Las trabajadoras de Britor logran un principio de acuerdo

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Las trabajadoras de Sistemas Britor han llegado a un principio de acuerdo que recoge buena parte de sus reivindicaciones, y que tendrá que ser ratificado en asamblea el lunes, justo cuando habían decidido iniciar una huelga de carácter indefinido ante la precariedad de sus condiciones de trabajo.

El comité de empresa de Sistemas Britor (conformado en su mayoría por mujeres), filial en Cantabria de la lituana Viciunai Group y dedicada a la compraventa, fabricación, almacenamiento, transporte y distribución de productos alimentarios derivados del pescado, se reunía este jueves al mediodía frente a la puerta del edificio del gobierno de Cantabria con la intención de visibilizar su problemática.

Trabajadoras de Sistemas Britor frente al Gobierno de Cantabria

Esta huelga sería la culminación de las manifestaciones que vienen realizando desde el mes de mayo para revindicar una revisión de los salarios (para que se hagan una idea, una oficial de primera con años de experiencia es remunerada con un sueldo de 800 euros) así como la elaboración de un nuevo convenio laboral.

Porque, como nos indican Nieves Alles y Beatriz Revilla en funciones de portavoces, no ha sufrido ninguna reforma desde el año 2006, cuando todavía pertenecía a la ya extinta firma coreana Multiprosur, que comenzara sus actividades en el año 1999.

CONDICIONES DE TRABAJO

En el año 2009 y fruto de una mala gestión económico-financiera, dicha firma sitúa en un ERE a las 104 trabajadores y trabajadoras que tenían contratadas, y que durante 18 meses se vieron inmersas en una situación de incertidumbre ante el previsible desamparo al que se sabían avocadas, hasta que finalmente la multinacional (Viciunai Group opera en diferentes sectores en Lituania), propietaria en la actualidad, se hace cargo de modo oficial.

En agosto, se cumplen ya 7 años de sometimiento a unas duras condiciones de esclavitud laboral, que dicen haber afrontado alentadas por el miedo a perder el empleo y ser sustituidas por otras personas que muestren mayor sumisión.

Es un fenómeno que se repite en este modelo de continua creación de mano de obra necesitada, una de las bases de la explotación de las trabajadoras, y cuya ejemplificación en un plano superficial la percibimos sutilmente en palabras de una de las propias afectadas:

“Vamos fatal, esto siempre ha sido una lucha continua y hemos seguido trabajando y sacando adelante la producción, a pesar de que nos han machacado económicamente, fisicamente, psicológicamente y de todas las maneras que pueden hacerlo, solo que nosotras somos fuertes y hemos sabido crearnos una coraza para sobrellevar este conflicto que nuestro director en persona nos ha definido como una guerra”.

INTENTOS DE NEGOCIAR

El director al que alude en los comentarios nuestra compañera es el mismo que aplica la distribución irregular a su conveniencia, obligando a los trabajadores a acudir a sus puestos gratuitamente durante la temporada de verano, como señala una de las portavoces, y el mismo que ajusta los turnos estratégicamente para provocar sobrecargas en determinados horarios como medida para contrarrestar las convocatorias a huelga, que por otro lado es un derecho irrefutable. Es el mismo al que acusan de convertir las mesas de negociación supuestamente horizontales, en un encuentro donde presentar propuestas de acuerdo ya finalizadas y concretadas unilateralmente, despreciando cualquier vía de atención hacia sus empleadas.

“Algunas llevamos trabajando juntas 18 años, pero ha sido ahora desde que formamos el comité, cuando tenemos la sensación de estar verdaderamente unidas y organizadas”, cuentan, y todo pese al empeño de la encargada de recursos humanos de desestabilizarlas internamente para provocar su disolución, como nos advierten.

El comité denuncia además que la falta de personal es notoria, y cuando se suplen las carencias se hace de un modo temporal, por lo que no da tiempo al obrero a asentarse en su labor, lo que provoca la necesidad de que aquellos que tienen más experiencia dentro de la cadena productiva, realicen esfuerzos extra para ayudarlos inicialmente en sus cometidos.

También relatan que no encuentran maneras de acercar posturas con la dirección, pues cuando se muestran en desacuerdo con lo establecido, terminan sumidas en un proceso judicial, algo que se ha convertido en una suerte de protocolo.

Estas trabajadoras son víctimas de la sobrecarga de trabajo en condiciones de absoluta incomodidad, sin que a nadie parezca importarles, aunque como nos plantean acertadamente. “si fuésemos a trabajar contentas, rendiríamos con mayor eficacia». «Con este panorama, no es de extrañar que de un tiempo a esta parte no haya nadie que quiera acceder a un contrato en esta empresa. No encuentran personal porque nos tratan muy mal”, apostillan.

La dirección de empresa ha presionado al comité, afirmando que si no llegaban a un acuerdo no se negociaria nada más hasta el 14 de agosto, lo que consideran desde el colectivo una clara estrategia para amedrentarlas.

El lunes a las 10 se celebrará una asamblea en la cual se expondrá los acuerdos a votación.

 

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