema sanitario”.

En este sentido, la plataforma Anhelo pedía que se abriese a los palentinos el Hospital Tres Mares, “mucho más cercano que el resto, que rondan los 100 kilómetros… Cantabria está deseando acogernos y nosotros, que nos acojan”. Solo unos meses después, ya en 2017, la plataforma Anhelo anunciaba una campaña de movilizaciones para reclamar el uso del Hospital Tres Mares.

Por su parte, las Plataformas en Defensa de la Sanidad Pública de Castilla y León pedían la dimisión del consejero de sanidad Sáez Aguado por “llevarles de desastre en desastre”. Asimismo, tanto en Cantabria como en Castilla y León, sindicatos, asociaciones y partidos reclamaban la firma de un convenio sanitario entre ambas comunidades. Un convenio que supusiese para CyL la mejora en la atención médica del norte de Palencia y Merindades, y para Cantabria poner en valor el Hospital de Reinosa, rentabilizar la inversión realizada y dotar a los vecinos de Campoo de mejores servicios.

Esta “ola” reivindicativa culminaría con un “abrazo” al Hospital de Tres Mares convocado para el 29 de abril por la Plataforma Anhelo por la sanidad en Aguilar y comarca.

Sin embargo, llegados a este punto, quizás fuese conveniente hacerse la siguiente pregunta: ¿saben los usuarios del norte de Palencia y de Las Merindades que, aun existiendo el mejor de los convenios entre Cantabria y CyL, en el Hospital Tres Mares tendrían cirugía ambulatoria mayor programada e ingreso médico de enfermedades crónicas y agudas de baja complejidad – neumonías y otros procesos respiratorios en personas ancianas, infecciones renales, insuficiencias cardíacas… –; pero no podrían tener ninguna cirugía de urgencias – apendicitis, legrado, fracturas…–, ningún ingreso quirúrgico y tampoco podrían ser tratados de patologías cancerosas, enfermedades médicas complejas, patologías coronarias, accidentes cardiovasculares con posibilidad de tratamiento y, en el caso de las mujeres, parir o ser atendidas si tuviesen complicaciones en el embarazo?

LAS ALTAS ESFERAS Y LA MÚSICA CELESTIAL

Nada parecía más lógico que esta demanda de un convenio sanitario entre comunidades limítrofes. ¿Qué pasaba entonces entre las autoridades?, ¿por qué no se alcanzaba un acuerdo entre los gobiernos de Castilla-León y Cantabria?

Como opinaba Mercedes Boix, de la Plataforma Cantabria por lo público y sin recortes, en la tertulia de El Faradio del 25 de abril: “(Con el acuerdo) Gana todo el mundo. No entendemos porqué ambas comunidades autónomas no se ponen de acuerdo y ponen esto en marcha”

A principios de mayo del presente año, la consejera de sanidad de Cantabria, la socialista María Luisa Real, daba pistas de lo que verdaderamente ocurría en una respuesta pública a las declaraciones del vicepresidente de la Junta de Castilla y León y consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez (PP), en las que éste hablaba de “dificultades” para la firma de un convenio de colaboración sanitaria entre ambas comunidades. Según José Antonio de Santiago-Juárez lo único que impedía la firma del convenio eran las “pegas” de Cantabria.

La consejera negó que se estuviesen poniendo dificultades por parte de Cantabria y reafirmó su disposición plena a firmar un acuerdo… siempre y cuando Castilla y León esté dispuesta a colaborar económicamente “en función” de la población cuya asistencia hospitalaria se transfiera. “Para atender al doble de personas se necesita el doble de profesionales” y si Cantabria asume la asistencia médica de unas 17.000 personas del norte de Palencia y Las Merindades de Burgos, la comunidad de Castilla y León “tiene que colaborar”.

Solo unos día después María José Barrio, delegada de Sanidad de CC.OO en la zona de Campoo de Cantabria, hablaba de “falta de voluntad política” y defendía la urgencia de llegar a un acuerdo aunque fuese de “mínimos”. Asimismo Barrio pareció corroborar la versión de la consejera cántabra María Luisa Real al advertir que “las cosas al final tienen un precio, aunque hablemos de sanidad”, y Castilla y León no puede pretender que se atienda a entre 15.000 y 20.000 usuarios “de manera gratuita… y tendrá que financiar ese servicio”

LA MANZANA DE LA DISCORDIA

En realidad la comunidad de Castilla y León y la de Cantabria llevan negociando y firmando desde hace tiempo acuerdos de colaboración en diversos ámbitos. También en el sanitario.

En esta área y en el tema que nos ocupa, Castilla y León solicita que Cantabria asuma la atención primaria de zonas limítrofes como, por ejemplo, ValdeBezana y Soto de Rucandio. Otros aspectos que tocarían estos acuerdos en el ámbito de la sanidad serían, por ejemplo, los referidos al transporte sanitario y a los trasplantes. Sin embargo no era en estos puntos donde se encontraba la madre de todas las desavenencias entre las comunidades vecinas. El problema era la pretensión de Castilla y León de que Tres Mares asumiera la atención hospitalaria – urgencias, ingresos, tratamientos, farmacia hospitalaria, laboratorios, radiología… – de una nueva población calculada en alrededor de 17.000 personas.

La consejera de sanidad Cántabra María Luisa Real, en declaraciones a diferentes medios, ha evaluado el coste de esta atención hospitalaria en dos millones de euros anuales. Castilla y León no se ha mostrado muy conforme con esta petición y ha sugerido que esos dos millones sean pagados por “Madrid”.

De todos es conocido que el Sistema Cántabro de Salud (SCS) está infra financiado y arrastra un déficit presupuestario crónico y, por ende, una deuda creciente. Además existe el riesgo de que, incluso en la hipótesis de que Castilla y León aportara esos dos millones, tal cantidad quedase en las arcas de la Hacienda General de la comunidad y no llegara al SCS, que tendría más gastos sin compensación de nuevos ingresos y, en consecuencia, vería aumentadas sus grandes dificultades de financiación.

Si existía alguna duda sobre la falta de disposición de Castilla y León para aportar esos dos millones de euros anuales, ha quedado despejada con las recientes declaraciones del pasado 17 de julio del consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado. En ellas el consejero descartaba un convenio con el Hospital Tres Mares alegando que es “un centro pequeño y con muy pocas especialidades”. No deja de ser sorprendente que, a estas alturas de la película y la negociación, el consejero de la Junta se haya enterado por fin de cuál es cartera de servicios de Tres Mares.

Por otro lado, Antonio María Sáez Aguado afirmó que el hospital reinosano “no ofrece más especialidades” para los ciudadanos del norte de Palencia que las disponibles en el Centro de Especialidades de Cervera de Pisuerga o en los centros de salud de Guardo y Aguilar de Campoo, lo cual no es cierto del todo pues dichos centros castellanos tienen especialidades, pero no ingresos.

Todo parece indicar, pues, que el consejero Antonio María Sáez Aguado está eludiendo decir las verdaderas razones de su rechazo – crematísticas – de cara a ir “preparando” una prometida reunión que habría de celebrarse a lo largo del presente verano con los representantes de la plataforma por la mejora de la sanidad en la comarca de Aguilar, que reclama el acuerdo con Cantabria para beneficiarse del Hospital Tres Mares.

Un hospital en busca de un destino: ¿qué hacer?

UN HOSPITAL EN BUSCA DE UN DESTINO: ¿QUÉ HACER?

Tenemos, pues, unas poblaciones limítrofes aisladas y desperdigadas que tienen realmente poco cubiertas sus necesidades sanitarias; tenemos unas autoridades y organizaciones locales que solo ven al hospital Tres Mares como un motor de dinamismo económico y un banco de creación de empleo; tenemos un Sistema de Salud Cántabro con problemas de financiación y no dispuesto a asumir más gastos sin contrapartidas económicas; tenemos una Junta de Castilla y León que no quiere pagar dos millones de euros para cubrir la asistencia hospitalaria del norte de Palencia y las Merindades. Cuatro lados y un círculo vicioso.

Pero entonces, ¿la “amortización” del hospital pasa necesariamente por un aumento de su cartera de servicios?, ¿el hospital no estaría ya “amortizado” y lo importante sería hacerlo sostenible?, ¿no hay manera de saber qué servicios son los que están funcionando bien en Tres Mares?, ¿no es posible aclarar de una vez qué prestaciones el hospital de Reinosa puede ofrecer y cuáles nunca podrá dar?, ¿es tan difícil averiguar las necesidades sanitarias reales de la población de Campoo-Los Valles, norte de Palencia y Merindades?, ¿tan complicado es especificar cuáles de estas necesidades puede satisfacer el Hospital Tres Mares de una manera eficaz, racional y sostenible y cuáles nos?, ¿de verdad no hay una forma de enfocar esta situación que no acabe siendo la cuadratura del círculo?

El hospital moderno debe adaptarse a los pacientes y no los pacientes al hospital. En defensa de los intereses de los pacientes del sur de Cantabria y del norte de Castilla y León tratemos de cuadrar los diferentes intereses y de romper el círculo vicioso en que parece encontrarse el Hospital Tres Mares. Sin parsimonia, demagogias, ni egoísmos.

Nota.- Las declaraciones, datos, hechos y fechas están tomados de diferentes medios de comunicación de Cantabria y Castilla y León.

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1 Comentario

  • María José Barrio
    4 de agosto de 2017

    Estimado periodista y escritor Ramón QU, varias consideraciones
    -El Hospital Tres Mares no es un hospital sin enfermos. Nuestro índice de ocupación es del 80-90% Exactamente el mismo que el resto de hospitales
    -En el repaso histórico falta la época en la que Charo Quintana pretendió construir un centro de atención especializada con 10 camas: lo que nosotros denominamos un centro de distribución de pacientes
    -Has transcrito mis declaraciones, pero también las has interpretado. Yo no corroboro las tesis de la actual Consejera. Solo afirmo, y lo mantengo, que no podemos acoger y atender a los vecinos de Palencia sin que se de alguna contraprestación, como por ejemplo el pago por servicio
    -El Tres Mares ofrece los servicios sanitarios que la Consejería y el SCS permiten. Claro que se podrían hacer muchas más cosas: más ingresos, más intervenciones, pero no quieren. Estamos lejos y somos pocos, eso dicen.
    -El convenio con Castilla y León no se ha firmado porque ninguno de los dos Gobiernos ha tenido nunca una verdadera disposición a negociar las condiciones: Cantabria debería de invertir en aumentar la cartera de servicios y el personal del Tres Mares y Castilla y León debería colaborar económicamente para que sus abandonados ciudadanos del norte puedan recibir asistencia sanitaria especializada cercana y de calidad
    -Por cierto, los ciudadanos del norte palentino y las merindades de Burgos conocen perfectamente lo que hay y lo que no hay en el Tres Mares. Se lo he explicado yo
    -En CCOO del Tres Mares tenemos un proyecto de futuro, que además de contestar a todas tus preguntas, serviría para optimizar, que no amortizar (recordemos que la sanidad es una inversión), el hospital, para atraer a la Comunidad vecina y solventar, aún más, los problemas de salud de Campoo. Y ese proyecto ya lo conocen en el SCS, en la Consejería y en Sierrallana
    -Firmar un convenio con los castellano-leoneses daría atención sanitaria a una población descuidada por su gobierno y al vez permitiría avanzar y progresar en la cartera de servicios del hospital-hospital Tres Mares actual

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